A propósito de la exposición doble de la Fundación Nemesio Antúnez y Taller 99, llamada «Matriz de la memoria» y «Retorno de los amigos [Nemesio Antúnez-Luis Poirot]», este jueves 31 de agosto 2023, en Melchor Concha y Toro 153, Providencia, Santiago. Es que rescatamos esta pequeña historia que gira en torno a la muerte del vate el 23 de septiembre de 1973, con 69 años, y los trágicos sucesos de la historia chilena acaecidos el mismo mes y año.
El 24 de septiembre de 1973, tras la muerte de Pablo Neruda, acaecida el día anterior, Nemesio Antúnez, junto a los amigos y la familia de Pablo y Matilde Urrutia, viuda del poeta, intentan velar y ordenar un poco La Chascona, en medio de una fuerte vigilancia militar. La Chascona es la casa que Neruda empezó a construir en 1953 en Santiago, para Matilde Urrutia. En su honor la bautizó «La Chascona», que era el apodo que él le daba a ella por su abundante cabellera rojiza.
La casa a los pies del San Cristóbal, vecina del barrio La Chimba, fue destruida y saqueada por orden de la Junta Militar a los días del Golpe Militar. Por consiguiente, se podían ver invaluables libros, arte, artesanía, colecciones de cosas maravillosas e invaluables de Neruda, rotas, tiradas y pisadas, sin ningún sentido, por pura maldad, ya que no encontraron nada de peligro o subversivo.
Entre esas cosas arruinadas, destruidas, un pequeño cuadro roto yacía todo trizado y mojado en el suelo del patio que había sido un regalo de Nemesio a Pablo años antes. Lo reconoce Antúnez y se lo lleva para resguardarlo y restaurarlo dada la situación de precariedad a la que se exponía el legado material del Premio Nobel chileno.
No olvidemos que hace pocos días se había producido el Golpe de Estado quebrando la institucionalidad democrática chilena de manos de militares y la derecha chilena. Así, ese fatídico día del velorio, en La Chascona, destruida y saqueada por orden de la Junta Militar, donde se perdió tanto material de incalculable valor este pequeño cuadro salvó gracias a que su autor lo salvó trece días después del feroz golpe de Estado del general Augusto Pinochet contra el presidente Salvador Allende, que dio paso a una dictadura que dejó más de 3.000 muertos y desaparecidos en Chile.
El funeral de Pablo Neruda fue la primera protesta oficial contra el régimen y que ni siquiera Pinochet pudo detener a pesar de que todos los actos públicos estaban prohibidos por la Dictadura. En un ambiente de amenaza a las muchedumbres y amigos de Pablo que con valor y coraje sobrellevaron el miedo y salieron a acompañar masivamente el cuerpo del poeta afectado de cáncer a su tumba momentánea.
Hoy a pocos días de la conmemoración de los 50 años del Golpe y de la muerte del poeta ese cuadro gracias a la Fundación Nemesio Antúnez volverá a su dueño y casa original y será —esperamos como Fundación Pablo Neruda— una señal de la gran amistad que unió a estos grandes creadores chilenos y del horror que se apoderó de Chile.