«El Proyecto LEA continuamente ensaya una posibilidad de aunar visiones y puntos de vista».
Por Ernesto González Barnert
Conversamos con el poeta Matías Gallardo, que codirige el taller LEA «Poética de la devastación», junto a lxs escritores Betsy Romero y Tamym Maulén, por su trabajo desarrollado en el laboratorio poético durante este año, además de estar próximos a sacar un libro colectivo que vienen trabajando ya varios meses.
Matías Gallardo (Puerto Montt, 1992) Profesor de Historia y Geografía, y magister en sociología de la cultura y análisis cultural en la Universidad Nacional de San Martín/ IDAES, Buenos Aires. Ha participado de forma multidisciplinar en diversas áreas artísticas como el dibujo y literatura, publicado en distintas antologías nacionales e internacionales y en distintas revistas digitales. Forma parte de la Editorial Cartonera Helecho De (Región de los Lagos). Integrante del equipo de contenido ARDE (Acción Revolucionaria de Escritores). Actualmente es coordinador del proyecto LEA (Laboratorio de Escritura de las Américas).
–¿Me gustaría partir preguntándoles en qué consiste el trabajo que desarrollan en este taller llamado “Poética de la devastación”, abierto al mundo, online? ¿Por qué creen es una reflexión crucial que los escritores deben hacerse hoy en día?
–El trabajo desarrollado estos meses en relación con el laboratorio “Poética de la devastación” ha sido focalizado en la serie de ejercicios para atender la experimentación creativa en forma y voz poética a la pregunta, conjetura o crisis enarbolada en los conceptos aunados en la Devastación. En este sentido consideramos importante acercarnos al trabajo semanal de sostener una serie de ejercicios de escritura creativa que abarcaban distintas funciones-tareas- pie forzado, que desarrollan su propia crisis respecto al “por qué escribir”, luego a nuestro acercamiento a qué es la poesía, la narrativa, el uso de variaciones del lenguaje poético desde las imágenes, intervención y performance, procesos de trabajo multimedial-audiovisual en función de experimentar con su propio lenguaje poético, el trabajo respecto a la poesía visual, que fue un puntal enorme según los intereses de gran parte del laboratorio, así como también la memoria, post memoria o meta relato apuntado principalmente a la forma rebelde de la escritura y apuntar un trabajo crítico sobre la función de la poesía. Todo esto es fundamental entregar herramientas de lectura que es gestada por nuestro equipo de trabajo para presentar distintas autoras y autores como marco de trabajo, atendiendo el sentido de exploración entre todes se va nutriendo, y del cual, nosotros como docentes del laboratorio debemos gestar, facilitar estos, y desarrollar técnicas para el mejor desarrollo de la convivencia y de potenciar, mediante la retroalimentación, el trabajo desarrollado, además de atender las formas de dinámicas en los tiempos de estas sesiones que se viven con enorme intensidad.
Considero que es fundamental la reflexión o conjetura que se puedan desarrollar desde el laboratorio, especialmente la propia consigna que propusimos para este laboratorio “Poética de la devastación”, una crítica propiamente tal que busca abarcar el sentido subjetivo de interpretación de estos temas, pasando por la propia reflexión desde el posicionamiento del por qué uno escribe, temáticas, urgencias, así como la profunda crítica y reflexión política o crítica a lo propiamente relacionado con la literatura. Nuestro acercamiento o distancia que entrecruza susceptibilidades y particulares que, en cada momento del laboratorio existen estos cruces de voces poéticas que nos posicionan de distintas maneras a cierta reflexión, y que nutre, retroalimenta constantemente cada preocupación o conjetura propuesta por todes les participantes del laboratorio, más aún, cuando se trabaja de forma colaborativa, lo cual armoniza y al mismo tiempo es un disparador de adentrarnos a reflexionar sobre las obras presentadas, así como la experimentación como tal de cada uno para explorar esta poética de la devastación, que fuimos descubriendo poco a poco el cómo se constituye para un nosotres.
–¿Cómo ha sido la experiencia vivida por cada uno de ustedes, como docentes, en el taller que codirigen ?
