Noviembre 7, 2024

Entrevista a José Miguel Curet: «Mi investigación acaba con el mito de que Pablo de Rokha fue marginal e ignorado por la crítica»

 

Por Ernesto González Barnert

 

Hace unas semanas estuvo el poeta José Miguel Curet en Chile, presentando su libro Vanguardia y revolución en Pablo de Rokha, por Ediciones Tácitas (2022), en la Universidad Diego Portales, aproveché la ocasión de retomar el dialogo con este poeta que años antes también estuvo en el Espacio Estravagario de la Fundación Pablo Neruda, leyendo su poesía, que sabe encontrar el camino lírico de sus anhelos y experiencias sopesando la historia reciente de su país, las problemáticas ético políticas actuales, la disyuntiva de una poesía que reúne y guía. José Miguel, nace San Juan, Puerto Rico, 1976. Es poeta, investigador y profesor. Ha publicado tres poemarios: La pérdida es mía (La Secta de los Perros / La Impresora, 2019), Revienta (Atarraya Cartonera, 2011) y De visita (Los Décimos Primeros, 2002). Sus poemas se han incluido en antologías y revistas de Puerto Rico, México, Estados Unidos, Canadá, España e Italia. Es especialista en la obra de Pablo de Rokha, la vanguardia poética latinoamericana y la geocrítica. Sus investigaciones han prestado atención a las transformaciones de los paradigmas temporales y espaciales acontecidos en la primera mitad del siglo veinte. Obtuvo su doctorado en Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca, España. Posee una maestría en Literatura Francesa de Middlebury College School in Paris y un bachillerato en francés y filosofía de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Es profesor en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

 –¿Qué significa para ti este regreso a Santiago, ahora como ensayista y no poeta, a presentar Vanguardia y Revolución en Pablo de Rokha?

—Además de significar el reencuentro con buenos amigos, regresar a Santiago posee una gran trascendencia porque es la culminación de un largo y arduo proceso de investigación sobre la vida y la obra de Pablo de Rokha. La primera vez en 2016, vine como poeta y como investigador. Participé en lecturas de poesía, una de ellas en la Fundación Neruda. Además, presenté parte de mis investigaciones rokhianas en el Congreso Chile TransAtlántico que se celebró en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Mi estadía sirvió también para conseguir la publicación de mi libro Vanguardia y revolución en Pablo de Rokha con Ediciones Tácitas. Adán Méndez y Miguel Naranjo me abrieron las puertas de Tácitas con una generosidad maravillosa. Esa generosidad conllevó un trabajo intenso de edición, corroboración de fuentes y revisión de referencias que, al mismo tiempo, permitió terminar con la repetición del mito de que Pablo de Rokha fue un marginal e ignorado por la crítica. El análisis de la recepción de la obra rokhiana en la escena cultural chilena reveló también los conflictos y las incomodidades que produjo en la clase letrada y en los intelectuales de la época. Asimismo, mi libro presenta por primera vez una bibliografía rokhiana revisada y corroborada con el mayor de los rigores. La bibliografía de la obra poética se puede considerar completa y el resto de la bibliogrfía rokhiana abre paso para que sea posible el establecimiento de las obras completas de Pablo de Rokha.

–¿Cómo nace este vínculo afectivo e intelectual con el poeta talquino?

—El vínculo con Pablo de Rokha nació cuando estudiaba en la Universidad de Puerto Rico. En ese momento pude leer la Antología de poesía chilena nueva preparada por Eduardo Anguita y Volodia Teitelboim y quedé sorprendido por la fuerza de la poesía rokhiana. Buscaba su poesía en las bibliotecas y librerías a las que tenía acceso y el vínculo siguió creciendo. Luego, al realizar mis investigaciones para la redacción de mi tesis de doctorado en la Universidad de Salamanca, mi tutora de tesis, María Ángeles Pérez López, me lleva a entregarme de lleno a la poética rokhiana.

–A propósito de los 100 años de Los gemidos ¿Cuál es para ti el peso real del aporte literario del amigo piedra en el concierto hispanoamericano, en tanto vanguardia, en tanto revolución?

—Los gemidos es un libro fundamental de la vanguardia chilena, latinoamericana e internacional. En Los gemidos se extiende una búsqueda y experimentación con el lenguaje además de una voluntad de ser la expresión de un momento histórico que no contaba con un lenguaje que lo contuviera. Los gemidos es el anhelo de la creación de un lenguaje para una realidad humana que todavía no poseía los medios para proyectarse. Esto, en sí mismo, es revolucionario: se hacen los mundos mediante la configuración de lenguajes poéticos que proceden de las realidades que se viven. Eso fue tal vez lo que causó la dificultad de entender a cabalidad a De Rokha y lo que pudo haber causado tanta animosidad entre la crítica. Sin embargo, hay un hermoso camino poético en este gesto rokhiano que se entrelaza con poéticas muy importantes como la de Baudelaire, Rimbaud y Whitman, entre otras poéticas.

–Quisiera ahora llevarte a tu poesía, cuál es tu mirada poética, en estos días. Y si puedes compartirnos un poema de tus libros que condense en parte tu obra?

