Noviembre 24, 2024

Carmen Berenguer desembarca en México

El libro Carmen Berenguer. Plaza tomada (Poesía, 1983-2020), cuya curaduría y prólogo corrió a cargo de la escritora mexicana Claudia Posadas, acaba de ser publicado en México. Adjuntamos un fragmento del prólogo realizado por la escritora Claudia Posadas. Y el PDF completo para quienes visualicen el alcance de este libro que recorre la obra de nuestra poeta Carmen Berenguer.

 

En México acaba de ser publicado el libro Carmen Berenguer. Plaza tomada (Poesía, 1983-2020), cuya curaduría y prólogo corrió a cargo de la escritora mexicana Claudia Posadas. La antología, que reúne 40 años de trabajo de Berenguer, fue editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León (México, 2021) y cuenta con una nota preliminar del destacado crítico peruano Julio Ortega.

El volumen abarca desde el primer libro de poesía de Berenguer, Bobby Sands desfallece en el muro, de 1983, hasta el más reciente Plaza de la dignidad (El Mago Editores, Santiago de Chile, 2021), pasando por Huellas de Siglo, 1986; A media asta, 1988; Sayal de pieles, 1993; Naciste pintada, 1999; mama Marx, 2006; Maravillas Pulgares, 2012; y Mi Lai, 2015.

Se trata de una propuesta crítica de riesgo y fuera de la convención ya que esta antología no fue organizada cronológicamente. Como estamos ante una obra unitaria en cuanto a la conciencia crítica, descolonizante, antipatriarcal, y desinstaladora a partir de la cual ha sido escrita, los poemas de sus primeros libros dialogan y son coincidentes con sus recientes escritos. En ese orden, independientemente del año de su publicación, dichos poemas fueron organizados y estructurados dentro de ocho ejes temáticos (correspondientes a los capítulos de la antología), que Posadas identificó en la poesía de Berenguer: 1) La tensión social y la lucha soterrada de clases;  2) La crítica y cuestionamiento del sistema; 3) El cuerpo violentado y cosificado por el poder; 4) La mujer como individuo violentado; 5) Lo urbano; 6) El lenguaje; 7) Lo biográfico como fundamento del discurso y 8) La Revolución Social de Octubre de 2019.

Para la antologadora, además, este trabajo corresponde a una convicción de visibilizar y poner en la mesa de discusión del canon, la gran poesía escrita por las maestras de la poesía latinoamericana como lo es Carmen Berenguer.

Presentamos un fragmento del prólogo que, a manera de crónica poética, se despliega el espacio de la Plaza como metáfora de la obra de Berenguer y como escenario de esta. Asimismo, por gentileza de la UANL, anexamos la edición del prólogo completo para su descarga.

 

 

Poeta en Zona 0

Claudia Posadas

 

Anochecer del 15 de noviembre de 2018: el rostro luminoso y ardiente, como un fantasma sin salvación, del comunero mapuche de 24 años, Camilo Catrillanca, proyectado en grandes dimensiones, en el frontis de los Edificios Turri, a manera de protesta por su acribillamiento. Su delito: haber sido, como su ancestro Lautaro, un “weichafe” (guerrero en mapudungun) que defendió las tierras y la dignidad de su gente. Su auto de fe: haber sido asesinado al recibir, por la espalda, un tiro en su cabeza, por parte de los carabineros, conforme lo asienta la prensa chilena.[1] Su redención: ser un símbolo de la resistencia de un pueblo de casta libertaria; esta ocasión, ser la figura lumínica proyectada por el colectivo Deligth Lab, un estudio de diseño audiovisual que cuenta con 10 años de activismo lumínico cuya labor ha consistido en reflejar con luz, en construcciones y escenarios naturales, imágenes y frases críticas en torno a las políticas neoliberales de su país.

 

Protestas, performances como el descrito, actos políticos y celebraciones, así es la cotidianidad en Plaza Italia. Desde su departamento en los Edificios Turri, esa especie de panóptico a través del cual la poeta observa la historia y los hechos, ubicado en un segundo piso, a unos cuántos metros de la explanada, ella da cuenta en su reflexión poética de este movimiento; luego entonces, es imposible, como dice el poeta Jorge Cid, antologador y autor del prólogo de Una lengua en trance: Carmen Berenguer y Reynaldo Jiménez, poetas que nos interpelan (Cuarto Propio, Santiago, 2019), no considerar que varios de los poemas de la autora han sido escritos a partir de esa visión casi en contrapicado. Y no sólo eso, sino que también, es imposible no pensar que la conceptualización, el ethos mismo de esta obra, ha sido forjado en esa dinámica.

