Julio 5, 2024

En el nudo del mundo: «Mitos de la luz» de Joseph Campbell

 

Por Darío Oses

 

En su extensa obra sobre la mitología universal, Joseph Campbell ha expuesto los contenidos fundamentales de esta disciplina, y lo ha hecho sin grandes aparatos teóricos y con aproximaciones frecuentes a los problemas de la vida del hombre contemporáneo.

Como George Dumézil y Mircea Eliade, Campbell es autor de una gran obra de mitología comparada, Las máscaras de Dios, que es a la vez una suma de las tradiciones mitológicas del mundo. También escribió ensayos que se han convertido en hitos no solo de los estudios mitológicos sino también de aquellos relacionados con la sicología profunda, como El héroe de las mil caras. En esta obra, Campbell estudió un mito universal, que aparece en culturas distintas y distantes en el tiempo y el espacio, y que ha llegado a ser una de las grandes matrices para la construcción argumental de películas y series.

En sus viajes por el mundo, Campbell constató cuán precaria era la cultura del hombre y la mujer occidentales, en materia de sus propias mitologías y más aún en las de las del oriente. Por esto otra de las vertientes de su obra fue la de la difusión del conocimiento mitológicoa través de charlas que se realizaban presencialmente o a través de radio y televisión.

De la transcripción de sus conversaciones con Bill Moyers, registradas en una serie de videos, nació el libro El poder del mito. Mucho después, de los centenares de conferencias grabadas que se conservan en la Fundación Joseph Campbell, nació este texto, centrado en los mitos de oriente. En su lectura se advierte la presencia del conferencista empeñado en suscitar y mantener el interés del público, recurriendo, por ejemplo, a experiencias de vida que puede compartir con ese auditorio.

Así por ejemplo relata que para él, «uno de los momentos más conmovedores fue cuando  los astronautas estaban regresando (de la Luna) y el control de tierra, desde el Houston les preguntó: ¿Quién es el navegante ahora?» y la respuesta que se escuchó fue: «Newton».

De ahí Campbell pasa a pensar en las aseveraciones de Kant, en cuanto a que «el tiempo y el espacio son formas de la sensibilidad», formas a priori que parecemos conocer desde siempre, esenciales para nuestro modo de construir la experiencia. Son formas arquetípicas, acotaría Jung. Campbell continúa, diciendo: «El conocimiento del espacio es el conocimiento de nuestras vidas. Nacemos desde el espacio. Fue desde el espacio que surgió el Big Bang que emitió galaxias y más allá sistemas solares. El planeta sobre el cual estamos es un pequeño guijarro en este universo…».

Cita Campbell uno de los comentarios que hicieron los astronautas al regresar del espacio, en cuanto a que la Tierra era como un oasis en el desierto del espacio. En esta metáfora se advierte la presencia de una de esas ideas a priori de la humanidad: el contraste y la tensión entre la inmensidad del desierto y la breve porción de esa tierra excepcional donde es posible la vida. Esta idea reaparece, por ejemplo, en la tierra baldía a la que llegan los caballeros de la Mesa redonda en su búsqueda del Santo Grial.

«Los mitos provienen de la región mística de la experiencia esencial» – afirma Campbell, para quien «las mitologías no se inventan, sino que se encuentran y quienes pueden encontrarlas son los poetas. De manera que éstos serían los encargados de componer las mitologías de los nuevos tiempos, sobre la base de los arquetipos eternos».

En este libro Cambell expone, entre otras cosas, las diferencias radicales entre los mitos de oriente y occidente. Así por ejemplo, mientras en nuestro hemisferio existen mitos que dan cuenta del distanciamiento y el exilio del hombre respecto de Dios, e incluso se proclama de la muerte de Dios, en oriente los temas míticos afirman que no existe aquel exilio: «Dios está dentro de uno. Todo lo que puede suceder es que uno no lo sepa».

Hay también referencias a filósofos, como Schopenhauer, cuya obra tiene influencias del pensamiento oriental, y que plantea algunos de los problemas como el de la paradoja a la que se denomina «el nudo del mundo»: «Si solo pudiéramos entender cómo es que el uno se convierte en muchos, y cómo lo que no es algo se transforma en algo», lo entenderíamos todo. Pero no lo entendemos y lo único que podemos hacer es constatar la imposibilidad de esa comprensión.

El libro recorre diversas tradiciones de la espiritualidad oriental como el hinduismo, el jainismno y el budismo. Este último, aspira a  la extinción del ego, como la llama de una vela, para una integración completa con la inmensa luz solar. «Pero —dice el autor— cuando llegas allí, te das cuenta de que estuviste ahí todo el tiempo». Luego cita al maestro zen Daisetz Suzuki: «Este mundo —con todas sus fallas, sus crímenes, todo su horror, toda su trivialidad, toda su estupidez— es el mundo del loto dorado». Añade Campbell: «Pero tienes que aprender a verlo en esa dimensión».

 

Mitos de la luz, Joseph Campbell. (Editorial Marea. Buenos Aires, 2017).

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