¡Muchas y muchos ya la han visitado! Ven a vivir la experiencia de las Casas Museo de Pablo Neruda este Otoño 2023 y sorpréndete con la Muestra “Picasso y Neruda” dedicada al artista español a 50 años de su muerte, con grabados originales del libro “Toros”, basados en textos de Pablo Neruda, te compartimos aquí algunos de ellos. ¡Te esperamos este fin de semana en Isla Negra, La Sebastiana y La Chascona!
Toro
I
Entre las aguas del norte y las del sur
España estaba seca,
sedienta, devorada, tensa como un tambor,
seca como la luna estaba España
y había que regar pronto antes de que ardiera,
ya todo era amarillo,
de un amarillo viejo y pisoteado,
ya todo era de tierra,
ni siquiera los ojos sin lágrimas lloraban
(ya llegará el tiempo del llanto)
desde la eternidad ni una gota de tiempo,
ya iban mil años sin lluvia,
la tierra se agrietaba
y allí en las grietas los muertos:
un muerto en cada grieta
y no llovía,
pero no llovía.
II
Entonces el toro fue sacrificado.
De pronto salió una luz roja
como el cuchillo del asesino
y esta luz se extendió desde Alicante,
se encarnizó en Somosierra.
Las cúpulas parecían geranios.
Todo el mundo miraba hacia arriba.
Qué pasa? preguntaban.
Y en medio del temor
entre susurro y silencio
alguien que lo sabía
dijo: “Esa es la luz del toro”.
III
Vistieron a un labriego pálido
de azul con fuego, con ceniza de ámbar,
con lenguas de plata, con nube y bermellón,
con ojos de esmeralda y colas de zafiro
y avanzó el pálido ser contra la ira,
avanzó el pobre vestido de rico para matar,
vestido de relámpago para morir.
IV
Entonces cayó la primera gota de sangre y floreció,
la tierra recibió sangre y la fue consumiendo
como una terrible bestia escondida que no puede saciarse,
no quiso tomar agua,
cambió de nombre su sed,
y todo se tiñó de rojo,
las catedrales se incendiaron,
en Góngora temblaban los rubíes,
en la plaza de toros roja como un clavel
se repetía en silencio y furia el rito,
y luego la gota corría boca abajo
hacia los manantiales de la sangre,
y así fue y así fue la ceremonia,
el hombre pálido, la sombra arrolladora
de la bestia y el juego
entre la muerte y la vida bajo el día sangriento.
V
Fue escogido entre todos el compacto,
la pureza rizada por olas de frescura,
la pureza bestial, el toro verde,
acostumbrado al áspero rocío,
lo designó la luna en la manada,
como se escoge un lento cacique fue escogido.
Aquí está, montañoso, caudal, y su mirada
bajo la media luna de los cuernos agudos
no sabe, no comprende si este nuevo silencio
que lo cubre es un manto genital de delicias
o sombra eterna, boca de la catástrofe.
Hasta que al fin se abre la luz como una puerta,
entra un fulgor más duro que el dolor,
un nuevo ruido como sacos de piedras que rodaran
y en la plaza infinita de ojos sacerdotales
un condenado a muerte que viste en esta cita
su propio escalofrío de turquesa,
un traje de arco iris y una pequeña espada.
VI
Una pequeña espada con su traje,
una pequeña muerte con su hombre,
en pleno circo, bajo la naranja implacable
del sol, frente a los ojos que no miran,
en la arena, perdido como un recién nacido,
preparando su largo baile, su geometría.
Luego como la sombra y como el mar
se desatan los pasos iracundos del toro
(ya sabe, ya no es sino su fuerza)
y el pálido muñeco se convierte en razón,
la inteligencia busca bajo su vestidura
de oro cómo danzar y cómo herir.
Debe danzar muriendo el soldado de seda.
Y cuando escapa es invitado en el Palacio.
Él levanta una copa recordando su espada.
