Te invitamos a conocer la tienda virtual de la Fundación Pablo Neruda. Donde puedes encontrar los más variados objetos artísticos, libros, souvenires, juegos, etc. Sitio que desde este 2021 puedes acceder y comprar vía online, desde la comodidad de tu hogar. Por ejemplo, hoy te queremos mostrar nuestros Mascarones [Réplicas] a la venta –los juguetes más grandes del poeta–, cuyos originales puedes descubrir en las residencias del poeta Pablo Neruda, abiertas de miércoles a sábado. Volviendo a los mascarones conoce un poco de Francis Drake, María Celeste y Jenny Lind.
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–MASCARON FRANCIS DRAKE REPLICA
¿Quién fue Francis Drake?
Nacido en 1540, Francis Drake fue hijo de un vicario puritano, lo que le significó, al principio de su vida, continuos problemas y el rechazo en una Inglaterra en la que la religión anglicana era la oficial del reino.
Drake era un aventurero nato, que se ocupó tempranamente de recorrer los mares de Las Antillas causando graves dificultades a la población española. El odio que sentía hacia España se debía a las injusticias cometidas por los soldados de Felipe II en las contiendas con los ingleses. A ello se sumaban las prolongadas guerras religiosas que tuvieron lugar en Europa en el siglo XVI, en las que la España de Carlos V y Felipe II llevaba el liderazgo de la defensa del catolicismo contra los protestantes.
La fama de Drake y sus aventuras se extendió por todo el mundo. El escritor español Lope de Vega ayudaría a aumentarla con su poema La Dragontea, donde el navegante es descrito casi como una encarnación del demonio.
Objetivo: navegar por el Pacífico
Drake realizó dos expediciones al Istmo del Darién. Se cuenta que, en la primera de ellas, habiendo trepado a un árbol pudo divisar el Océano Pacífico. Entonces habría pedido a Dios que le diera vida para poder navegar por esos mares en un buque inglés.
Luego, se propuso llegar al Pacífico cruzando por el Estrecho de Magallanes, paso que pocos navegantes se atrevían a usar por esos días. Aunque España estaba en paz con Inglaterra, Drake tuvo que conseguir el consentimiento de la Reina Isabel I para realizar su empresa, pero la Corona renunció a toda responsabilidad, no otorgándole título alguno ni haciéndole concesiones de ninguna especie. La expedición era del todo ilícita en tiempos de paz, por lo que sería acusada de piratería por los españoles. No obstante ello, con sus iniciativas Drake y otros navegantes, como Sir Walter Raleigh, pusieron las bases del dominio inglés de los mares.
Aventuras en los mares del Sur de Chile
Para navegar por el Océano Pacífico, Francis Drake contó con 5 embarcaciones provistas de víveres, armas y hombres; zarpó de Plymouth el 13 de diciembre de 1577, sin causar alarma en España, donde se pensaba que se dirigía rumbo a Alejandría. Iba comandando a la Golden Hind.
Su viaje por el Atlántico demoró 9 meses, en los que se dedicó a asaltar naves españolas y portuguesas. El 20 de agosto de 1578 la expedición, ahora con sólo 3 naves, entró al Estrecho de Magallanes, llegando al Pacífico el 6 de septiembre.
En la boca oeste del paso, el navegante inglés debió enfrentar una prolongada tempestad que le hizo perder otra nave. La otra embarcación que quedaba regresó a Inglaterra, por lo que Drake continuó solo a bordo del Golden Hind.
A fines de noviembre llegó a la Isla Mocha, en la costa de Arauco, donde se enfrentó con los indígenas que la habitaban; recibió un golpe en la cabeza y un flechazo en la mejilla debajo del ojo derecho. Se supone que la resistencia de los indígenas fue organizada por unos españoles que vivían allí.
Asalto a Valparaíso
Francis Drake llegó a Valparaíso el 5 de diciembre, encontrando allí la nave de Hernando Lamero. Este comerciante tenía en su barco una partida de casi 25.000 pesos de oro en polvo que había traído desde Valdivia, y en esos momentos se encontraba cargando unas botijas de vino que llevaría al Perú. La sorpresa fue total y no hubo resistencia al asalto de los ingleses. Lamero se tiró al agua y huyó, informando sobre lo que acontecía a la escasa población del lugar, la que también decidió escapar.