Así, en esta poesía, toman forma las hablas y las praxis de los sujetos culturales que transitan por el lugar, tal como se manifiesta en ese emblemático poema que es “Santiago punk”:[2] “Jeans, sweaters de cachemira”; ”Punk artesanal made in Chile”; “La democracia de pelito corto”; “Jet-set rightists”, “Jet-set leftists”; “Pantaloncitos bomba”; “Pañuelito hindú”; “Liberalismo Taiwán”; “Cafiche marihuanero”; “FMI”;  “La horca chilito en prietas”; “Tanguito revolucionario”; “Pacos macumberos, lumeros”;  “Cucas, guanacos, loros soplones”; “La raza old england toffe”,  “Huayñito hard-rock”…

Todos ellos, en tensión social constante, confrontándose de manera implícita en esa palestra que es esta plaza, como también lo dice en “Santiago Punk”: War, war, Der Krieg, Der Krieg, espacio que, además, marca el límite que divide socioeconómicamente la ciudad,[3] tal como ha reflexionado Berenguer en “Irene Paulova es la reina de las noches moscovitas”:

 

La Plaza Italia símbolo mítico de las últimas manifestaciones

públicas, señalarían el límite de nuestras fijaciones en la distancia,

entre los de arriba y los de abajo.

Fijaron la diferencia en nuestras heridas…[4]

Así como la autora nunca se ha mantenido al margen de los momentos históricos que le ha tocado vivir, la actualidad social no es la excepción. Desde aquel 18 de octubre en que “Chile despertó”, las bombas lacrimógenas, los gritos, las granadas de humo, los disparos de balines a los ciudadanos desarmados, las persecuciones y la dispersión de las masas mediante tanques lanza-agua o lanza-gases llamados guanacos, y que la sociedad ha sido reprimida por las fuerzas estatales, tal como ocurrió en tiempos de la opresión militar, han sido parte de su cotidianidad. La poeta no ha salido indemne; estando tan cerca de la explanada, las lacrimógenas han caído casi a sus pies; el aspirar constante del gas, le causó una conjuntivitis grave y complicaciones respiratorias serias. Sin embargo, siguió resistiendo: ha caceroleado desde su ventana (ya que por motivos de salud le ha sido imposible asistir a todas las marchas) acompañando las movilizaciones de su pueblo; el día en que los manifestantes reclamaban el crimen de Catrillanca, a costa su integridad (porque si los carabineros la descubrían, tal vez los hubiesen de menos arrestado a ella y a los jóvenes), resguardó en su departamento a más de 50 muchachos que huían de la represión y casi morían de asfixia debido a las lacrimógenas (acaso emulando a su madre que, el día del Golpe de Estado, resguardó en su casa de Valparaíso a varios de los perseguidos políticos[5]); y organizó el primer Cabildo Poético de la Revolución de Octubre donde, junto con varios poetas, atentos a no ser agredidos por las fuerzas de control, a megáfono abierto, antiparras en mano, leyó poemas en plena Zona 0: “Santiago Punk”, tenía que ser, y fragmentos de “Irene Paulova…”.

 

Pero, ante todo, desde ese mirador existencial situado en su estudio, Berenguer ha escrito uno de los testimonios más sensibles e impresionantes de las movilizaciones recientes de su país, que hoy el lector tiene en sus manos en la serie que cierra la presente antología: “En esta misma plaza nos mordimos la amargura el 11 de septiembre de 1973 / día que nos robaron el sueño de abrir las alamedas…[6]

 

Misma plaza, reflejada en el ágora de conciencia que es esta obra, que contiene todas las voces, todos los fastos, toda la historia de lucha de una nación. Misma plaza donde las multitudes se han reunido, después de marchar por la Alameda principal de la ciudad; misma plaza donde han cantado “El derecho de vivir en paz”, de Víctor Jara; donde han celebrado, a ritmo de Violeta Parra, a los estudiantes (que vivan los estudiantes…), fuerza germinal del movimiento, esos “vándalos barriocas” que sostienen la lucha urbana; donde han honrado la figura de héroes civiles como Fabiola Campillay y Gustavo Gatica, trabajadora de 36 años y estudiante de 21, respectivamente, cuyos ojos fueron estallados debido, en el caso de Fabiola, a una granada lanzada a su rostro y, en el caso de Gustavo, por disparos directos de los carabineros. Estos actos se constituyeron como una práctica realizada tenaz y, muy posible, dirigidamente, por estas fuerzas, con el fin de mutilar de sus ojos a la población, siendo el caso de Gatica[7] y de Campillay[8] los más crueles, puesto que sus dos luceros, diría de nuevo la Violeta, desechos ya, no se abrirán más.

