Las proyecciones lumínicas de Delight Lab han tenido tanta repercusión, han creado tanta conciencia y han expresado tan certeramente el sentir de la gente, que ni las censuras ni las amenazas han podido detener su actuar. Otra vez, el arte con sentido se toma el espacio público y desde allí, con su luz, irradia esperanza y dignidad. Conversamos con Octavio Gana, quien junto a su hermana Andrea, lideran este proyecto que ha sido un ícono artístico de la revuelta.
Por Tamym
Cuéntanos sobre tus comienzos artísticos, primero con la poesía y el diseño. ¿Cuál ha sido tú recorrido para llegar donde estás ahora?
Empecé con la poesía en el colegio, desde pequeño nuestra madre nos leyó poesía, por lo que era algo familiar, y conocí una amiga en el colegio que escribía y de cierta forma me dijo que yo también podía hacerlo. Bueno, poco a poco me fui soltando más en ese sentido. Por otro lado siempre me llamó la atención el arte no convencional, el arte que cruzaba límites, por lo que la performance, los simulacros, el readymade, y el street art siempre llamaron más mi atención que la pintura y la escultura. Queriendo hacer cine de adulto me metí a estudiar Diseño en la Universidad de Chile -en ese momento no había opciones de cine públicas- y fue ahí donde me metí en el mundo de los zines, el sticker y los stencil. La poesía siempre compañera y presente. Luego me tocó conocer a Héctor Hérnandez quién organizaba el Poquita Fe, festival al cual pude ir y participar la versión siguiente, ahí conocí más de cerca a poetas latinoamericanos y abrir vínculos, aunque me parecía en ocasiones un mundo muy de egos y competencia, por lo que no me sentí tan cómodo en los eventos sociales, a pesar de eso se generaron grandes amistades. Paralelamente, incursioné en el mundo del video y la fotografía y, de pronto, mi hermana que estudiaba arte en la PUC me presentó a los artistas que trabajaban con la luz, sobretodo con la video proyección, ahí se generó un antes y un después, ya que nos dimos cuenta que queríamos dedicarnos a eso. Luego la historia es bien larga, pero se traduce en insistir y buscar de una u otra manera en entrelazar los intereses, las búsquedas artísticas con la posibilidad de que además generen un impacto y una utilidad para algún sector o grupo de la sociedad. De alguna forma incentivar cambios al visibilizar aspectos ocultos. Es en ese momento quizás donde nos encontramos ahora junto a Andrea con Delight Lab, una mezcla de luz, espacio público, poesía y concientización para una nueva humanidad.
¿Cómo fue el proceso del proyecto Delight Lab desde un arte más convencional a uno totalmente comprometido y político? ¿Cómo ves esa tensión necesaria entre Arte y Política?
Probablemente empezó como una fascinación y exploración de la técnica misma. Sin embargo, siempre se buscó irrumpir en el espacio público. Sobre el compromiso, este empezó con las primeras marchas pingüinas, luego con Patagonia sin represas y Salvemos Punta Choros con Chao Pescao, pero en la medida que fuimos creciendo sentimos que era lo que probablemente más sentido nos daba, poder con nuestro arte comprometer y ayudar de una u otra manera a causas. Es ahí, desde una resonancia poética, que nos plantamos y empezamos a accionar. La primera intervención de ese tipo, de mayor impacto fue la de Camilo Catrillanca, “que su rostro cubra el horizonte” (Zurita) sobre los edificios Turri, arriba del Teatro de la Universidad de Chile, en la entonces Plaza Italia, al día siguiente de su asesinato por la policía de Chile. Ese mismo año le siguió «Zona de Sacrificio» sobre el humo de las chimeneas de la termoelétrica de Ventana y los “Espíritus del agua” sobre las copas de agua en Osorno, luego del derramamiento con petróleo en el agua potable y sobre el río Rahue por parte de la empresa Essal.
El proyecto ha tenido una incidencia ciudadana tremenda en el movimiento social. De alguna manera con sus obras, expresan y visibilizan el sentir de la gente. Cómo ha sido todo este año (desde el 18/10) para Delight Lab.
Ha sido potentísimo, como una montaña rusa. Ha pasado de todo, entre el reconocimiento, las censuras y amenazas, los apoyos y muestras de solidaridad, pero por sobretodo los agradecimientos y el cariño de las personas. Para nosotres es muy importante sentir que lo que hacemos de una u otra manera sirve, por lo menos, como un sentir y como parte de visibilizar aspectos y buscar sensibilizar a la sociedad. Además, pensar en la utilidad del arte y la poesía para la sociedad, en ese sentido creemos muy potente este tipo de acciones y, a la vez, de salir de los lugares esperados, eso es clave: usar la ciudad, entera, pensar la ciudad como un ente vivo dinámico y potenciarlo desde ahí, entender cómo la publicidad queda obsoleta cuando se trata de revolución y de conciencia, es ahí cuando la poesía y el arte es la clave y un potenciador de esperanza, convicción y de expansión de imaginarios absolutamente necesarios para avanzar en nuevos horizontes posibles alejados de la alienación que impone el sistema establecido.
¿Cuál es tu opinión de lo que está pasando en Chile y cuál es tu reflexión de todo lo acontecido con la revuelta social?
Que esto debió haber ocurrido a principio de los 90. La clase política y los grandes empresarios en su mayoría quisieron preservar el mortífero modelo neoliberal de la dictadura. Esto que vivimos ahora es en gran parte responsabilidad de esos políticos que no fueron capaces de avanzar de verdad en justicia social; en vez de eso, preservaron el modelo en el cual son parte activa, por lo mismo en este Chile actual no tienen cabida. La revuelta social es lo más bello que le ha pasado a Chile desde que tengo memoria. Espero que estemos a la altura todos como para recibir y generar los cambios necesarios para tener un país en el cual de gusto vivir y ser parte de él. Creo que el reconocimiento con la ancestralidad de este territorio es clave para buscar solución a conflictos socio medioambientales.
¿Qué es para ti la luz, qué significa en tu vida?
Es uno de los fenómenos más alucinantes con lo que me he topado. A la vez, es una herramienta que utilizo y una maestra. Es muy bella además porque es inmaterial y eso te abre un mundo de creencias que te permite conectar con planos más sutiles de significación y sensibilidad. Es muy bello pensarla como algo que puedes esculpir, pero también como algo que es información que muchas veces no comprenderás jamás, pero que de una u otra manera puedes intuir.
Por último, cuéntanos en qué estás tú y Delight Lab ahora y cuáles son los proyectos que se vienen.
Junto a Andrea estamos explorando nuevos elementos lumínicos como la luz láser, pero además estamos comunicándonos y creando en el plano sonoro-musical, por lo que se vienen proyectos mucho más audiovisuales en el sentido de la integración de ambos factores. Por otro lado se viene una obra en relación al agua desde una perspectiva de los pueblos naciones originarias para Santiago a Mil, obra llamada “Espíritu del Agua”, y es un relato en mapudungun que desarrollamos junto a Galo Ghigliotto y Joel Maripil en mapudungun, que acompañará unas proyecciones sobre copas de agua, a modo instalativo/narrativo, evocando la importancia del agua desde un plano esencial de la vida, desestimando la concepción de agua como un recurso, sino como sinónimo de vida: la vida nunca está separada de su plano espiritual.