Por Fernando Sáez García
Este es de esos libros que uno lee con interés y dificultad, porque quizás los prejuicios de lector esperaban otra cosa, o porque la autora abusa de cierto interés por hacer literatura y divaga en esa tesitura, o bien es demasiado auto referente y es su vida y no lo que quisiéramos encontrar de sus famosos padres Liv Ulmann e Ingmar Bergman, dos monumentos del arte, del cine, del teatro. Porque la promesa de su contenido son ellos y no la escritora. Puede ser. Pero todo está ahí, ellos y ella. De ahí el interés y la dificultad. Digamos mejor que es una enorme y pormenorizada catarsis. También un ajuste de cuentas con padres que están atrapados en sus intensas vidas, lo que para una hija puede ser lejanía y abandono. Aparece entonces una Liv Ulmann, exitosa y llena de amantes y algunos excesos y un Bergman, en sus últimos años, despiadadamente deteriorado, lo que queda expresado en las conversaciones con la hija grabadas en cintas, conversaciones breves, hasta intrascendentes, si Bergman no fuera Bergman. En fin, la trastienda veraz de una familia especial.
Los inquietos, de Linn Ullmann, Gatopardo Ediciones, 379 páginas.