Habiendo quedado el campo libre, los ingleses se dieron a la tarea de desvalijar el poblado, abundante en carne salada, tocino, harina y otros productos que eran enviados al Perú. Incluso, robaron los vasos sagrados de la capilla del poblado. El 8 de diciembre, Drake partió de Valparaíso, llevándose la nave de Lamero.
Resistencia en La Serena
La próxima parada de Drake fue la bahía de La Herradura, donde se enteró de la proximidad de La Serena, ciudad que decidió asaltar. Bajó a tierra a doce hombres, los que debieron retroceder ante las fuerzas que en esa ciudad se habían organizado al recibir noticias de su presencia en las costas de Chile. Los ingleses no quisieron entrar en combate y siguieron hacia el norte.
La incursión de Drake fue conocida tardíamente por el Gobernador Rodrigo de Quiroga y la población en general, por lo que las medidas para ir en defensa de las costas y evitar el desembarco inglés, fueron inútiles. Para entonces, Drake ya había decidido continuar su navegación, la que lo llevó al Perú y luego hasta California, en América del Norte. El corsario tomó posesión de este territorio a nombre de la Corona inglesa, aún cuando pertenecía a España.
Cruzó el Océano Pacífico rumbo a Las Molucas, donde consiguió establecer un trato con los indígenas que le aseguraba la exclusividad del comercio inglés con esas islas. Luego, continuó por el Océano Índico para llegar al Atlántico, completando la vuelta al mundo. Era el segundo navegante en la historia que realizaba tal hazaña.
En 1585, Francis Drake se apoderó de Santo Domingo y asoló la región de La Florida. En Europa, tomó parte en la destrucción de la invencible Armada española en 1587. En 1594, Isabel I lo nombró almirante. Quiso volver a América, pero murió a la altura de Porto Bello en 1596.
Fuente: Cristián Guerrero Lira, Fernando Ramírez Morales e Isabel Torres Dujisin.
–CABEZA MASCARON JENNY LIND
Jenny Lind: el amor compartido de Andersen y Neruda
“Neruda coleccionó numerosos mascarones de proa, que el poeta prefería llamar mis mascaronas. Las fue colgando desde los muros de su casa en Isla Negra, y pasaron a ser compañeras inseparables en su vida. El poeta conocía la historia de cada una, y se enamoró de todas ellas.
Una de estas mascaronas, que cuelga actualmente en el comedor de su casa, corresponde a Jenny Lind, renombrada cantante lírica sueca del Siglo XIX.
En esta atmósfera mágica que rodea a la relación de Andersen y Neruda, resulta asombroso constatar que, en vida un Siglo antes, la bella Jenny Lind cayó locamente enamorada del escritor danés, al conocerlo con motivo de un concierto ofrecido en el Teatro Real de Copenhague.
Quizás, este sea el episodio mas singular en la historia de dos poetas, con tantos anhelos y sentimientos comunes, y que a cien años de distancia, compartieron el mismo amor.”
Miguel Lawner
–CABEZA MASCARON MARIA CELESTE
La María Celeste
“Alain y yo la sacamos del mercado de las Pulgas donde yacía bajo siete capas de olvido. En verdad costaba trabajo
divisarla entre camas desmanteladas, fierros torcidos. La llevamos en aquel coche de Alain, encima, amarrada y luego en un cajón, tardando mucho, llegó a Puerto San Antonio. Solimano la rescató de la aduana, invicta, y me la trajo hasta Isla Negra.
Pero yo la había olvidado. O tal vez conservé el recuerdo de aquella aparición polvorienta entre la ferraille. Solo
cuando destaparon la pequeña caja sentimos el asombro de su imponderable presencia.
¡Fue hecha de madera oscura y tan perfectamente dulce! Y se la lleva el viento que levanta su túnica! Y entre la juventud de sus senos un broche le resguarda el escote. Tiene dos ojos ansiosos en la cabeza levantada contra el aire. Durante el largo invierno de Isla Negra algunas misteriosas lágrimas caen de sus ojos de cristal y se quedan por sus mejillas, sin caer. La humedad concentrada, dicen los escepticistas.
Un milagro, digo yo, con respeto. No le seco sus lágrimas, que no son muchas, pero que como topacios le brillan en el rostro. No se las seco porque me acostumbré a su llanto, tan escondido y recatado, como si no debiera advertirse. Y luego pasan los meses fríos, llega el sol, y el dulce rostro de María Celeste sonríe suave como la primavera. Pero, por qué llora?”
Pablo Neruda