Fundación Pablo Neruda conmemora este 2025 los “75 años de Canto General”, libro fundamental del poeta Pablo Neruda, una de las obras más influyentes de la poesía Americana y universal.
A fuerza de postergaciones y fracasos la busca de la unidad de América Latina terminó por convertirse en una de las utopías del continente. Es decir, algo inalcanzable. A lo largo de la historia se han sucedido los proyectos nunca realizados de integración política, social y económica. El sueño de Bolívar se ha hundido una y otra vez. Somos los Estados desunidos de Latinoamérica. Y esa fragmentación nos deja indemnes frente a los Estados Unidos de Norteamérica.
Pero Pablo Neruda en su Canto general encontró parte de la unidad más profunda de América. En una de sus conferencias el poeta señalaba que animado por el propósito de “dar una gran unidad al mundo que yo quería expresar, escribí mi libro más ferviente y más vasto: el Canto general.” Y en el Congreso Continental de la Cultura, de 1953, declaró: “Unir a nuestro continente, descubrirlo, construirlo, recobrarlo, ése fue mi propósito.”
En 1954, el poeta afirmó que su intención inicial había sido escribir un libro solo sobre Chile, y agregaba:
“Muy pronto me sentí complicado, porque las raíces de todos los chilenos se extendían debajo de la tierra y salían en otros territorios. O´Higgins tenía raíces en Miranda. Lautaro se emparentaba con Cuauhtémoc. La alfarería de Oaxaca tenía el mismo fulgor negro de las gredas de Chillán.”
El poeta sugiere que hay una unión subterránea de América que cada cierto tiempo sale a la superficie del continente. Así, 1810 fue una fecha mágica, común a todos, “un año general de las insurrecciones, un año como un poncho rojo de rebelión ondulando en todas las tierras de América.”
Por otra parte, en su Canto general Neruda desechó la periodificación impuesta por los europeos a la historia de América, que empieza, para ellos, con el Descubrimiento, como si antes de la llegada de Colón no hubiesen existido las poblaciones originarias, con su inmensa riqueza cultural, o como si Colón hubiese llegado a una tierra despoblada. Luego venía la Conquista, que era el sometimiento de aquellos pueblos a los que antes se les había negado existencia.
Canto general establece una historia ordenada solo con una genealogía de libertadores, en la que incluye desde los guerreros locales que resistieron a la invasión española, como Cuauthémoc y Lautaro, hasta Zapata, Sandino y Recabarren, pasando por los próceres de la independencia americana. El héroe liberados o redentor o sacrificial es una figura que aparece en toda América.
La doctora Eugenia Neves apunta que “la imagen de la Libertad en Canto General tiene la forma de un árbol cuya fuerza emana de la tierra para darle vida a los héroes de la Libertad, incesantemente renovados.” La libertad de la que gozaban los pueblos originarios, se pierde cuando éstos son conquistados y exterminados, pero finalmente perduran en los pueblos mestizo -americanos. El mestizaje es también común a la América Latina.
Los libertadores de Canto General no son sólo los próceres que luchan en las guerra de Independencia contra el imperio español, a principios del siglo XIX, sino también los indígenas que combaten en defensa de sus tierras, y los líderes populares que se oponen al imperialismo y buscan la redención del pueblo en el siglo XX. Y más allá de los grandes héroes redentores está el protagonista colectivo de la historia: el pueblo. En su poema “La tierra se llama Juan” Neruda dice:
“Detrás de los libertadores estaba Juan / trabajando, pescando y combatiendo, / en su trabajo de carpintería o en su mina mojada. /Sus manos han arado la tierra y han medido/ los caminos.
La unidad de Latinoamérica está también en el dolor de las víctimas de la explotación en Chile y otros países,
La estirpe de los Libertadores americanos tiene como contrapeso la de “Los verdugos”, en la que despliega otra figura propia de Latinoamérica: la de los sátrapas y los tiranos que aplastan y esquilman a sus pueblos.
Para escribir la historia en poesía a Neruda le basta un episodio menor y olvidado, y con él da cuenta de toda unas clase de tiranos y tiranías. Así por ejemplo relata un suceso que ocurrió en Bolivia, en marzo de 1865. Esa noche el tirano Melgarejo fue derrocado por otro caudillo: Belzú. Mientras este celebraba su triunfo recibiendo muestras de sumisión, Melgarejo, que había sido expulsado a golpes del palacio de Gobierno, deambula por las calles como un “tempestuoso espectro.” Después regresa al palacio. Nadie lo detiene porque nadie repara en su presencia. Se acerca a Belzú. Lo mata. Sale al balcón “con su traje desgarrado, / barro de campamento y sangre sucia.” “¡Ha muerto Belzú!¡Viva Melgarejo! – grita. La misma multitud que había festejado a Belzú, ahora grita: ¡Viva Melgarejo! Y sigue celebrando como si diera lo mismo quién es el festejado.
Con este breve relato Neruda da cuenta de toda una época de inestabilidad política y anarquía, en la que la América post hispánica quedó bajo el poder de caudillos que se derrocaban unos con otros.
Canto general da cuenta de una cantidad de vínculos ancestrales que le dan a América Latina una unidad más poderosa y secreta que la de las líneas que demarcan territorios y establecen fronteras.
Texto: Darío Oses