Mayo 20, 2024

“El poema La United Fruit Co. de Neruda, me encantaría hacerla canción” Entrevista a Martín Barea Mattos

 

 

 

 

Por Ernesto González Barnert

 

Martín Barea Mattos, nació en Montevideo, Uruguay, el 16 de agosto de 1978. Es escritor, músico y artista visual. Trabaja además como gestor cultural. Y es uno de los grandes animadores de la movida cultural actual en Uruguay. Es coordinador, entre otros eventos y actividades internacionales, del Mundial Poético de Montevideo, festival internacional de poesía que lleva seis ediciones: 2013, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020. Con una obra que abarca libros propios de arte o poesía, trabajos en conjunto con otros y otras, antologías, traducciones, discos de música, curatorías, investigaciones, muestras. Como señala a modo de llave de su macizo y hermoso mundo propio y compartido el reconocido y premiado poeta montevideano: “El eje de mi vida es la poesía. Como artista, poeta. Como poeta, artista. Voy de la poesía a la página. De la poesía a la música. De la poesía a lo visual. Siempre volviendo al centro de la idea. Porque ahí habita el poema.”. Pueden encontrar más detalles y sorpresas en el siguiente link: https://martinbareamattos.wixsite.com/mbm-poeta

 

 

–¿El 7 de noviembre de 2013 inauguraste la primera edición del Mundial Poético de Montevideo. Hoy con seis ediciones en el cuerpo, qué imágenes acuden a tu cabeza cuando piensas en éste Festival que organizas, uno de los más hermosos de Latinoamérica?

 

Acude un sentimiento de haber logrado momentos inolvidables junto a casi cien poetas del exterior de Uruguay y de haber contribuido al intercambio de experiencias alrededor de las prácticas poéticas. Uno siente como si realmente entre todos hayamos conquistado esa identidad de equipo en una labor individual como es la práctica artística.

–¿Cómo vives la pandemia en Uruguay?

 

La pandemia en Uruguay tal vez por la propia escala del país, no ha pegado tan fuerte como en Brasil o Argentina. Pero las restricciones y el desconcierto nos han afectado a todos. El sector cultural está siendo podado en sus modos y formas y no ha sido nada fácil sostener los espacios de manifestación artística. Lo peor para todos ha sido el cierre de fronteras y los protocolos para espectáculos y festivales. Ahora esperamos que el nuevo año nos traiga más certezas y menos especulaciones.

 

–¿Qué le recordarías a los nuevos poetas, músicos, artistas del mundo flotante?

 

Les recordaría que las pandemias siempre existieron y que el miedo nunca puede ser el mensaje.

 

–¿Cuáles son algunas de las grandes directrices de la escena uruguaya en estos días a nivel conceptual, si existen a tu juicio?

 

En este momento tal vez el tema dominante sea la cuestión de la redefinición de los roles de género. También se redefinen las formas de convocatoria y de participación ya que los propios protocolos y por momentos cierta represión policial han empujado a una multiplicidad de eventos a discreción por no llamarlos clandestinos.

 

–¿Cómo ha sido la experiencia de publicar en EEUU?

 

Fue una experiencia increíble por lo inesperado y por ser una editorial de Nueva Orleans. Ir del Rio de la Plata al Misisipi fue un sueño y un aprendizaje enorme. También posibilitó extender la gira con presentaciones en Washington y Nueva York. También la comprobación de que la poesía es joya huérfana en todas partes. Ojalá se pueda repetir la experiencia. Atesoro grandes poetas que conocí en esos meses de “roadmovie”.

 

–¿Qué poema tuyo leerías en una sala de clases? ¿O prefieres tocar con tu grupo de música?

 

En ambos casos, alguno de los tantos poemas inéditos.

 

–¿Qué libros, arte, música le estás hincando el diente esta temporada?

 

Libros de Byun- Chul Han, guías de aves, Joseph Campbell, Artaud, revisitando a Lautréamont y textos sobre vida y obra de Charly García. De todo un poco. Fue un año de muchos niveles de lectura.

 

–¿Un verso o frase llevas como un mantra dentro de ti en estos días aciagos?

 

Yo contemplo, yo con templo.

 

–¿Cómo resumirías tu arte poética?

 

Misterio y vitalismo.

 

–¿Qué poetas o escritores nos recomiendas leer del Uruguay, clásicos, actuales?

 

Lautréamont, Selva Casal, Sarandy Cabrera, Cristina Carneiro, Humberto Megget, entre tantísimos.

 

–¿Un libro que nunca has podido terminar de leer?

 

Muchísimos. Pero uno nunca sabe cuándo volverá a ellos. Los libros esperan su momento. Pero los que no me interesan, siguen su camino. Siempre es bueno regalar libros.

 

–¿Un libro que te hubiese encantado escribir?

 

Grapefruit de Yoko Ono.

 

–¿Qué viene a tu mente cuando piensas en “poesía chilena”?

 

Una cordillera de autores con sus bolsones celestes y sus picos ensangrentados.

 

–¿Cómo ha sido tu relación con la obra nerudiana?

 

Iniciática. Heredé su obra de la biblioteca familiar y talló en mí una huella que moldeó un sentido que con los años se ha ido renovando. Fue la puerta de ingreso a esa isla finísima que es Chile.

 

 

–¿A qué le temes?

 

A no decir todo a tiempo a nivel creativo. Y a la instauración de la “nueva normalidad”.

 

–¿Qué canción escuchas estos días?

 

Escucho música todo el día. Hoy escuché horas a Cartola, músico carioca. Pero estoy escribiendo un libro sobre “Demasiado ego” de Charly García para la colección de discos de editorial Hum. Si tengo que elegir una canción de ese disco te digo, Canciones de jirafas.

 

 

–¿Qué poema te gustaría hacer canción?

 

La United Fruit Co. de Pablo Neruda.

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