 

25 de octubre de 2019, atardecer, misma plaza, el día que tuvo lugar “la marcha más grande de Chile”, que convocó a más de un millón de personas, entre ellas a Carmen, quien marchó junto con las feministas. Las multitudes se concentraron pacíficamente en el lugar y algunos manifestantes habían tomado la estatua del general Baquedano en un acto altamente simbólico donde el pueblo triunfa sobre el belicismo colonizador y su discurso nacionalista, materializado justamente en este tipo de efigies, las cuales anegan Santiago.[9]

 

Mismo atardecer, un joven sin camisa conquista la cima del memorial a Baquedano. La atmósfera, debatiéndose entre el ámbar y el rosado, debido a los rayos de un sol ocultándose tras la cordillera, se inflama incandescente con el humo de los fuegos artificiales y de las bengalas de colores; el joven descamisado ondea la bandera de la Nación Mapuche y otros más, la chilena: “no, no los moverán”, la plaza ha sido tomada. Un click afortunado y la imagen, captada por la actriz Susana Hidalgo, se convierte en la fotografía más icónica de las protestas[10] y en la metáfora totalizante que congrega todas las causas de la resistencia de un pueblo.

Este gesto, este símbolo, su discurso sociopolítico ya habían sido entrevistos por Berenguer desde su panóptico existencial y su mirada atenta a los signos en “Irene…” porque, como dice, “cada tiempo fija sus mudas, nuevos locos traen consigo las señas del porvenir”:[11]

…Anoche vino un orador que a voz en cuello, entre rayos y

centellas, mientras caía la lluvia, enfurecido, se subió al caballo

de Baquedano gritando:

 

“ESTA CIUDAD SE HA LEVANTADO SOBRE LA BASE DE UNA

NUEVA ESCLAVITUD

(RONCO)
UNA ESCLAVITUD VIRTUAL. PARA QUE ESTA CIUDAD SE LEVANTE

HA DEBIDO HACERLO SOBRE EL LOMO DE LA POBREZA

(GUTURAL)

PARA QUE EXISTA ESTE BURDEL DE MARAVILLAS HA TENIDO QUE

HACERLO A COSTA DE MI HUMILLACIÓN

PARA QUE ESTA CIUDAD SE LEVANTE TUVO QUE PISARME

PARA QUE PRETENDA SER CIUDAD HA DEBIDO MATARME

ESTA CIUDAD SE LEVANTA A PURO PILLAJE Y ROBO

(CON AULLIDOS)

ESTA CIUDAD HA ENVEJECIDO A SU JUVENTUD PREMATURAMENTE

(AHOGADO)…”[12]

 

A partir de estas movilizaciones la plaza se consolida como el lugar por excelencia donde, según afirma Pierre Nora, citado por Hernández Serrano,[13] “se cristaliza, condensa y refugia la memoria colectiva”. Es, a la vez, Zona 0, el epicentro de las batallas y de las victorias simbólicas de esta sociedad, pero también, es tribuna de justicia desde la cual (como ha sucedido en muchos de estos memoriales y espacios en el país) el pueblo recupera su valía y su voz al resignificar el contexto a partir del cual fue construida, y al haberla renombrado como Plaza de la Dignidad. [14]

Allí, en esta “Plaza de la Dignidad, zona cero del despertar social, Octubre 2019”, como reza una placa adosada al monumento durante las movilizaciones, Carmen Berenguer, que ha sido llamada por la comunidad como “La Poeta de la Zona 0”, aguanta (aguante Chile), al igual que su pueblo, “hasta que la dignidad se haga costumbre”, como dice la consigna de esta lucha, mientras siguen resonando, en el mediodía de esta explanada, esos sus versos que la poeta leyó frente a la estatua de Baquedano el día del Cabildo Poético: “Esta ciudad se ha levantado sobre la base de una nueva esclavitud…. para que esta ciudad se levante ha debido hacerlo sobre el lomo de la pobreza…”.