–La experiencia como docentes, o facilitadores (un concepto que creemos que se ajusta de mejor manera en la experiencia LEA) en este sentido fue totalmente enriquecedora y de una armonía espectacular. Creo que el sentido de bienestar, unido al confort que significa trabajar junto a compañeres y amistades, ensaya una posibilidad casi única en la forma de trabajo, principalmente en la forma de acompañarnos y confiar en los criterios aunados y las propias dinámicas que se gestan junto a mis compañeres facilitadores, así como también, con todo participante del laboratorio. En este sentido, la base angular de este laboratorio es la experiencia vivida desde un espacio seguro, y desde ahí forjar lazos de trabajo y exquisita convivencia para desarrollar el sentido de confianza que permita expresar las habilidades, talentos y principalmente la experimentación de cada uno de los integrantes del laboratorio. Este punto es trascendental en relación a experimentar con sus propias dinámicas y tiempos de trabajo, así como nutrirse de los demás compañeros. En este sentido, la confianza que uno debe entregar, apoyar y atender son fundamentales para el seguimiento de las experiencias particulares y su debido proceso, junto a las retroalimentaciones, siendo esta última, pensada en nutrir y acompañar los procesos creativos semana a semana para la mejor resolución de su propia experiencia creativa.
–¿A qué apunta el libro final que están trabajando con el taller? O, ¿Qué nos pueden adelantar de lo que encontraremos ahí, la idea motriz que sustentará la obra colectiva y artística como es común en los libros Lea que conocemos?
–La obra/libro final que lleva por título “En las fauces de la devastación” atiende a una experiencia y una crisis como tal, al figurar y complejizar el enorme desafío que es el concepto de Devastación, para luego ensayar la experiencia al situarse dentro de los marcos individuales y colectivos de un concepto tan basto como este. Ensayamos y atendimos la premisa conceptual de la Devastación junto a lo devastado, presentando la variedad contrapuesta de la experiencias individuales o relatos que muchas veces son autobiográficos, y la sincronía que se denota desde un primer momento, aún con toda esa complejidad que esta refiere de atender la devastación, la cual, podríamos decir que tuvo cierto seguimiento en cada uno de los ejercicios escriturales, desarrollando este desafío temático que los integrantes del LEA atendían como una preocupación. A medida que se desarrollaba el laboratorio, dimos cuenta de una cohesión y una forma de sincronía que permitía aunar el desafío de atender una experiencia total que se grafica de muy buena forma narrativa del libro, con las variantes de matices a lo largo de la obra que exige atender y rastrear una multiplicidad de acercamientos con distintos rostros, texturas, juicio, crisis, potencia política, urgencias y un meta relato, y a mayor dificultad, el posicionamiento de las voces literarias que se atienden frente-dentro-sobre-las fauces de la devastación.
El libro “En las fauces de la devastación” es un ensayo devastado para atender la crisis total en los corazones, el cuerpo, la patria, el hambre, la pulsión, la crisis ambiental, la otredad, el abandono, lo religioso, y la orfandad acumulada sobre el espanto de los viejos y nuevos tiempos, y principalmente la resistencia que suscitan los versos y del cual denotan o afloran la memoria, de un mundo en crisis, un continente que despierta, y un Chile que quiere marcar la historia en un septiembre secuestrado hace casi 50 años.
Este enorme desafío es la experiencia total de la resistencia de cada eje de disputa, de una multiplicidad de crisis del cual atendemos como una denuncia total a lo que nos construye como agentes políticos en todo su espectro, y del cual, atendemos desde la propia crisis de nuestros tiempos, y del cual, nos hacemos parte para resistir poéticamente mediante el trabajo cooperativo y colaborativo.
–¿Qué cosas les llamaron la atención en la enseñanza y aprendizaje en esta modalidad online?
–Debo atender que mi posición frente a la modalidad siempre ha presentado experiencias positivas e importantes. Mi primera participación dentro de estos circuitos poéticos, tanto talleres, así como primeros encuentros de lecturas poéticas, fue en esta modalidad en línea al comienzo de la pandemia. Junto a esto, mi labor como docente también ha sido mediante esta modalidad por más de un año, lo cual me permitió tener una experiencia y cierto bagaje para adentrarme en este desafío. Sumado a esto, un punto trascendental que es mi propia locación (Puerto Montt) es un impedimento para formar parte de estos encuentros si no fuera por la modalidad online, así que esta la que me permitió formar parte de esta experiencia LEA, el año pasado como integrante del grupo y hoy como facilitador/coordinador.
