El 26 de agosto de 1939 de entre los 2.200 refugiados republicanos españoles, que saldrían al exilio perseguidos por la dictadura de Francisco Franco nace un pequeño y esta es su historia.
En las primeras semanas de agosto de 1939, el puerto francés de Pauillac, vivía una intensa actividad. Se encontraba conmocionado por la masiva concurrencia en sus alrededores, provocada por miles de refugiados republicanos españoles que se agitaban en una tensión esperanzadora.
Miles de refugiados republicanos españoles, hacían largas filas para poder embarcarse en el barco Winnipeg que los llevaría a América, a un país desconocido, llamado Chile. Para todos ellos el Barco, abría las puertas a la esperanza y la libertad, en una nueva vida.
Entre aquellos ciudadanos españoles se encontraba el matrimonio compuesto por Eugenio Castell Belles y su esposa Isabel Torelló Ribas, ambos de Cataluña, del poblado de San Feliú.
Eugenio Castell, había formado parte del Ejército Republicano e Isabel se dedicaba al arte del tejido. Con el avance de las tropas franquistas y el desenlace de la Guerra Civil a favor del franquismo, tomaron la decisión –como miles de españoles-, de salvar sus vidas cruzando, en una larga y sacrificada travesía, Los Pirineos para llegar a Francia.
Francia entonces estaba muy presionada por Hitler, que se preparaba para invadir Polonia y con ello comenzar la Segunda Guerra Mundial, lo que se desencadenaría solo un mes después, comenzando el acecho sobre Europa. Francia con esa presión encima, recluyó a los emigrantes en verdaderos campos de concentración.
Entremedio Eugenio e Isabel, encerrados en un campo de concentración en Francia y viviendo en condiciones miserables, se enteraron de la noticia “que había un poeta que preparaba un barco para llevar refugiados españoles a América”. Comenzaron a realizar las gestiones pertinentes para salir del campo y llegar a la costa francesa en busca del barco mentado. Lo que lograron finalmente llegando al puerto francés de Pauillac, donde se encontraba el ex barco carguero “Winnipeg”, que en una verdadera Odisea solidaria, Pablo Neruda pudo conseguir los aportes financieros, para transformarlo y adaptarlo para el transporte de 2.200 personas, con sus camas y camarotes. Realmente fue una inmensa obra de transformación del barco ya que como carguero podía transportar solo 96 pasajeros.
El tema que preocupaba a Isabel y a Eugenio, era si podrían subir al Winnipeg, dado que ella se encontraba con ocho meses de embarazo. Finalmente con la gestión de Neruda, lograron su propósito y pudieron ser una de las familias que accedieron a embarcarse en el Winnipeg.
El “Winnipeg, el Barco de la Esperanza”, partiría del puerto francés de Pauillac, el 4 de agosto de 1939, enfilando por el Océano Atlántico rumbo al Canal de Panamá, transportando 2.200 refugiados republicanos españoles, que saldrían al exilio perseguidos por la dictadura de Francisco Franco. Esta hazaña humanitaria y solidaria inigualable, se materializó por la acción del Poeta Pablo Neruda, apoyado en todo momento por Delia del Carril, de nacionalidad argentina y respaldado por el Presidente de Chile, Pedro Aguirre Cerda.
Después de cruzar el Atlántico y el Canal de Panamá, enfilaría el rumbo comenzando a atravesar el Océano Pacífico, con el propósito de llegar como ruta final al puerto chileno de Valparaíso.
Entretanto Isabel Torelló Ribas, comenzaría con sus primeras contracciones que anticipaban su trabajo de parto.
Al mediodía del 26 de agosto de 1939, en medio del Océano Pacífico a la altura de Ecuador, nacería el primer niño en el Winnipeg, en un parto que Isabel Torelló tuvo sin complicaciones y que contó con la asistencia de médicos y enfermeras francesas, que ayudaron a traerlo al mundo. Nacía André Marty Castell Torelló, nombre que se chilenizó cuando fue inscrito en el registro civil de Chile, quedando como Andrés Marti Castell Torello.
Pero Andrés Marti, no fue el único niño que nació en el Winnipeg, Agnes América Winnipeg Alonso Bollada, fue la primera niña y la primera persona que nació a bordo del Winnipeg, el 6 de agosto de 1939.
Piedad Bollada, madre de Agnes América Winnipeg, embarcó con su marido Eloy Alonso en avanzado estado de gestación, cuentan que los controles para subir al barco intentaron evitarlo. Piedad entonces, amenazó con tirarse al mar junto a su hijo Justo, de 8 años, si no los dejaban viajar a América y a Chile. Piedad Bollada dio a luz a su hija a solo dos días de zarpar del puerto de Pauillac, en medio del Oceáno Atlántico. Nació de manera prematura, con poco peso y sin uñas pero suficientemente madura como para poder respirar bien. El capitán ordenó que se destinara un puesto especialmente tranquilo para que madre e hija se recuperaran, empleando el calor del sol para favorecer el crecimiento de la pequeña.
También existiría una tercera niña que habría nacido en el Winnipeg, que falleció a los pocos días de gestación, de la cual no poseemos sus datos.
En medio de la felicidad que sus hijos –Agnes y André- se encontraban bien, saludables y bien atendidos, sus padres Isabel Torelló y Eugenio Castell (padres de André Marti Castell Torelló y Piedad Bollada y Eloy Alonso (padres de Agnes América Winnipeg), convivieron y se conocieron compartiendo en la cubierta del Winnipeg, con la brisa fresca del Winnipeg que ensanchaba sus corazones con aires libertarios y esperanzadores, en una tierra que anhelaban y que desconocían.
Con la felicidad y la esperanza que emanaba de estos dos niños que nacieron a bordo, siguió el Winnipeg navegando por el Pacífico, con dirección al primer puerto chileno en el cual recalaría. Que sería la bahía de Arica, cobijada y protegida por el noble peñón del Morro, el 30 de agosto de 1939.
(Publicado en el diario electrónico El Morrocotudo el 25 Agosto 2021. Gentileza Hermann Mondaca Raiteri)