Noviembre 7, 2024

“Armarte trozo a trozo en las mañanas/ se ha vuelto tu deporte favorito” – Reseña de Paraderos de Felipe Díaz

 

por Álvaro Agurto

 

 

 

El panorama aquì es el de un cuento criollo

que habla de costumbres campesinas

camufladas por la tecnología

Asì, de manera oblicua, tal vez sin querer, Felipe Dìaz define su trabajo en “Paraderos”, su primer libro de poesía.

Ejercitando el mùsculo de la observaciòn, saca a la poesía del escritorio, y se da a la tarea de inventariar personajes, situaciones y costumbres de los ambientes en que se mueve, ya sean los barrios de Recoleta o los paisajes de Caleta Tortel.

Se pregunta:

“Còmo darle nombre a lo que acecha

en forma de pequeño temblor

y reviste la cotidianidad

con su respetable traje telúrico”

Y también, quizás intuitivamente, responde en la fragua de cada poema, confiando que en la yuxtaposición de esos elementos cotidianos, aparecerà el detalle que por sì solo destile poesía.

Como en ese poema sobre el cementerio, donde primero nos muestra còmo lo crean con su mirada tanto niños como ancianos, para rematar con esa formidable síntesis de lo que es la memoria:

“ese canasto de ropa sucia donde buscamos

una prenda en buen estado

que se pueda reutilizar”

Hay algo de urdimbre en lo que hace:

“No es fácil seguir tejiendo el edredón

de una casa con costumbres familiares”

Pero ahì va. Asume el desafío. Su edredón tiene excelentes costuras. Su propuesta, oficio y notable concatenación de versos.

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