Atendiendo todo esto creo que uno de los puntos de mayor potencial que llama mucho la atención es la posibilidad de tener compañeres fuera de la ciudad, región-país, lo cual nutre de forma sustancial un grupo en los propios paisajes, temáticas y acentos. En este caso, tener compañeres de México, o Bolivia, EEUU, y de toda la geografía de Chile permite nutrirse de una multiplicidad de experiencias, tiempos y paisajes, urgencias y contingencias, la cual, sin lugar a dudas es un potencial único el que nos permite esta modalidad virtual con una facilidad increíble. Junto a esto, es importante recalcar que esto potencia como tal, no solo la experiencia de uno, sino la del propio proyecto LEA, ya que es una instancia como pocas en las cuales puedas formar parte de forma gratuita, y además, desde cualquier lugar-región, logrando así ser un laboratorio de escritura que rompe con la problemática monetaria que generalmente atiende el formar parte de un taller o laboratorio literario, y además, de formar parte de un espacio que rompe la experiencia permanente que se vive en Chile frente a la forma capitalina en su modelo centralista, la cual, históricamente ha sido de núcleo cerrado frente a las regiones.
Por último, no puedo dejar pasar uno de los puntos más enriquecedores, y que de cierta forma parece ilógico, que es la intensidad del cómo se vive esta experiencia LEA. Muches deben creer que la experiencia de trabajar en conjunto con variedad de personas mediante una pantalla pueda ser perjudicial para la experiencia como tal, y puede ser entendido porque bien sabemos lo importante en la comunicación el poder sentir al otre, observar y compartir mirándose a la cara, pero nada de esto se pierde o fragua, la intensidad sigue desarrollándose a flor de piel, y la comunicación, así, como los sentires dispuestos, la posibilidad de compartir, de vivir una experiencia completa tiene que ver por sobre el formato o la modalidad, y eso está más que demostrado en instancias como esta.
–¿Me imagino que fue un taller rico no solo en experiencias personales, sino también de lecturas que guiaron el encuentro con la devastación, los cambios de paradigmas, la memoria, la destrucción, el cambio, de cada uno de los talleristas, qué autores o lecturas marcan este viaje de sentido y creativo, nos recomiendan?
–Totalmente, además de la experiencia enriquecedora del laboratorio es fundamental, a mi entender, el marco de lectura que uno propone, además de la forma de entregar estos para su posterior trabajo semana a semana. En este sentido, apuntamos a desarrollar un marco de lecturas importantes para atender la complejidad ensayada de tan basta interpretación como la devastación, la cual, fue fundamental situarnos con lecturas clásicas en una primera etapa para adentrarnos poco a poco a pensar estos cambios, la preocupación de la devastación dentro del discurso propuesto por varias autoras y autores, de la propia ruptura del lenguaje y dentro de los márgenes de época en la que se desarrollan, y principalmente, o como gran fuerza en este taller la lectura de mujeres y de una preocupación interesante respecto a la literatura nacional y del cono sur para adentrarnos y situar de alguna forma, ensayos de preocupaciones de la palabra devastada como ha sido tomado principalmente por la poesía contemporánea, lo cual, además de un desafío enorme. Es importante resaltar la idea de atender este recorrido poético desde una mirada de crítica constante para desarrollar la idea de devastación en todo orden y caos, de toda arista planteada y del dónde situarse frente a esto, con qué sensaciones nos acercamos o nos alejamos de la devastación, y principalmente, desde que posicionamiento político y estilístico nos desenvolvemos dentro o fuera de la devastación.
Para esto, con mayor preocupación mostrada por los y las participantes, la devastación del lenguaje como tal, del cuerpo como campo de batalla, del inconsciente, de los imaginarios colectivos, de las otredades, y de la preocupación crítica a las formas de atenderse dentro de los márgenes de la memoria y post memoria para trazar los lineamientos políticos, discurso, e ideología que atiende la escritura frente a la devastación, contra el hambre, contra la política de muerte, contra el capitalismo de etapa salvaje que desarrolla el paisaje del dolor y catástrofe permanente en nuestros ensayos cotidianos.
Para atender las lecturas necesarias del laboratorio fue tremendamente variado de distintas obras y con distintos objetivos como mencioné anteriormente, las cuales, y junto a recomendación de lectura solicitada, podemos nombrar a: Maha Vial, Carmen Berenguer, Elvira Hernández, Roxana Miranda Rupailaf, Raúl Zurita, Gonzalo Millán, Pedro Lemebel, Carlos Droguett, Roberto Bolaño, Enrique Lihn, Gonzalo Rojas, Stella Díaz Varín, Armando Uribe, Teresa Wilms Montt, José Ángel Cuevas, Leonel Lienlaf, Gabriela Mistral, Winett de Rokha, Rosabetty Muñoz, Diamela Eltit, Pablo de Rokha, Jorge Teillier, Juan Emar, , Aristóteles España, Pía Barros, entre otras de la literatura nacional.