 

Descarga el PDF del prólogo completo aquí

 

Claudia Posadas

Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, FONCA-SECRETARÍA DE CULTURA, 2011 y 2016. De la misma instancia ha sido becaria en el Programa de Intercambio de Residencias Artísticas para Chile (2008), en Jóvenes Creadores en Poesía (2000-2005), y en el Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales con una investigación sobre literatura iberoamericana contemporánea (2002). Ha publicado La memoria blanca de los muros (1997) y Liber Scivias (2010), Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009, reeditado por la UNAM (2016). Poemas y ensayos de su autoría, además de entrevistas con autores hispanoamericanos de primer orden han sido incluidos en antologías en América Latina y España.

Su más reciente publicación es Carmen Berenguer. Plaza tomada. Poesía, 1983-2020 (Universidad Autónoma de Nuevo León, México, 2021), selección y prólogo suyo y nota preliminar de Julio Ortega.

[1] “El Estado acaba de asesinar a Camilo Catrillanca”, nota, CNN Chile, 14 de noviembre de 2018,  https://www.cnnchile.com/pais/el-estado-acaba-de-asesinar-a-camilo-catrillanca-las-reacciones-ante-la-muerte-del-comunero-mapuche-que-fue-baleado-por-carabineros_20181114/

[2] Huellas de siglo, Obra poética, Editorial Cuarto Propio, Santiago de Chile, 2018, p. 57-58.

[3] Cristóbal Hernández Serrano, “De Plaza Italia a Plaza de la Dignidad, de memorial de guerra a lugar de memoria”, Revista Común, 6 de enero de 2020 https://www.revistacomun.com/blog/de-plaza-italia-a-plaza-de-la-dignidad-de-memorial-de-guerra-a-lugar-de-memoria: Plaza Italia es también el signo que divide geográficamente a la población de Santiago entre ricos y pobres, llegando a ser recurrente en el imaginario popular capitalino la referencia clasista: las expresiones “vivir de la plaza hacia arriba” o “hacia abajo” clasifica socialmente. En la sociedad chilena esta clasificación es un estigma de por vida: en el trabajo, en el colegio, en la universidad…

[4] Naciste pintada, op. cit., 2018, p. 228.

[5] “Breve narración de sus motivos íntimos”, Naciste pintada, op. cit., 2018, p. 302.

[6] Selección del libro Plaza de la dignidad, El Mago Editores, Santiago de Chile, 2021.

[7] Consultar una crónica completa del hecho y sus consecuencias, en Ivonne Toro Agurto y Paulina Toro Góngora, BBC Mundo, 30 de noviembre de 2019, “Protestas en Chile: la mirada rota de Gustavo Gatica, el joven fotógrafo que quedó ciego en una manifestación”, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50601375

[8] Consultar un relato del hecho en: María José Villarroel, biobio.cl, 27 de enero de 2020, “Fabiola Campillay a dos meses de perder la vista por una lacrimógena: ‘Para mí no hay justicia’”. https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-metropolitana/2020/01/27/fabiola-campillay-a-dos-meses-de-perder-la-vista-por-una-lacrimogena-para-mi-no-hay-justicia.shtml

[9] Cristóbal Hernández Serrano, op. cit. “Que el monumento erigido en la plaza santiaguiña tenga motivos bélicos no es algo antojadizo, como ha sugerido el historiador Mario Góngora en su Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile (1981): la nación construyó y proyectó hacia el exterior la imagen de ser ´tierra de guerra´ (…) A la epopeya bélica consagrada por Alonso de Ercilla en su poema La Araucana (siglo XVI) se suma la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana (1836-39) y la ya mencionada Guerra del Pacífico. El impacto de los elementos bélicos en la construcción identitaria chilena perdura, y cada año se rememora durante los meses de mayo y septiembre con desfiles militares que elevan odas a las victorias pasadas. La plaza del general ecuestre que mira en dirección al poniente es así a todas luces un memorial de guerra clásico, con una tumba a un Soldado Desconocido a sus pies”.

[10] Marcia Carmo, “Chile despertó: Susana Hidalgo, la famosa actriz que tomó la imagen más icónica de las protestas”, BBC News World, 30 de octubre de 2019. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50239591

[11] Naciste pintada, op. cit., 2018, p. 228.

[12] Idem.

[13] Op. cit.

[14] Cristóbal Hernández Serrano, op. cit. “Del esplendor del monumento de guerra poco queda, la tumba al Soldado Desconocido fue destruida, (…). El general ha resistido los embates, pero en otras ciudades estatuas y bustos alusivos a la historia patria han sido destruidos (…) o intervenidos. (…) Que la ciudadanía se haya volcado a los monumentos, resignificando los espacios (…) representa una reacción a los discursos histórico-nacionalistas, potenciados durante décadas de (…) una educación cultivada durante la dictadura militar.

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