Brilla otra vez la noche del miedo y sus estrellas.
La copa está vacía como el circo en la noche.
Los señores quieren tocar al que agoniza.
VII
Lisa es la femenina como una suave almendra,
de carne y hueso y pelo es la estructura,
coral y miel se agrupan en su largo desnudo
y hombre y hambre galopan a devorar la rosa.
Oh flor! La carne sube en una ola,
la blancura desciende su cascada
y en un combate blanco se desarma el jinete
cayendo al fin cubierto de castidad florida.
VIII
El caballo escapado del fuego,
el caballo del humo,
llegó a la Plaza, va como una sombra,
como una sombra espera al toro,
el jinete es un torpe
insecto oscuro,
levanta su aguijón sobre el caballo negro,
luce la lanza negra, ataca
y salta
enredado en la sombra y en la sangre.
IX
De la sombra bestial suenan los suaves cuernos
regresando en un sueño vacío al pasto amargo,
solo una gota penetró en la arena,
una gota de toro, una semilla espesa,
y otra sangre, la sangre del pálido soldado:
un esplendor sin seda atravesó el crepúsculo,
la noche, el frío metálico del alba.
Todo estaba dispuesto. Todo se ha consumido.
Rojas como el incendio son las torres de España.
Picasso es una raza
En nuestras Américas hay hallazgos: en islas deshabitadas o selvas irascibles bajo la tierra de pronto se encuentran estatuas de oro, pinturas sobre la piedra, collares de turquesa, cabezas inmensas, vestigios de innumerables seres desconocidos a quienes hay que descubrir y nombrar para que respondan su silencio secular.
Si en una isla nuestra se encontraran las capas sucesivas de Picasso, su monumental abstracción, su creación rupestre, sus joyas exactas, sus cuadros de felicidad y de terror, los arqueólogos asombrados buscarían los habitantes, las culturas que tanto hicieron acumulando fabulosos juegos y milagros.
Picasso es una isla, Un continente poblado por argonautas, caribes, toros y naranjas. Picasso es una raza. En su corazón el sol no se pone.
Vuela la paloma de Picasso
Una paz firme o una tregua responsable curará de inmediato muchos de estos estigmas en nuestros jóvenes pueblos que luchan por su existencia y por su independencia. Esta paz significará nueva energía y fecundidad para ellos. Un desarme mundial quitará de los ojos de las armas que se amontonan y oxidan en los puertos de América del Sur o que se preparan para la lucha entre los hermanos. Las perspectivas de la cultura serán tan extensas como el territorio de nuestro continente gigantesco.
Los verdaderos problemas, los viejos y los nuevos problemas, conflictos y soluciones se examinarán en las tribunas y en los libros.
Los alimentos y los libros llegarán a todos los rincones de la América analfabeta y hambrienta. Reaparecerá entonces el amplio humanismo que no puede vivir eternamente enfrentándose a las apremiantes necesidades, a la vida estrecha y oscura y al terror cósmico de una posible guerra total.
Pienso que en este tiempo nuestras comunes ideas de paz han logrado hacerse presentes a la mayoría de la humanidad. Cuando hace algunos años abrió sus alas por vez primera la paloma de Picasso, no pensamos que alguna vez su vuelo llegaría al África remota y al ardiente Caribe. Hoy toda la humanidad la conoce y nos reunimos para que su vuelo musical no se interrumpa. El hombre explora el cosmos y en esta exploración lo acompañan los más viejos sueños del hombre y las tremendas energías de las nuevas fuerzas descubiertas y desarrolladas.
Estamos a punto, me parece, de hacer llegar hasta los más endurecidos los conceptos de la guerra imposible y de la paz razonada. Es otro viejo sueño de la humanidad, en el cual hombres de conciencia y grandes pueblos representados en esta reunión, trabajan sin descanso.
Representamos un nuevo continente, el verdadero continente de la esperanza humana que invita a todos los hombres a trabajar en paz.