Me fascina la voz poética de Jeny Díaz Wentén (Los Ángeles, 1983) en cada uno de sus libros, esa marca registrada, con que amasa lo castizo, lo champurria, lo político y sus propias experiencias. Además lo hace con una ternura y fuerza femenina impresionantes, envolventes, con un humor tan tan chileno aún en el dolor y el desamor, con una artesanía del verso exquisita y refinada, sin perder lo salvaje y lo brutal. Una poesía que liga nuestras vidas poniendo lo viejo en lo nuevo, lo nuevo en lo viejo. “La hija de la lavandera (Garceta ediciones, 2018) es su último trabajo y corona una trilogía maravillosa de libros con “Exhumaciones” y “Animitas”, publicados anteriormente. En este último libro, La hija de la lavandera”, reune casi 40 poemas de impecable factura, poemas que nos conmueven hasta la médula, donde desmadeja esa relación de mujer, madre e hija además de las vicisitudes con que da cuenta de pellejerías, el amor o la ausencia, los problemas de la clase trabajadora de este país, las marcas de la dicturadura, sin dejar de atisbar una pequeña cosmogonía de resistencia o resiliencia desde estas pequeñas ciudades que no dejan de ser pueblos, cargar con nuestro pasado rural y bruto. Jeny Díaz Wentén es una de nuestras grandes poetas jóvenes y los invito a atisbar algo de su mirada entre achiras y agapanto, más acá o más allá del rezo, el parto y la huida con que nos lega una obra poderosa de una poeta escribiendo desde Santa Bárbara, Chile, con su corazón achirado, de lavandera de heridas no cerradas y ropas viejas o percudidas del pueblo castigado o maltratado.
Por Ernesto González Barnert
-Yeny, ¿Cuál crees es el aporte de la enseñanza de la poesía en la educación chilena?
Hace un par de años mi tesis de pregrado fue el uso de la poesía para el desarrollo de habilidades y en esta consideré un aporte fundamental de los textos poéticos para potenciar la comprensión lectora, pero no solo funcionalmente, sino que también para generar en las y los estudiantes la apreciación estética y el desarrollo emocional del lector. Además los poemas permiten tanto a profesor y estudiantes acrecentar la creatividad y mantener lo lúdico de la infancia, aprenden a reírse del lenguaje sin saber que están construyendo conocimiento. En mi investigación encontré a una autora esencial de origen francés Josette Jolibert que trabajó en la sala de clases con varios tipos de textos, pero especialmente con poemas. La poesía es un aporte sobretodo en estos momentos de convulsión social, nos ayuda a empatizar con el otro, a vivir con el que ama o sufre, si bien es compleja son textos que genera reflexión en los lectores ya sea a través de las imágenes o el ritmo. Un poema disfrutado no es olvidado, yo recuerdo a un obrero algo tosco, mi padre, que me recitaba Nada de Pezoa Veliz, orgulloso y yo feliz de escucharlo.
-Cuáles son los ejes o problemáticas que has buscado desarrollar en tu poesía desde «Exhumaciones», pasando por «Animitas» hasta «La hija de la lavandera«?
Sin querer uno de los ejes que he desarrollado en mi trabajo es el tema del anonimato, de personajes que nadie conoce y que tal vez nunca serían recordados. Son obreros, mujeres solas campesinas, niños que viven en la pobreza. Algunos de estos personajes son mis familiares, otros reales y también inventados. Estoy llena de hablantes, amo con todos y sufro con todos; conservo de estos sus frases y lugares. Trabajo con Dios y con el Diablo y son recurrentes en las maldiciones y en los llamados de estos personajes. También mezclo la música con los poemas para espantar el sufrimiento, el canto como una invocación o como rito para tranquilizar mi corazón mestizo o champurria.
Con todas las situaciones de violencia que estamos viviendo otra vez nos estamos llenando de anónimos, de estos héroes de los que jamás conoceremos sus nombres, pero que han muerto o han quedado cegados por defender lo poquito que tenemos. Me estremece la violencia en la que vivimos y lo poco que le importamos a esos que manejan nuestras vidas.
–Vives a caballo entre la enseñanza, la música y la poesía cerca de Los Ángeles, en el sur de Chile ¿Cómo ha sido escribir desde ahí?
La tranquilidad de esta ciudad me permite sumergirme en la escritura y me mantiene cerca de Santa Bárbara un pueblo a unos 40 minutos de Los Ángeles. De esta zona proviene mi familia materna y paterna, mi legado y fuente para escribir, para reconstruir la historia familiar mis raíces campesinas e indígenas. También trabajo en una escuela donde puedo mostrar un poco de poesía y música, a pesar de que esta ciudad es conservadora da espacio para intervenirla, mis estudiantes disfrutan de tener una profe escritora jajajaj que de repente se vuela con algunos textos. Para algunas alumnas es impresionante ver a una autora u autor vivo, piensan que la mayoría de los escritores están muertos.
