Por Ernesto González Barnert
Tuve la suerte de entrevistar a una de las poetas que más admiro de Venezuela, por su intensidad y cruce de formatos, su deseo de explorar y performativo de la lengua castellana: Dira Martínez Mendoza (∞) . Ella es Licenciada Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela) Especialista en Estudios Avanzados en América Latina (Universidad Complutense de Madrid). Colaboradora en revistas culturales y fanzines. Cuenta con un libro publicado (N)aves por la Editorial Pirata Cartonera. Forma parte de las antologías Antología postmortem (Editorial Casamanita- México); Prometeo 97- La paz se escribe sobre lava (Revista Prometeo- Revista Internacional de Poesía en Colombia); Antología Literaria Internacional “Poesía Hembra” (Perú, 2014); 102 poetas Jamming (Oscar Todtmann editores); Revista Poesía número 160 (Universidad de Carabobo, Venezuela); Antología Hispanoamericana Nubes. Compilación de Edda Armas (Dcir Ediciones-Editorial Pretextos, 2019). Desde el año 2009 incorporó, en su propuesta poética, intervenciones de cuerpos con poemas. La propuesta de poesía en el cuerpo estuvo participando en White Street Project en Melbourne- Australia en el año 2014 formato light box. En definitiva, Dira Martínez es una poeta que sabe que el poema no termina escribiéndose en el papel o libros, sino en el cuerpo, en la memoria, la espina dorsal de cada lector.
¿Cómo vives la pandemia en Venezuela?
En Venezuela estamos atravesando una demolición de todo lo que conocíamos y severas restricciones; la pandemia es prácticamente un impacto más dentro de todo el contexto país, en condiciones extremas. Estoy atravesando la pandemia, procurando sobre todo, no dejarme arrastrar por el pánico colectivo.
¿Cuáles son algunas de las grandes directrices de la escena venezolana en estos días a nivel conceptual, si existen a tu juicio?
Hablar de una escena a nivel conceptual en Venezuela, es quizás en mi opinión algo absurdo; estamos atravesando una coyuntura demasiado intensa en la cual no existe una escena conceptual como tal en lo que al arte y escritura se refiere. Existe una directriz oficial con una narrativa que ronda en torno al culto de la personalidad y el poder; un discurso del poder, y paralelamente, los habitantes de un país creando su propia narrativa, que viene a ser un desahogo frente al abuso del poder. En otros casos, la valentía de atravesarlo para ir creando posibilidades. En lo que al arte y la escritura se refiere, hay una exigencia y presión social que tiene que ver con la creación a partir del discurso de la lucha en contra del poder y que los temas estén en consonancia con las urgencias. Las urgencias, por lo general, bloquean la capacidad de ver más allá de lo evidente; el sentido más amplio de la vida en todos los ámbitos, en todas sus dimensiones, y así poder vislumbrar otras vías, salidas posibles dentro del contexto. Pudiera decir que hay algunos artistas y escritores que toman el riesgo de salir de la narrativa de lo urgente, a pesar de la presión, creando desde un espacio intuitivo frente a la barbarie, en momentos en los cuales el planeta entero está viviendo una transición hacia otro nivel de consciencia.
¿Qué poema tuyo leerías o dibujarías en un cuerpo en una sala de clases?
En este momento leería o dibujaría este poema :
I can say reef and it transforms itself
into a song
i look for you in this accumulation
of heavenly bodies
in all of their raggedness surrounded
by their own auroras
We are drawing a new – old sky in our veins
a heartbeat of indecipherable geometry
a striking display of colours in the eyes.
En tu caso, ¿Qué le dice la Licenciada en Estudios Internacionales por la Universidad Central de Venezuela y Especialista en Estudios Avanzados en América Latina por la Universidad Complutense de Madrid a la poeta, y viceversa, se la llevan bien?
Es una relación simbiótica.
