Noviembre 10, 2024

«Las letanías de Kay Pacha» de Astrid Fugellie

 

Sobre Las Letanías de Kay Pacha (Editorial Cuarto Propio), escribe el poeta puntanerense, Christian Formoso:

«Desde el reverso del cielo estrellado al país del poema escrito con una estrella de mar, Astrid Fugellie nos propone, en estas Letanías, un viaje al fondo de los mares de la poesía. Y nos recuerda, con valor, la inacabable subjetividad de cada mirada, la conciencia de los pliegues y las dimensiones sobre las que se articulan la historia y la poesía, y la relación entre ambas. Remueve. Conmueve.” O Raúl Zurita “Ese universo de palabras, de murmullos y conversaciones, le devuelven a la poesía la concretud de un espacio haciéndola parte de ese gran memorial del lenguaje donde los seres humanos recuperan la dignidad de sus palabras arrebatadas».

Hoy recordamos este trabajo poético de Astrid Fugellie [Punta Arenas, 1949], Premio a la trayectoria Pablo Neruda 2018.

 

EL PASAPORTE

Tengo miedo —digo— indicando los tejidos de la piel, la
piel dañada. Kay Pacha, asienta. Asustada miro mis roturas
por donde se va el amor de ti-conmigo, que es el amor de
mi-contigo y pregunto: —¿es grave?— Suturé, al menos, tus pies
y tus manos —responde— los puntos caerán en el camino, a pocas
leguas más allá de mis fronteras; cruza la alambrada y asílate en esas
tierras ajenas —dice. Aquí está tu pasaporte —dice. Oigo su
voz melancólica, melancólicamente, y luego observo sus
apretados labios. Entonces Kay Pacha agrega: —tomarás el
nombre de expatriada, apátrida te llamarás por largo tiempo, por
largo tiempo, repite, repite, repite visiblemente afectada kay kay,
y me besa. Esa noche, en silencio, ambas lloramos, y llo-
ramos, y lloramos. Abrazadas.

MATILDA

Oigo la voz de Matilda del otro lado de la línea negra, los
cables negros. Oigo su voz: —¡vinieron! —dice— ¡ellos vinieron!
Sus lágrimas son como brasas. Matilda llantea fogosas
lágrimas, su crío calla. Impotencia. Oigo su aullido, del otro
lado de la línea negra, los cables negros: —a tirones nos sacaron,
nos golpearon, nos… Oigo a la muerte del otro lado de la línea
negra, los cables negros.

LA INTIMACIÓN

En cierto modo,
Kay Pacha calca
la palabramor, la
balbucea.
El vigor redobla, así,
replica a sus hijos, y
a los hijos de sus hijos
los ñuñoquea: —¡ay! —y
tiene miedo, y
tiene amor.

EL TROVARIO

El aullido de los hombres,
las mujeres
silenciados a la fuerza por
la pena,
por la multa,
esa copla del trovario.
Se nos va,
ya no vuelve su jolgorio
empiando
cancioncita reprimida a
zancadas por el miedo,
por la fosa tiritando.

 

 

Las Letanías de Kay Pacha de Astrid Fugellie (Editorial Cuarto Propio)  (Arte de portada, trabajo de Tamym Maulén)

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