Por otro lado, entre la variedad de autores que fueron fundamentales una serie de autoras y autores, entre las que sobresalen: Conde de Lautréamont, Alejandra Pizarnik, James Joyce, Georges Perec, Charles Baudelaire, Michel Houellebecq, Arthur Rimbaud, Walt Whitman, Ezra Pound, Fernando Pessoa, Allen Ginsberg, Martín Kohan, Ricardo Piglia, Cronwell Jara, Gabriela Cabezón Cámara, Osvaldo Lamborghini entre otres.
–¿Cuéntennos ahora qué significa para ustedes el “Proyecto LEA”, en tanto alumnos y ahora profesoras en esta labor creativa, educativa y humanista?
–El Proyecto LEA significa un momento importantísimo para uno. Esto, como enuncias, en una primera etapa de “alumno”-participante del laboratorio el año pasado, el cual fue una experiencia increíble durante meses, permitiéndome conocer y trabajar junto a mis compañeros de ese entonces y desarrollar una amistad con un grupo importante de ellos. En este sentido creo que me otorgó un sinfín de herramientas para trabajar en conjunto gracias al sentido colaborativo propuesto desde el proyecto LEA en su forma educativa, lo cual significó modificar de cierta forma la forma de trabajo al desenvolverme con otres. Esto último, atendiendo a la forma creativa, educativa y humanista es fundamental como eje de entender el propio trabajo de escritura, y del cual, no sin cierta dificultad, el trabajar de forma grupal es capaz de crear instancias tan maravillosas como nuestro libro final y su trabajo de ensayo, lectura y performance para el lanzamiento, así como un momento fundamental que es el lanzamiento fuera de la modalidad online, desde la quinta región hacia Puerto Montt logrando una gesta increíble en esos momentos, y de resultados de los cuales estamos muy contentos.
En este sentido, y lo sostengo como participante el año pasado así como en un nuevo rol de docente/ coordinador/ facilitador en este momento, es que las consignas propuestas desde la forma de pensar el laboratorio continuamente ensaya una posibilidad de aunar visiones y puntos de vista tan distintos como extremadamente cercanos y de permanente sincronía, una sincronía impresionante que denota la posición y cierto sello que aparece en las instancias LEA que hace tan exquisito los resultados y la confianza que se gesta por los participantes y el confort de asistir y trabajar en conjunto.
–¿Sé que cada una de ustedes está trabajando su propia obra literaria, qué nos pueden decir o adelantar de su propio proyecto literario para este 2022?
–Respecto a adelantar algo sobre el trabajo literario de este año, correspondería atenderme, en primera instancia, a mi retribución poética con el proyecto “Esto no es una casa” financiado por el fondo del libro en línea de creación, proyecto obtenido el año 2021 que se presentará a fines de este año, y del cual nace la obra “Himnos Ultrajados” para este año 2022, el cual es un proyecto trabajado cerca de dos años, del cual, a la fecha, me crea varias sensaciones positivas sobre el producto final y del cual ya se encuentra en la última etapa. Este proyecto poético consta de un trabajo desarrollado desde un prisma de atender el espanto sobre la geografía nacional; la patria como ejecución de la desgracia y su recorrido como estela de desdicha desde un relato familiar y dolores que conciben esta especie de obsesión de atender la figura conceptual de la patria en un amplio espectro junto a variadas formas de atender el relato narrativo como tal junto a su ejecución estilística. En este sentido, y creo que más que explicito, el proyecto literario poético de uno se encuentra totalmente sumergido en la raíz histórica y de memoria respecto al motor creativo a desarrollar, y la urgencia de la figura de la patria y el rapto de la figura chilena en dictadura y su traición en nuestra cultura popular.
*
Matías Gallardo
PARTICIPANTES LEA POÉTICA DE LA DEVASTACIÓN 2022
Pam Tighe
Luan Ramírez
Vicho Morán
Aarón Zambrano
Rodrigo Peralta
Fa Hayakawa
Allendes Ira
Baruc Moreno
Carolina Castro
Luna Río
Gilian Bórquez Aleluna
Pablo Bravo
Gianluca Aste
Mellamoviento
Coordinadores
Matías Gallardo
Betsy Romero
Tamym Maulén