La internacionalista le dice a la poeta que el mundo es un sistema integrado, que no hay lugar en el mundo que no sea parte de un sistema interdependiente. Cuando estudias los procesos de integración de los países, podríamos poner como ejemplo la integración de la Unión Europea; eso se dice fácil, pero ese proceso en su totalidad resume distintas fases de integración, rondas de negociación para poder llegar a los acuerdos entre países aparentemente diferentes. Pasar de la primera fase de la integración hasta llegar a la fase de una moneda común no es otra cosa que dejar a un lado las mezquindades y diferencias para fortalecer una región. Cuando estudias los procesos macroeconómicos de los países, entonces puedes ver cómo hay ciclos que se repiten y aplicación de medidas que quizá en este momento necesitan otra visión porque muchas condiciones han cambiado en una era que se muestra como avanzada en tecnología, pero que sigue presentando las mismas fallas estructurales y señales de barbarie social que no podemos afrontar con una visión limitada o repetitiva. Aparte de lo económico y social, necesitamos, y estoy segura que ya lo estamos viviendo, una transformación espiritual humana, teniendo claro que los gobernantes son un reflejo del nivel de conciencia de una sociedad. Es importante saber que en este momento algunos economistas en nuestra región, están hablando de la posibilidad de cambios a nivel económico, si viene de la mano con una transformación de la población. América Latina es un gran jardín, toda la tierra lo es, pero América Latina es un gran y hermoso jardín, menospreciado por sus propios habitantes. América Latina es un ardor que tiene un latido inconfundible; ese ardor hay que sentirlo como fortaleza y no como debilidad; ese latido no puede estar alejado del resto del mundo. Pero hagamos algo, vamos a ir más allá de toda esta separación y fronteras; hay un término de las Ciencias Económicas y Sociales, un término que quizá fue utilizado por pequeños grupos, pero que a mí me parece hermoso si pudiésemos atravesar con contundencia la conceptualización y separación: “El Gran Concierto de las Naciones”. La totalidad de los países del mundo y su interacción, como la afinación y el sonido de una gran orquesta.
La internacionalista le recuerda a la poeta que las guerras pasan, que hay acuerdos posibles entre los seres humanos cuando reconocen que hay un destino común.
La poeta le dice a la internacionalista que todo este discurso es innecesario, que la vida realmente es un misterio. Creemos que sabemos algo y todas nuestras certezas se disuelven en el misterio de la existencia. Es un recordatorio, un momento de sosiego que nos permite soltar toda pretensión de conocimiento en momentos en los cuales no sabemos a ciencia cierta qué ocurrirá; ninguna certeza académica logra llevarle en este momento el ritmo al huracán que estamos viviendo. La poeta le dice a la internacionalista, que si en un poema cabe confrontar a otros y profundizar la guerra, también tenemos la capacidad de lograr la paz. Que por andar distraídos no tenemos ni idea de la magnitud de la capacidad creadora del verbo. Estamos en tiempos de un despertar del corazón, lo que se conoce como la Era de la Luz.
¿Qué libros, arte, música le estás hincando el diente esta temporada?
En mi escritorio está en este momento “Opus Nigrum” de Marguerite Youcenar, ” El sueño creador” de Maria Zambrano” y siempre vuelvo a un par de libros de poesía de los buenos amigos y autores que considero faros. También lecturas que impulsan y acompañan la transformación, esto es vital. Algunos días escribir, hacer collages como ejercicio creativo, lúdico, explorando la memoria remota. En lo que se refiere a música, depende del día; hace un par de días volví a escuchar una vieja canción: “Ashes of Idols” de Joe la Reina, por ejemplo.
¿Un verso o frase como un mantra dentro de ti estos días aciagos?
“Lo que es amado es lo que es bello”
“Siente el suelo bajo tus pies y párate con fuerza en el mundo. No afectado y no influenciado donde quiera que estés, no importa que estés haciendo”
¿Cómo resumirías tu arte poética, en tiempos de reivindicación feminista, en la que se juegan poéticamente las junturas de culturas y latitudes de tus raíces diversas en un mundo globalizado?
