Por Ernesto González Barnert
Sigue siendo un gran libro este «lugar de lluvias» de Clemente Riedemann que fue tan decisivo y nos abrió tanto la cancha en los 90, como sureños. Un volumen que continua siendo sagaz y pertinente en su búsqueda y destino, en su revés a la crónica. Que afianzó tanto el lar renovando su fuerza motriz, la poesía mapuche en su espesor intertextual y claramente mostrándonos de primera fuente un poemario inteligente, atento y destellante en su armado conceptual, atendiendo a las corrientes poéticas, filosóficas del siglo XX. Un libro bello, histórico y político descentralizado y vanguardista en su momento y todavía en el nuestro, que nunca ha dejado de estar afilado, ser descreído y profundo en su consciencia líquida del sur. Un sur también como concepto y centro más allá de los límites geográficos, los accidentes telúricos, el mestizaje en desarrollo y fracaso, nuestra modernidad desternillante y fría, el puzzle roto de la razón, el espejo quebrado de la nación. La belleza y la verdad siempre son mestizas. No son puras. Y pensar aquí como dice Keats nos cubre de pena. Clemente (Valdivia, 1953), poeta, ensayista, antropólogo, sabe. Gracias a Alquimia Ediciones por traer de regreso este clásico que se comenzó a escribir en 1974, terminó publicándose en 1984 y hoy volvemos a leer en su nueva edición.
Karra Maw’n de Clemente Riedemann V. (Reedición Alquimia Ediciones, 2015)
