Diciembre 3, 2024

A «La Sebastiana»

 

 

En 1962, Neruda publica el libro Plenos Poderes. «Libro retazo» lo denomina Eulogio Suárez, pues al parecer, ahí desembocan poemas que Neruda ha comenzado a escribir pensando en otros libros, o en diversos temas que finalmente no llegó a publicar en los libros iniciales que imaginaba. Se trata de un libro que contiene 36 poemas, escritos principalmente entre 1961 y 1962. Es un recorrido por diversos elementos y contiene varias odas. En 1961, ha inaugurado La Sebastiana en Valparaíso, y Neruda incluye en este libro el poema «A la Sebastiana», donde cuenta el proceso de construcción y terminación de la casa.

 

A LA SEBASTIANA

 

Yo construí la casa.

La hice primero de aire.
Luego subí en el aire la bandera
y la dejé colgada
del firmamento, de la estrella, de
la claridad y de la oscuridad.

 

Cemento, hierro, vidrio,
eran la fábula,
valían más que el trigo y como el oro,
había que buscar y que vender,
y así llegó un camión:
bajaron sacos
y más sacos,
la torre se agarró a la tierra dura
-pero, no basta, dijo el constructor,
falta cemento, vidrio, fierro, puertas-,
y no dormí en la noche.

 

Pero crecía,
crecían las ventanas
y con poco,
con pegarle al papel y trabajar
y arremeterle con rodilla y hombro
iba a crecer hasta llegar a ser,
hasta poder mirar por la ventana,
y parecía que con tanto saco
pudiera tener techo y subiría
y se agarrara, al fin, de la bandera
que aún colgaba del cielo sus colores.

 

Me dediqué a las puertas más baratas,
a las que habían muerto
y habían sido echadas de sus casas,
puertas sin muro, rotas,
amontonadas en demoliciones,
puertas ya sin memoria,
sin recuerdo de llave,
y yo dije: “Venid
a mí, puertas perdidas:
os daré casa y muro
y mano que golpea,
oscilaréis de nuevo abriendo el alma,
custodiaréis el sueño de Matilde
con vuestras alas que volaron tanto.”

 

Entonces la  pintura
llegó también lamiendo las paredes,
las vistió de celeste y de rosado
para que se pusieran a bailar.
Así la torre baila,
cantan las escaleras y las puertas,
sube la casa hasta tocar el mástil,
pero falta dinero:
faltan clavos,
faltan aldabas, cerraduras, mármol.
Sin embargo, la casa
sigue subiendo
y algo pasa, un latido
circula en sus arterias:
es tal vez un serrucho que navega
como un pez en el agua de los sueños
o un martillo que pica
como alevoso cóndor carpintero
las tablas del pinar que pisaremos.

 

Algo pasa y la vida continúa.

 

La casa crece y habla,
se sostiene en sus pies,
tiene ropa colgada en un andamio,
y como por el mar la primavera
nadando como náyade marina
besa la arena de Valparaíso,

ya no pensemos más: ésta es la casa:

 

ya todo lo que falta será azul,

lo que ya necesita es florecer.

 

Y eso es trabajo de la primavera.

 

 

 

Te invitamos a conocer «La Sebastiana», la casa construida por Sebastián Collado en la década del 40 en Valparaíso, rescatada por Neruda del olvido e inaugurada en septiembre de 1961 con una fiesta con espuelas y huasos. Convertida en Casa-Museo desde diciembre de 1992, recibe visitantes de todo el mundo que conocen el espacio íntimo de uno de los grandes poetas del idioma español.

 

 

 

 

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