–En tu mirada como poeta cómo ha sido tu relación con Pablo Neruda?
Es difícil hablar de una relación con Neruda considerando su biografía, pero puedo decir que, y me pondré estructuralista, hay dos libros que me han impactado por su fuerza, calidad y belleza Residencia en la Tierra y Canto General. El otro libro que destaco y utilizo para trabajar con mis estudiantes es El libro de las preguntas ya que es lúdico y lo puedes enlazar con otras ramas del arte.
-Cuál es el peor error qué puede cometer un poeta?
Mi querido Floridor Pérez sostenía que la principal etapa de la escritura era corregir. Un error de muchas y muchos escritores es subestimar la corrección, esta genera una conexión consciente con el oficio escritural, te transforma en un ente humilde y te reconoces como un sujeto lleno de erratas. El otro error que cometen algunos poetas es que creer que Chile les debe algo.
-Diez libros que te hayan marcado a fuego?
Llano en Llamas de Juan Rulfo
Pedro Páramo Juan Rulfo
Cien años de soledad Gabriel García Márquez
Desolación Gabriela Mistral.
Paisaje con grano de arena Wislawa Szymborska
Cartas de prisionero de Floridor Pérez, debo mencionar que este libro me marca profundamente por el tiempo en que Floridor lo escribió. Él estuvo detenido en el regimiento de Los Ángeles con muchas personas y entre estas estaba mi abuelo Manuel Wentén quien fue asesinado en este recinto maldito y por las cosas del destino Floridor estuvo presente en el fusilamiento de mi abuelo, años después nos daríamos cuenta en una conversación.
Proyecto de obras completas de Rodrigo Lira
Violeta Parra Poesía, Investigación y recopilación de Paula Miranda
Libro de Las mil y una noches, 3 volúmenes, editorial Aguilar.
Poemas de Safo.
-Qué verso llevas como un mantra dentro de ti?
“polvo serán, más polvo enamorado”
-Cuál crees tú es el gran aporte de la enseñanza literaria a la crisis actual que vive el país?
La enseñanza de la literatura nos ha entregado la posibilidad de tener hoy jóvenes empoderados, que lideran y desafían a un sistema que nos tienen acogotados. No es el mejor sistema educativo, pero los que estamos en él, nos hemos esforzado para que estos chicos no tengan miedo y que a través de lecturas diversas construyan mundos no solo en sus cabezas sino que afuera donde todo debe ser más justo y solidario. La literatura les enseñó a identificarse con personajes fuertes y decididos; a reflexionar y a transformar nuestra cultura mestiza.
-Qué poema tuyo leerías en una sala de clases hoy?
Leería Canto para espantar al Wecufe del libro Animitas editado por Gramaje ediciones, es un poema cantado para echar lo malo, para sacar la maldad hacia la luz… Vide la vida negra/risa demonio negro/vide gente veneno/como demonio muerto/ Como demonio muerto… acompañado de las palmas de mis estudiantes.
-Entrando a la contingencia política y social que vive Chile, qué medidas concretas ayudarían al chileno o chilena desde tu mirada de poeta y profesora?
Hay varias medidas de urgencia y difícil pregunta, desde mi mirada de poeta me encantaría que la clase política pidiera perdón por sus robos, asesinatos a lo largo de la “democracia”, colusiones, tramites de leyes para beneficios propios o de sus empresarios favoritos, que dejarán de perseguirse la cola como se dice coloquialmente, pero eso no va a pasar, ya que están arraigados a la soberbia, al poder y al miedo.
Como profesora de una escuela municipal una medida que ayudaría a la comunidad en general, sería cambiar el negocio de las administradoras de fondos de pensiones, en mi área tengo apoderadas de la tercera edad que están criando a sus nietos y no les alcanza para vivir lo que se traduce en grandes gastos en vivienda, alimentación, medicamentos, endeudamiento, entre otros. En pedir no hay engaño, espero que la sensatez sea una palabra que este año pueda entrar en la conciencia política. Lo otro es dejar de criminalizar a los manifestantes y hacer que los fiscales hagan su trabajo como corresponda o que funcione la maquinaria judicial.
–Un libro crucial que no pudiste terminar?
Considero que un libro importante para nuestra literatura latinoamericana es Rayuela de Cortázar, lo empiezo a leer y luego me vuelo.
–Qué poetas de fuera de Chile te llaman profundamente la atención en estos días?
Wislawa Szymborska, hay imágenes simples y cotidianas en sus versos que me han encantado, lucidez.
-Qué libro te gustaría haber escrito de algún poeta chileno?
Me habría encantado escribir Venus en el pudridero de Anguita es simplemente hermoso.
La tomé por la mirada, rebanando con mi vista su entrecejo,
y desde ahí, humedeciendo con su vista mis manos y con mi vista su cuerpo,
sin dejar de mirarla,
comencé con las yemas a estirar sus ojos a las sienes:
hasta que su cabeza reclinóse en mi hombro.