Lo primero que podría decirte es que en este momento estoy viviendo un proceso relacionado entre otras tantas cosas con ir disolviendo la identificación, porque la identificación también es un límite; nos mantiene estancados y esclavizados a nuestro propio discurso temporal y coyuntural de lo que consideramos “nuestra obra”. Esto es un ancla que nos impide avanzar y seguir creando al ritmo de la transformación que estamos viviendo, la identificación nos mantiene atados a un discurso fijo.
Disolver la identificación no solo con la obra en sí, sino también con una narrativa de clasificación de los seres humanos en detrimento de la verdadera humanidad que somos: energía libre expresándose. Somos más que estas guerras, somos mucho más: somos el entramado de la Totalidad. Existen causas que no corresponden necesariamente a lo que convencionalmente conocemos como la causa de todo lo que ocurre y esa compresión entra en otro terreno de asimilación.
Todo esto lleva implícito ir perdiendo identificación con “mi obra”, reconociendo “La Gran Obra” que es el mundo. Se dice fácil, cuando en realidad es calor alquímico y presión extrema. Implica un verdadero compromiso con la transformación y sacar fuerzas para soportarlo.
¿Qué poetas o escritores nos recomiendas leer de Venezuela?
Pamela Rahn, Jesús Montoya, Daniel Oliveros, Jairo Rojas Rojas, por mencionar algunos o los más cercanos, ya que son muchos más. Son poetas que han ido atravesando la presión social propia del momento que estamos viviendo y han ido entrando en otras aguas de la realidad que estamos experimentando; cada uno con su termómetro en mano marcando temperaturas, la noción del incendio que nos habita desde un cambio interno que empieza a ser consciente. No me considero una experta en asuntos literarios; si le preguntas a cada escritor, menciona de acuerdo al conocimiento que posee o afinidad. Sin embargo, no quisiera ponerle límite a esta respuesta; considero que mantener un estado creativo en una circunstancia tan compleja es toda una hazaña. Son muchos los venezolanos que están escribiendo y también fomentan el espacio creativo, en momentos en los cuales las urgencias, necesidad de supervivencia y restricciones “país” van poniendo cercos cualquier expresión del espíritu.
Recomendaría leer entonces a todos los poetas que están vivos en este momento, reconociendo oportunamente que en muchos encuentros aquella labor consecuente del oficio; dejando constancia de los eventos y la velocidad inexpresable que estamos viviendo.
Escritores de Venezuela vivos y muertos hay muchos; cada uno nos ha mostrado reflejos de todo aquello que aún permanece en la memoria colectiva de la nación.
¿Es Rafael Cadenas el gran referente actual de las letras en tu país?
Si, es un referente actual en Venezuela. Leer su poesía es más que leer poemas; encuentras en su poesía la sabiduría propia de quien ha caminado durante largo rato, y con el sosiego que va de la mano con la experiencia te dice en medio del impacto, que hay algo que va más allá de lo evidente.
“En medio de la mentira, por encima de ella, en la hendidura, busca este país su verdadero rostro para curarse”
¿Un libro que nunca has podido terminar de leer?
“Diario de un Genio” Salvador Dalí
¿Qué viene a tu mente cuando piensas en poesía chilena?
Cuando pienso en poesía chilena pienso en Bolaño, Violeta Parra, Teiller, Huidobro, Gabriela Mistral, pienso también en La Colorina. Cuando pienso en poesía chilena pienso en ti y en HH quienes son los referentes más cercanos.
¿Cómo ha sido tu relación con la obra Nerudiana?
La primera colección de libros de Neruda que vi la tenía mi madre. Neruda es ese poeta que viene a ser una referencia inicial; no voy a hablar del Neruda controversial, ni sus debilidades como ser humano, ni sus afectos políticos, etc. Hablo de Neruda como un poeta que ha sido referencia de la poesía chilena y que es como ese primer paso para luego ir descubriendo otros autores del Chile profundo; durante mucho tiempo su obra abarcaba todo en AL; quizá ahora su obra se mantiene, pero son otras las referencias.