Por F.S.G.
Esta edición, con un breve prefacio de Marcel Schwob, quién en su momento hizo la traducción al francés de este texto, nos entrega el retrato de la vejez y muerte del insigne filósofo, que nunca se movió de Könisberg y sus alrededores – ciudad prusiana de unos 50.000 habitantes, allá por el año 1800. Lo que realiza de Quincy, es contar esa historia, con tal destreza en su escritura, que ningún lector llegará a dudar de su verosimilitud total. Basado en textos biográficos de tres publicaciones realizadas en 1804, año de la muerte de Kant, de Quincy toma la voz de uno de los cercanos al filósofo, Wasianski, para imprimir el tono de cercanía que mantiene el relato. Sin mucha compasión y no exento de ironía y perspicacia, el retrato de Kant en la mano del autor, resulta impresionante.
Los últimos días de Immanuel Kant, Thomas de Quincey ( Firmamento Editores, 100 páginas)
