Por Sergio Muñoz
La primera huella visible, es la dedicatoria de uno de los primeros poemas de La Nueva Novela, «AIFARGOEG AL», que está dedicado a P. Neruda.
La segunda huella, está en La Poesía Chilena, esa cajita misteriosa, enigmática y funeraria. Un verdadero sarcófago que contiene diversas materialidades, como tierra del Valle Central de Chile, fichas de biblioteca en blanco, banderas chilenas de papel y cinco certificados de defunción: Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Pablo Neruda y Luis Guillermo Martínez Villablanca, padre de Juan Luis Martínez, fallecido el 26 de diciembre de 1977. “Existe la prohibición de cruzar una línea que sólo es imaginaria. Ya en ese límite, mi padre muerto me entrega estos papeles:”, dice la portada de la cajita. La segunda ficha de lectura, da cuenta del poema “Sólo la muerte” de Residencia en la tierra, de Neruda.
La tercera huella, no está escrita en libro. Sino relatada por Eliana Rodríguez, la viuda de Juan Luis Martínez. Se trata de un dibujo, justamente de la huella de Neruda, es decir, el dibujo del contorno del zapato del poeta. Martínez encontró a Neruda afuera de una zapatería de Valparaíso, fascinado con unos zapatos, pero complicado por tener que pasar a probárselos. Martínez le pidió entonces que dibujara en una hoja, el tamaño de su pie, la horma de su zapato y entró él, Juan Luis Martínez, con el dibujo en la mano, a la zapatería a comprar los zapatos. Neruda luego, le firmó el dibujo con tinta verde.