Noviembre 7, 2024

Entrevista a Dira Martínez Mendoza: «Hacer arte es vivir en el hallazgo»

 

Por Ernesto González Barnert

 

Conversamos a propósito de su nuevo libro En pistilos con el aire con la poeta y artista visual, entre otras cosas, Dira Martínez Mendoza. Volumen recientemente publicado por la Municipalidad de Lima, 2021. Un trabajo inmenso que viene mapeando y uniendo las venas  y arterias de América Latina. Y que despliega en una selección breve e intensa, toda una mirada sobre la vida que le circunda, atenta, crítica y sometida a los vaivenes hostiles macro y micro de estos últimos años para lograr a veces la catarsis, a veces el desahogo, con la luz de sus palabras, en búsqueda de un sentido mayor y trascendental. Además, dejamos aquí tres poemas inéditos de esta maravillosa poeta venezolana.

 

–¿Cómo fue el proceso creativo, la cocina literaria, detrás de este nuevo volumen de poesía publicado en Lima, Perú?

—A raíz de la pandemia, la Municipalidad de Lima elaboró el programa Lima Lee; apunta a generar puentes para que el ciudadano acceda al libro y establezca una relación con el conocimiento, la creatividad, etc.

Jhon Martínez Gonzales (poeta y editor peruano), hizo contacto conmigo y me dijo directamente que la Municipalidad de Lima quería editarme un libro, entonces dije que sí. El libro En Pistilos con el Aire es una selección de poemas ordenados cronológicamente, porque ese orden es también un mapa de un camino y transformación en medio de todo lo que estamos viviendo; así que en este libro puedes encontrar un poema escrito en el 2010 hasta llegar a un poema escrito en el 2021.

Nos pusimos manos a la obra, intercambiamos impresiones, comentarios, hasta que la selección de los poemas fue aprobada para hacer la edición del libro. Perú es un país que conozco, así que este libro editado por la Municipalidad de Lima es también un recordatorio de todo aquello que me resulta entrañable en este momento.

– ¿De qué manera el arte, la poesía, te han ayudado a cruzar este período marcado por la Pandemia, la crisis política en Venezuela?

—Prácticamente el arte y la poesía han sido el canal necesario para hacer catarsis, porque realmente si digo que toda la situación ha sido sencilla, estaría mintiendo.

En este contexto mi profesión pasó a un segundo plano, me reencontré con el arte y la poesía en un contexto diferente, fui encontrando la vía para que no se quedara solo en una catarsis o desahogo, sino realmente explorar posibilidades creativas internamente, posibilidades de sumar en Venezuela estos procesos creativos (en algunas comunidades también), como una manera de ir derrumbando límites impuestos. La creatividad es una corriente de energía que nos conecta con una fuente capaz de atravesar muros; quien no es capaz de ver otra posibilidad en medio de un contexto (sobre todo cuando es hostil), no es capaz de crearla. Entonces podemos decir que creatividad es ya de por sí: creación.

 – ¿Qué significó en lo personal la reciente muestra tuya de trabajos visuales-poéticos en Australia bajo el sino «El latido de la Tierra»?

—La exhibición «Latido de la Tierra» en Australia es el resultado de esfuerzo, organización, intención también; durante la preparación de la exhibición ocurrieron muchas cosas que tuve que asimilar para poder seguir adelante y poder darle una forma a la exhibición. Es el resultado de un trabajo conjunto porque estoy en Venezuela y realmente Caro Snow, Milla Danovick y los funcionarios del Centro Franskton estuvieron en todo momento apoyando para que la exhibición pudiera realizarse. Latido de la tierra es una energía: la tierra tiene un latido.

La intención de esta exhibición estaba orientada hacia un sentir y no una angustia ecológica. Estamos en una época en la cual  el tema de cambio climático ya está ocupando titulares, temas académicos, temas de discusión en organismos multilaterales, activismo, etc; la intención al hacer esta exhibición no pretende pontificar sobre el tema, tampoco generar más angustia, sino invitar al visitante de la exposición a sentir su propio latido del corazón en conexión con el latido de la tierra, porque no estamos separados. Sentir el latido de la tierra no es igual a sentir una angustia ecológica, sentir el latido de la tierra es la posibilidad real de sentir el movimiento de la tierra e ir ajustando en nosotros este ritmo, porque esta transformación es inminente.

Es interesante ver como varias personas me escribieron cuando leyeron la entrevista sobre la exposición, me comentaron que había sido una sorpresa enterarse que la tierra tiene un latido; esto me sacó una sonrisa en varias oportunidades.

– ¿Qué libros fueron esenciales en tu formación poética, artística y también como especialista en Estudios Internacionales y en América Latina?

—Libros esenciales en Estudios Internacionales podría decir que el libro de Macroeconomía de John Sloman fue un libro de cabecera, Samuelson fue referente en Estudios Internacionales, un autor como Demetrio Boersner al hablar de las Relaciones en América Latina, también. Libros editados por organizaciones multilaterales se sumaron a la lista. Peter  Drucker, Jeremy Rifkin son autores que estuvieron presentes en mi formación, entre otros.

En mi formación poética y artística, vengo de una labor empírica, como quien está constantemente en un laboratorio experimentando y probando para luego llevarlo a la expresión; sin embargo son muchos los libros que han sido parte de este tramo del camino: he leído a Blake como a los infrarrealistas, he leído la poesía mística de Rumi tanto como la poesía de los poetas contemporáneos. Alguna vez leí a Roque y la Colorina, también a los poetas de la generación Beat. América Latina en este momento cuenta con expresiones variadas; poetas que han sido una voz potente en medio de tantos movimientos, voces que tocan temas más allá de lo aparente que nos ha tocado vivir: Alan, Nicole, Elena, Marina, John, Pablo, Ernesto y muchos más.

