Los festejos de los 70 años de Los Versos del Capitán, trajeron a la memoria de nuestro querido Premio Nacional de Arquitectura 2019 y amigo de la Fundación Pablo Neruda, Miguel Lawner Steiman, el recuerdo de Anita, su mujer, que había reaparecido días antes de la Navidad de 1974, tras permanecer secuestrada por la DINA, en Villa Grimaldi, durante una semana mientras él permanecía confinado aún en Ritoque. En aquella ocasión, el Arquitecto, le regaló una ilustración de puño y letra del poema «La carta en el camino» del libro secreto de Pablo Neruda.
Compartimos con ustedes este emotivo documento cultural y el recuerdo de Miguel:
LA DESAPARICIÓN DE ANITA
Por Miguel Lawner S.
Mi esposa Anita, fue secuestrada el día 5 de septiembre de 1974, siendo conducida a la Villa Grimaldi, uno de los centros clandestinos de detención de la DINA, donde permaneció una semana.
Su secuestro estuvo relacionado con los últimos 22 dibujos realizados durante mi confinamiento en la Isla Dawson, que habían sido requisados por personal de la FACH, cuando nos trajeron de regreso a Santiago, en mayo de ese año, por lo cual ella ignoraba su contenido.
Anita fue arrojada al interior de un recinto, donde se la mantuvo día y noche siempre vendada y encapuchada, sentada en el suelo apoyada contra la pared, junto a otras doce personas, todas identificadas por un número. A mi esposa le colgaron al cuello un cartón con el número 5, advirtiéndole que esa sería su única identificación de ahí en adelante.
Anita permaneció en ese lugar hasta el día 12 de septiembre siendo interrogada en varias oportunidades sin permitirle despojarse de la venda, apremiada a gritos y mediante golpes en todo el cuerpo, a fin de que explicara con que potencia extranjera estaba coludida para lograr la liberación de los presos en Isla Dawson. También le exigían aclarar el significado de expresiones que le parecían absolutamente disparatadas y respecto a las cuales era incapaz de atinar alguna respuesta.
La noche víspera de su liberación, ingresó al recinto donde Anita permanecía recluida, una persona que la retiró llevándola a otro lugar donde se identificó como un detective a quién Anita había atendido, mientras ejercía sus funciones como Presidenta del Sistema Nacional de Ahorros y Préstamos.
El detective le señaló: «Usted ignora porqué está aquí, verdad?» Obviamente Anita ignoraba los motivos de su secuestro, y así se lo hizo saber. El detective añadió: «Se debe a los dibujos que hizo su marido. Como usted no los conoce, yo me voy a retirar un momento de la pieza para que se retire la venda y pueda verlos. Cuando yo regrese, le golpearé la puerta, usted vuelva a colocarse la venda. Mañana usted será trasladada a otro lugar antes de ser puesta en libertad, y le enviaremos los dibujos por correo a su domicilio».
Así fue. De todas maneras, de los 22 dibujos extraviados, llegaron a domicilio solo 16, por lo cual la FACH o la DINA retuvo 6 de ellos, que no volvieron a aparecer hasta el día de hoy.
La reaparición de Anita en Ritoque tras su desaparición, fue celebrada con gran emoción, por todos los compañeros que permanecían recluidos junto conmigo.
Como recuerdo de ese dramático episodio, y también marcando la hermosa relación de amor que nos unió a lo largo de nuestro matrimonio, para la Navidad de 1974, le obsequié a Anita una ilustración del poema «La carta en el camino», incluido en Los Versos del Capitán.