—Mi mirada poética en estos días es medio agridulce. La realidad en Puerto Rico ha sido muy dura durante los últimos 15 años. Tenemos una crisis política y económica interminable que conllevó la expresión de coloniaje norteamericano en Puerto Rico a su máxima expresión. La Junta de Control Fiscal que nombró el presidente de Estados Unidos ha sido el verdugo más macabro de nuestra isla. La falta de poder real, la marginación de los puertorriqueños en su propio país, el saqueo económico por parte de las multinacionales, el aprovechamiento de las élites puertorriqueñas para enriquecerse a costa de la miseria, el desplazo de la población local y la llegada de millonarios cobijados por leyes de exención contributiva, de primera intención, no da paso a ninguna esperanza. Para mí, son pocos los espacios de refugio. Además de la complicidad poética con mi familia y las pocas amistades que nos quedan en Puerto Rico (la mayoría hace parte de la diáspora en Estados Unidos), la poesía es de los pocos lugares que nos queda. Mi país es la poesía y me alegra saber que tiene pocas fronteras. Aquí comparto el poema “Las llaves del misterio” que todavía no ha sido publicado:

 

LAS LLAVES DEL MISTERIO

 

Las llaves del misterio no aparecen

se han perdido y no se encuentran

las notas del encierro cantan con perfil diminuto y difuso

una alegoría en el diafragma que restriñe los tonos superfluos

 

Solo las notas cantan sumergidas en su instinto de onanismo

 

Mientras el misterio se pierde

se craquea la pintura

la puerta sin trancas traiciona en el brebaje sádico

se desanima el ánimo y se embiste la fuerza mutilada

 

Las llaves del misterio no aparecen

y se mantiene cerrado el procedimiento de la extinción absoluta

 

Las llaves del misterio entonan en una abreviatura

con siglas irrelevantes unos siglos complejos

y sin quebrarse entonan otros años simples y abyectos

manipulados en la perspectiva sucinta del atrecho

 

Se resume el punto sin abrir la cerradura

 

Las siglas resumen y logran exfoliar el pasado de la armonía solitaria

 

El pasado canta solo entre la envergadura de la primera letra de la opresión

 

Los siglos extenuados

 

La proyección de su suma total en el margen y la existencia

 

 

–¿Cómo ves el panorama vivo de la poesía actual en Puerto Rico?

—Lo veo bastante bien. A pesar de todas las crisis, miserias y precariedades, la poesía se mantiene vigente y potente. Hay grandes poetas de diferentes registros y tonos. Entre los poetas actuales hay que destacar a José Raúl González “Gallego”, Urayoán Noel, Nicole Delgado, Mara Pastor, Raquel Salas Rivera, Xavier Valcárcel, entre otros.

 

–Volvamos a la literatura chilena, ¿de qué manera tu obra también dialoga además con el otro Pablo [Neruda]?

—Comencé a leer poesía con Pablo Neruda. Para mí era una inmensidad que me abrió los ojos a las múltiples realidades que habitaba y en un momento de mi adolescencia quise escribir como él. Hay una anécdota que quisiera contar con relación a Neruda. Cuando tenía 15 años en mi casa compraron el CD Neruda. Confieso que he vivido. Memorias en el cual el declamador puertorriqueño David Ortiz Angleró recita poemas de Neruda. Este disco lo escuchaba todos los días y marcó profundamente mi sensibilidad.  En parte, Neruda me reveló a Pablo de Rokha.

–Bien, y ahora me gustaría pedirte una lista de diez libros que son esenciales en tu “educación sentimental” como diría Flaubert?

  1. Confieso que he vivido y Residencia en la tierra de Pablo Neruda
  2. Homenaje al ombligo de José María Lima y Angelamaría Dávia
  3. Animal fiero y tierno de Angelamaría Dávila
  4. Les Complaintes y L’Imitation de Notre-Dame de la Lune de Jules Laforgue
  5. Les Fleurs du mal de Baudelaire
  6. Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza de Rubén Darío
  7. Toda la obra de Vallejo
  8. El rayo que no cesa y Viento del pueblo de Miguel Hernández
  9. Altazor de Vicente Huidobro
  10. La pieza oscura de Enrique Lihn

Añado dos más que son imposibles dejar afuera:

  1. Ismaelillo y Versos sencillos de José Martí
  2. Puerto Rican Obituary de Pedro Pietri

 

–¿Cuál es tu mayor miedo como escritor?

—Que desaparezca mi sensibilidad y que no pueda conectar con lo que leo/escribo.

–Qué series, películas, álbumes musicales, libros o artistas marcan tu proceso y mirada actual como poeta, durante esta pandemia, que comienza a aflojar?

—Sobre música podríamos hacer otra entrevista porque es tanta la música que me ha tocado profundamente.

De Chile, Los Prisioneros es mi favorito de toda la vida, prepandemia, en pandemia y postpandemia, y Los Bunkers.

Rosalía fue muy importante durante la pandemia.

Pascale Comelade

The Limiñanas

Recientemente, estoy escuchando Dirk Maassen y me ha revelado una gran hermosura.

También, Cheo Feliciano y su “Marejada feliz” nos mantiene vivos.

Durante la pandemia, he visto algunos capítulos de series de anime con mi hijo Sebastián que es fanático. También, con Patricia, mi esposa, hemos visto muchas docuseries, sobre todo, la de asesinos en serie.

No puedo dejar de mencionar que la literatura infantil ha sido crucial. Desde Jimmy Liao a Oliver Jeffers y muchas y muchos otros ha marcado mi mirada durante esta pandemia.

 

–Por último, tras este libro que otras inmersiones ensayísticas estás trabajando o pensando realizar?

—Luego de terminar Vanguardia y revolución en Pablo de Rokha, quisiera poder reeditar Carta magna de América/3 poemas por Pablo de Rokha. Este poemario es importantísimo y todavía no ha sido publicado como se supone. De publicarse ese libro, quisiera continuar con la reedición de poemarios y la publicación de libros dispersos de Pablo de Rokha. Este trabajo de edición daría paso a la redacción de ensayos sobre estas obras rokhianas.

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