Ha ido cambiando todo lo que resuena, por ejemplo, en estos momentos cuando leo un poema de Elizabeth Schön hay un asentimiento, un tránsito.

En lo referente a la formación poética puedo decirte con honestidad que mi escritura siempre ha sido bastante intuitiva (cuando llega el poema), esto se considera algunas veces un crimen gramatical dentro de la escritura poética académica; sin embargo sigo leyendo, no lo que me imponen como lectura poética, sino lo que realmente me hace un llamado de atención. Hay un libro que siempre menciono porque lo considero un libro realmente potente como lo es el libro Claros del Bosque de María Zambrano, aunque no esté de acuerdo totalmente con todo el contenido, es un libro estremecedor. No es un libro escrito en verso, sino en prosa, la prosa en este libro es luminosa; siempre me he preguntado como hizo María para encontrar palabras y describir eventos que son por lo general intraducibles. Es un libro que tiene una sonoridad relevante, la palabra en ese libro es sosegada, permite sentir todo lo que está ahí escrito. No hay un arrebato, y aun así sacude.

En lo que tiene que ver con el arte, es una conexión que siempre ha estado ahí.  Leonardo da Vinci es una referencia fundamental; los artistas renacentistas están ahí como una fuente eterna de conocimiento. Los artistas venezolanos como Cruz- Diez, Soto, Gego, Alejandro Otero, Mercedes Pardo, son artistas que dejaron un legado que ha sobrevivido a la voracidad y destrucción: luz, color, movimiento. También las expresiones de la Bauhaus son una referencia. Monet, Turner, son tantas las expresiones que sería triste limitarse en una sola corriente, prefiero tomar oportunamente lo que una obra de arte o pieza musical está revelando; siempre en sincronía, sin tiempo.  Hay un arte aún más radical, el arte de Adi Da, quien propone un arte libre de perspectiva, porque cualquier punto de vista es separación.

Veo el arte como algo lúdico, me gusta hacer experimentos, probar cosas y esto siempre nos lleva a un momento revelador. Hacer arte es vivir en el hallazgo. No es un asunto de intentar ser original, sino realmente sentir la dimensión de lo que el arte representa  en el desarrollo de la conciencia. Detrás de cada artista está la expresión de su conciencia.

–Tu proceso actual lírico está marcado por la influencia hermética, los discursos de consciencia, el despertar energético, el cuerpo y la luz ¿Crees que la poesía actual en Venezuela le cuesta tomar esta posta?

—Tu pregunta es también tu observación; intento en lo posible no encasillar lo que va surgiendo de forma natural.

Escribir algo distinto a lo que estamos experimentando con la intención de encajar sería una falsedad, entonces lo que te puedo decir en este sentido es que todo lo que expreso a través de la poesía y el arte es parte de un proceso de transformación que sigue su curso; una aprendiz, es lo que soy. Alguien disolviendo densidades de una «historia personal»,  recordando cómo llegar algún día a la transparencia del sentimiento real en este misterio que es todo en realidad.

Hablando con honestidad creo que en Venezuela existe una presión muy grande en este sentido, una presión que es una obligación moral, una exigencia en la que el arte o poesía que se esté haciendo en este momento tenga un compromiso, y que sea expresado públicamente. Si estas en Venezuela vas a sentir la presión: arte que debe estar comprometido con alguna causa, la presión de lo políticamente correcto; esto hace que la libertad que se encuentra al hacer arte se vea cercada por una exigencia del contexto.

En alguna oportunidad me hiciste una pregunta parecida y en aquel momento te respondí que las urgencias impiden que podamos ver más allá, entonces en este sentido lo mejor es ser realmente coherente con nuestro sentir.

Podría decirte que la transformación que está viviendo no solo Venezuela sino el planeta entero se hace cada día más evidente, así que la manifestación poética y artística no se queda atrás, muchos autores y artistas lo están haciendo visible, no puedes tapar el sol con un dedo.

 

Tres poemas inéditos de Dira Martínez Mendoza:

 

«La noche es larga;

el sonido del agua

dice lo que pienso.»

Kobayashi Issa

Fugaku sanjūrokkei

 

Buscamos la ola,  Hokusai

Aquella de Kanagawa

¿A cuántos barcos se llevó?

Dime donde queda en mí el Monte Fuji

Cuéntanos de aquella última erupción

En las que hojas calcinadas

Y esparcidas en el aire

Como pequeñas partículas flotantes

Sobrevolaban las cabezas de los hombres

Con íntimo lenguaje

 

Hay sonidos que no se olvidan, Hokusai

La nieve cayendo

Cubriéndolo todo

Una mano que se abre

Pura

Para recibir el blanco.

 

 

Papiros

Un hombre despierto

Cerca del tallo de los arboles

Un halcón legendario sobrevuela

Cada nido de los valles

Un hombre mira la ensenada en sus manos

La hondura impronunciable

El delta del Nilo

En sus venas,

Alejandría nunca estuvo lejos

No estaba en los antiguos mapas del mundo

Todos los papiros

Se conservaron

En el pecho de los hombres

Adentro.

 

 

Mónada

La búsqueda de la piedra filosofal  comienza. Un cuerpo fragmentado empieza a reordenar sus proporciones. La cuadratura del círculo se va gestando, geométrica exactitud. Estás en la vieja carretera, cualquier astrociudad es tu norte. Ahora lo sabes, si aumenta la temperatura del planeta: es tu incendio.

Antiguas excavaciones nos hicieron contemplar un rumbo:

Cuerpo=Cosmos

Cosmos= el universo contenido en el cuerpo

Árbol, Pájaro, Flor, Nébula= el símbolo está vivo

 

∞ Sin principio ni fin ∞

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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