Por Darío Oses
El 8 de julio de 1952, hace ya 7 décadas aparecía en Nápoles, el poemario Los versos del capitán, en cuyo colofón decía que «este libro de autor desconocido» salía de la imprenta L´Arte Tipográfica, en solo 44 ejemplares fuera de comercio.
Desde el primer momento el anonimato generó interés por la identidad de ese «autor desconocido». El libro, un notable poemario donde confluyen el amor y la lucha anti fascista, incluía, además, una carta prólogo que era una fábula que aludía en clave al autor y a la circunstancia en que se había escrito Los versos del capitán. Firmaba esta carta Rosario de la Cerda, nombre que también escondía una identidad.
Diez años después se aclaró que el autor era Pablo Neruda y Rosario de la Cerda era Matilde Urrutia. Ambos vivían un amor secreto, porque en ese momento Neruda estaba casado con Delia del Carril.
Entretanto el libro había seguido publicándose sin autor. Salió del anonimato en 1962, cuando fue incluido en las Obras completas de Neruda.
En sus Memorias el poeta escribió que Los versos del capitán «no llevó mi nombre en la tapa, como si yo renegara de él o el propio libro no supiera quién era su padre (…) Los poemas que contiene fueron escritos aquí y allá a lo largo de mi destierro en Europa…« y agregaba que «el amor a Matilde, la nostalgia de Chile, las pasiones civiles llenan las páginas de este libro…».
Ese fue el tiempo del que quizás sea el más grande de sus amores, en la isla de Capri y otros escenarios del exilio.
El poeta explica también que la única causa del anonimato de este libro fue que no quería herir con «esa pasión brusca y ardiente» a Delia del Carril «pasajera suavísima» que «fue para mí durante dieciocho años una ejemplar compañera».