Presentamos la edición completa de una antología de poesía colombiana contemporánea seleccionada y prologada por el poeta Federico Díaz-Granados. Durante las próximas semanas podrás la obra de poetas nacidos entre 1970 y 1995. Como ya es costumbre, al término del ciclo podrás descargar desde nuestro portal la selección completa para disfrutar y compartir.
Extracto del prólogo de Federico Díaz-Granados:
«Esta es Colombia, Pablo, con su espuma y su piedra / curvada dulcemente sobre el hombro de América». Así el poeta Jorge Rojas, amigo personal de Pablo Neruda y promotor incansable del grupo de “Piedra y Cielo” empieza su célebre poema El cuerpo de la patria dedicado al poeta chileno. En él describe toda la riqueza geográfica y natural de nuestro país para resaltar la belleza del paisaje sobre los horrores de nuestra historia. La estrecha amistad de Neruda con varios de los poetas de este grupo, Eduardo Carranza, Arturo Camacho Ramírez, Gerardo Valencia, Darío Samper y, por supuesto, Jorge Rojas era reconocida en los círculos literarios e intelectuales del continente. Esta amistad se consolida, sin duda, con la primera visita de Neruda a Colombia en 1943. Una invitación del presidente Alfonso López Pumarejo y Darío Achury Valenzuela, director de Extensión Cultural del Ministerio de Educación Nacional, fue el pretexto de este célebre viaje que desató, en su momento, feroces reacciones de parte de las tribunas conservadoras y los agitadores fascistas del país. Todo aquello desembocó, como bien lo recuerda el escritor y librero y, sobre todo, nerudiano insobornable, Álvaro Castillo Granada, en «Una batalla a sonetazo limpio». En el artículo, que lleva precisamente ese título, Castillo nos narra con lujo de detalles cómo fueron los delirantes ataques y las respectivas respuestas del poeta chileno y allí menciona que Neruda «Ante el anuncio de un funcionario de protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores que le dijo: – ¡Poeta: en la pista de este aeropuerto, cuatrocientos poetas lo esperan-, se llevó las manos a la cabeza y dijo: -Y qué voy a hacer con tantos poetas-.»