Septiembre 20, 2024

Texto inédito de Pablo Neruda: «Necesitamos en Chile mujeres que representen la conciencia y la integridad»

 

“Necesitamos en Chile y, muy especialmente en el Parlamento de Chile, mujeres que representen la conciencia y la integridad”

(Fragmento)

 

Por Pablo Neruda, 1969

 

«Desde las edades más antiguas las mujeres oyeron los secretos de los hombres: de los guerreros, de los gobernantes, de los insurrectos, de los grandes y atormentados artistas, de los conquistadores y de los conquistados, de los héroes y de los criminales. Las oraciones de los sacerdotes buscaron la forma de una mujer para llegar al cielo. Los músicos, los escultores, los pintores y los escritores establecieron la incomparable belleza, la sublime maternidad, el amor, el dolor o el heroísmo de la compañera amada. Pero a través de siglos de alabanza, la mujer siguió en una edad oscura, explotada, martirizada y olvidada por una sociedad áspera y brutal, que llegó a discutir en un Concilio si la mujer tenía o no alma.

La verdad es que el alma de la mujer ya iluminaba el mundo. Era una época trágica, de sangre y violencia, de incienso en las basílicas, de guerras en que los hombres luchaban como larvas. La conquista, la invasión, el incendio, llenaron la Edad Media. Los romances de caballería hicieron de la mujer un mito dorado, una estrella intocable que los caballeros andantes debían conquistar con espada y poesía. La mujer debía aparecer inalcanzable, ajena a la realidad y a la verdad.

Duró siglos esta postergación y sólo fue superada en la medida en que la mujer tomó parte en las luchas de la humanidad, poniéndose a su altura o aventajándolo en abnegación, en valentía, en grandeza.

La historia probó que la lucha es igual para hombres o mujeres, para negros o blancos, para creyentes o no creyentes. Es una lucha universal para cambiar la condición humana, para que la justicia alcance por igual a todos los explotados. Se trata, pues, de que la mujer comparta esta lucha universal.

La madre es el primer paso en el futuro del hijo. Madre y luz son, en un comienzo, una sola entidad. La vida del hijo, la vida del hombre es solo la continuación de la luz.

Yo tuve no solo madre, sino mamadre. Yo he contado otras veces como mi madre se extinguió a poco de haberme dado la vida. Murió en Parral de tuberculosis. Era maestra. Mi padre, ferroviario, se casó más tarde. Así tuve yo madre y mamadre, y eso lo he escrito en un poema: “La Mamadre”

Pero el mundo en que vivimos no solo requiere mujeres abnegadas y apagadas como la que saqué de mi viejo corazón para que estuviera presente en esta sala.

Necesitamos en Chile y, muy especialmente en el Parlamento de Chile mujeres que representen la conciencia y la integridad. Mujeres que verdaderamente representen la legendaria resistencia de nuestro pueblo.

Pronuncio con fervor y respeto los nombres de estas tres mujeres, de estas tres comunistas, de estas tres patriotas:

Gladys Marín

Mireya Baltra

Iris Figueroa

Las conozco y las admiro desde hace años.

Gladys Marín, frágil pero indomable.

Mireya Baltra, esencia del pueblo y leona del Municipio.

Iris Figueroa, corazón y conciencia proletaria.

El Partido Comunista no lucha por personalidades. No hacemos juego de caudillos, no tenemos amor propio político, no tenemos mayores intereses que los del pueblo de Chile y la causa mundial de la liberación.

Si esta tarea es ambiciosa, no le tenemos miedo.

Las tres mujeres comunistas aquí presentes representan los desvelos, las dificultades, los problemas de los hogares chilenos. Y también el deseo de nuestro Partido de dar más y más responsabilidad creadora a la mujer de Chile.

 

Pablo Neruda y Gladys Marín (Fotografía de Julio Bustamante) Archivo del Escritor. Disponible en Biblioteca Nacional Digital de Chile

 

Queremos que la mujer esté muy alto en su desarrollo. Se habla mucho, y con razón, de las recientes proezas de tres hombres cosmonautas norteamericanos. Pero nadie debe olvidar que la única mujer cosmonauta ha sido una mujer comunista, la heroína soviética Valentina Tereshkova. Ella ha ido más allá de las nubes, mientras que nuestras mujeres no pueden pasar más allá de las nubes de alzas de cada día. Por obra de los cosmonautas demócrata – cristianos las papas y las cebollas se han convertido en astros.

Una insatisfacción evidente llena el mundo. Los ideólogos del capitalismo la sitúan en los dos campos que dividen la historia contemporánea. Esto es falso. El mundo capitalista sufre de su decrepitud como sistema. El alma de los jóvenes recibe infinitas sacudidas y rebeliones. Hay siempre algo maravilloso en las luchas de la juventud.

No podría terminar sin dedicar un recuerdo a las más heroicas mujeres de nuestro tiempo. Yo sé que todas ustedes han reverenciado ese recuerdo, han sufrido con la abominable agresión, han celebrado el heroísmo y las victorias de los patriotas de Viet Nam, en las que las mujeres han tomado parte activa, con decisión y entereza extraordinarias. En este momento los Estados Unidos están sintiendo la necesidad de retirar de Viet Nam las manos chamuscadas y sangrientas. Una mujer vietnamita, soldado y capitana del ejército liberador, ha llegado a París a establecer la paz con honor.

Honor y paz, pues, a toda la masa de ese pueblo pequeño y grandioso. Honor y paz a los hombres y a las mujeres, a los infinitos héroes y heroínas de la más grande epopeya de nuestro tiempo».

 

«Ningún Partido chileno ha llenado antes este Teatro por obra y gracia de las mujeres chilenas. Esto quiere decir algo. Esto quiere decir que nada puede detener las victoriosas fuerzas del porvenir si hombres y mujeres se reúnen para asegurar el destino maravilloso que puede ser el de nuestra patria y de nuestro pueblo. Vivan Gladys, Mireya, Iris. Viva Chile, viva revolución verdadera».

 

*

 

Nota: Fragmento de un discurso inédito de Pablo Neruda. Probablemente éste sea un discurso que Neruda preparó y pronunció en un acto en el Teatro Caupolicán, de proclamación de las candidaturas de Gladys Marín, Mireya Baltra e Iris Figueroa a las elecciones parlamentarias de marzo de 1969. Investigación y recopilación por Darío Oses, director Biblioteca Fundación Pablo Neruda.

 

Fotografía: Pablo Neruda y Gladys Marín. (Julio Bustamante, 1971) Archivo del Escritor. Disponible en Biblioteca Nacional Digital de Chile (BN Código: ES0001606)

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