Por Ernesto González Barnert
Nuestra querida poeta cubana Fina García Marruz, una de las más altas voces de la poesía hispanoamericana, ha fallecido. Tuvimos la suerte de reconocer y admirar su trabajo poético al ser condecorada con el Premio Iberoamericano Pablo Neruda el 2007.
García Marruz tenía una especial predilección por la obra de Pablo Neruda, a quien conoció en La Habana en marzo de 1942 cuando ella asistió a la “lectura preciosa de los sonetos de amor y muerte, de (Francisco de) Quevedo” realizada por el poeta chileno.
“Es un gran poeta, eso no cabe la menor duda. Como todos los jóvenes de mi época, me sabía de memoria los 20 poemas de amor y una canción desesperada. Es un clásico del romanticismo americano, que no era de escuela, sino de esencias. Venía del romanticismo libertario”.
(En la fotografía: Fina García Marruz y Cintio Vitier)
Queremos honrarla leyendo uno de sus poemas clave: Si mis poemas todos se perdiesen…
Si mis poemas todos se perdiesen
la pequeña verdad que en ellos brilla
permanecería igual en alguna piedra gris
junto al agua, o en una verde yerba.
Si los poemas todos se perdiesen
el fuego seguiría nombrándolos sin fin
limpios de toda escoria, y la eterna poesía
volvería bramando, otra vez, con las albas.