Por Fernando Sáez García
Esta novela, menos conocida en la extensa obra de Mishima, data de 1965. El autor en papel de psicoanalista, relata los entreveros de las sesiones con una paciente que sufre de frigidez, internándose en las complejidades de ella, en las cavilaciones del propio doctor, en las fricciones, ocultamientos y juegos de la relación. Otros personajes, van dando cuenta, de la sexualidad masculina y el fantasma de la impotencia. Con habilidad de maestro, el autor va formando un mapa de la sexualidad, el amor, sus expectativas y frustraciones, las represiones y los traumas que van entorpeciendo la vida de los seres humanos. La novela cobra, después de tantos años de su publicación, una impresionante vigencia y visión de estos tiempos.