Septiembre 20, 2024

Gabriela Mistral y Sri Aurobindo a la luz de Savitri

 

Víctor Coral

(Poeta y ensayista peruano)

 

 

Pocos conocen o recuerdan la íntima y fecunda influencia que tuvo cierto pensamiento y poesía indios en la querida Nobel chilena Gabriela Mistral. Es necesario tomar en cuenta que, desde sus primeros libros hasta sus escritos biográficos, Mistral siempre expresó intereses religiosos y espirituales*. Esta peculiaridad debió acendrarse a partir de 1936, cuando la poeta de Tala entró en contacto con la literatura india, durante una estadía en Francia. En especial con los poemas de Aurobindo y de Tagore.

Precisamente este último poeta y dramaturgo místico fue uno de los principales impulsores del reconocimiento literario de la obra de sri Aurobindo. En alguna ocasión, escribió exaltado:

Sentí que la expresión de los antiguos rishis (sabios espirituales) hablaba de esa ecuanimidad que da al alma humana su libertad de entrada en el todo. Le dije (a Aurobindo): ‘Tienes la palabra y estamos esperando para aceptarla de ti. India hablará a través de tu voz al mundo; escúchame… oh Aurobindo, acepta los saludos de Rabindranath’.

No muy distinta debe haber sido la exaltación de nada menos que dos Nobeles de literatura americanas —Gabriela Mistral y Pearl S. Buck—, pues ellas propusieron al poeta y filósofo indio para el Nobel de literatura en 1950. Con respecto a la obra poética, filosófica y espiritual de Aurobindo, Mistral llegó a decir en cierto momento:

Sri Aurobindo, el maestro, el más alto de los místicos, felizmente presenta este raro fenómeno: una exposición clara como un hermoso diamante, sin peligro de confundir al profano. Esto es posible porque Sri Aurobindo es una síntesis única de erudito, teólogo e iluminado…**

Estimo que la poeta chilena debe referirse sobre todo a Savitri, una monumental epopeya teogónica y astral escrita en potentes y maravillantes versos ingleses. Este largo y sorprendente poema fue forjado por Aurobindo a la luz de una vela en la celda donde estuvo recluido durante un año (1908) por criticar el colonialismo británico en su país.

A los que quieran adentrarse en la lectura de Savitri —en realidad todo Aurobindo no tiene pierde: La vida divina, La síntesis del yoga, sus comentarios a los vedas y a los upanishads, sus tratados sobre el ritmo…— les recomiendo leerlo en inglés, pues las traducciones al castellano que hay no trasladan a nuestro idioma toda la belleza y sonoridad del verso aurobindeano.

En cuanto a la poesía misma de Gabriela Mistral, queda por hacerse el trabajo de rastrear en ella las influencias e intertextualidades que pueda haber en relación con los escritos de Aurobindo, en especial con el poema épico espiritual antes mencionado.

 

*Se sabe que Mistral perteneció a varias sociedades espirituales y teosóficas de principios del siglo veinte. Fue miembro de la famosa Sociedad Teosófica fundada por madame Blavatski, pero renunció a ella espantada por el caos y la manipulación en que cayó la sociedad luego de la muerte de su fundadora. Escribió, además, muchos artículos y crónicas sobre personajes de gran estirpe espiritual, como Jiddu Krsihnamurti, Annie Besaint, Catalina de Siena, Francisco de Asís, Santa Teresa de Ávila, entre otros.

 

**En otro escrito poco conocido, de carácter autobiográfico, Mistral confiesa la deuda espiritual que tiene con el autor de La vida divina:

 

En medio de la tristeza personal, Aurobindo me devolvió a la religión. Puede sonar extraño que un no cristiano haya abierto el camino a mi consagración religiosa, pero Aurobindo lo hizo (…). Cada persona debe tener un Aurobindo, alguien por encima de la gente y, sin embargo, identificada con las aspiraciones de la gente (…). Mi deuda hacia la India es muy grande y se debe, en parte, a Aurobindo.

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