En la bahía de Arica descenderán los primeros refugiados republicanos españoles que llegaron a Chile. Algunas huellas de su arribo. El primer niño del Winnipeg, inscrito en Chile.
Por Hermann Mondaca Raiteri
Como sabemos el Winnipeg, el “Barco de la Esperanza”, salió rumbo a Chile desde el Puerto francés de Pauillac, el 4 de agosto de 1939, en una Odisea que tuvo como protagonistas a Pablo Neruda, a Delia del Carril, y al Presidente Pedro Aguirre Cerda, que permitió que cerca de 2.200 refugiados republicanos españoles atravesaran el Atlántico y después el Pacífico, comandado por el Capitán francés Gabriel Pupin, en la más grande embarcación solidaria y humanitaria que la historia conozca.
Que la memoria derrote al olvido
El primer puerto chileno al cual arribaría el Winnipeg, fue Arica, llegando a la bahía después de 26 días de navegación sin escalas, el 30 de agosto de 1939. El día 31 de agosto la nave enfilaría en dirección al Puerto de Valparaíso, viajando cercano a la costa. Al día siguiente, el mundo se estremecería con la noticia de la invasión de las tropas hitlerianas a Polonia, lo cual daría inicio a la Segunda Guerra Mundial, que terminaría asolando al mundo, con un resultado de 51 millones de muertos.
El Winnipeg llegaría a la bahía de Valparaíso al atardecer del 2 de septiembre y el 3 desembarcarían en el “puerto que amarra, como el hambre”, 2.200 refugiados españoles. Que comenzarían a integrarse a la vida nacional y a realizar un tremendo aporte a la vida nacional.
Hace tres años en el 80 Aniversario de la llegada a Chile del Winnipeg, desde la Unión de Escritores e Intelectuales de Arica y Parinacota, que en ese entonces presidía, nos propusimos participar de esta conmemoración nacional, por la pertinencia que teníamos con el impulsor de esta iniciativa, el poeta Pablo Neruda; porque nos habíamos percatado que el primer puerto que había recalado el Winnipeg, había sido la Bahía de Arica; porque también habíamos develado que los primeros refugiados republicanos españoles que habían desembarcado en Chile, habían sido 24 refugiados y lo habían hecho en la ciudad de Arica; y porque existían españoles republicanos españoles emblemáticos que habían aportado al desarrollo de Chile, como los hermanos Raúl y Víctor Pey Casado, que habían construido el Puerto de Arica y otros puertos del norte chileno. El año 2019 nos propusimos dejar una huella del 80 Aniversario de la llegada del Winnipeg, el Barco de la Esperanza, a Chile, y fue la primera vez en la historia regional, que nuestra región conmemoraba este hecho histórico. Nos integramos a la Comisión Organizadora Nacional, por lo cual formamos parte del Programa Oficial, del Winnipeg 2019, el Programa se puede ver en el link: http://www.ccesantiago.cl/evento/memorias-80-anos-winnipeg/
Y desde esa fecha nos hemos propuesto continuar ejercitando la Memoria, con el fin de derrotar el Olvido.
En la bahía de Arica descenderán los primeros refugiados republicanos españoles que llegaron a Chile
El 30 de agosto, cercano al mediodía, el navío recaló en el Puerto de Arica donde descendieron los primeros 24 refugiados republicanos españoles. Ver listado, firmado por el Sub Comisario Jefe de Investigaciones, Sr. Juan Mercier Suárez, y el Secretario de la Gobernación de Arica, Sr. Félix Morales Cortez.
Documento del Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Algunas huellas de los refugiados que llegaron a Arica
Hemos querido compartir tres historias breves sobre algunos de los refugiados que desembarcaron del Winnipeg, en la ciudad de Arica.
Salvador Aguilera Vallejos, Nació en Porcuna, Provincia de Jaén, España, el 9 de noviembre de 1913.
Salvador, fue uno de los Voluntarios que formaron en Jaen, el Batallón denominado “El Málaga 1”, el cual fue incorporado a la 24 Brigada, 16 División en la Defensa de Madrid al mando de su Comandante de nacionalidad argentina Sr. Miguel Mora Ortiz. “constituimos el 1er. Batallón de Choque de la 24 Brigada. Durante toda la guerra y siempre bajo el mismo mando. actué como Comisario, operando en el Frente de Madrid. Por el Jarama, Segre Bajo, Monte de Praga, retención de la ofensiva de Aragón, Operación del Ebro y toda la ofensiva de Cataluña hasta pasar a Francia –por Los Pirineos-, en donde caemos prisioneros, llevados al Campo de Concentración de San Ciprien. Para luego derivarnos a los Comisarios, al Campo de Concentración de Abde, que fue donde permanecimos seis meses antes de salir a Burdeos, y de allí nos dirigimos a embarcarnos en el Winnipeg” (Relato original escrito por Salvador Aguilera Vallejos, facilitado por su hija Rosario Aguilera Coloma).
Salvador, llegó a Arica en el Winnipeg, el 30 de agosto de 1939. El 4 de abril de 1952, contrajo matrimonio con la ciudadana ariqueña Flora María Coloma Martínez, con quien tuvieron cuatro hijos: María de los Ángeles, Luis Salvador, Amador Ricardo y Rosario Flora.
Su primera actividad en Arica fue trabajar en las tiendas de Juan Yanulaque, de calle Sotomayor. Luego se Independizó y se convirtió en un prestigioso comerciante, con su primera tienda de nombre “La Ibérica”, ubicada en calle Colón con San Marcos, con productos traídos de España (Licores y conservas), Italia (Perfumes y Seda), y de Alemania (Maletas). Posteriormente instaló una segunda tienda, que fue la Botillería Colón, ubicada en Colón 441. Y posteriormente se dedicó a la agricultura en el Valle de Azapa, dado los conocimientos que traía de España de la tierra de la aceituna (Andalucía), lugar donde había trabajado en la fábrica de Aceite de Porcuna, Jaén, perteneciente a don Manuel Funez. Realizó un gran aporte al desarrollo de Arica y fue Presidente del Centro Español de Arica.
Flora María Coloma Martínez y Salvador Aguilera Vallejos
Ramón Arcay Novo, pescador, del pueblo de pescadores de Malpica, Bergantiños, España. Llegó a Arica a la edad de 29 años, estaba casado en España y tenía dos hijas, Dolores y Maruja.
Al poco tiempo de llegar a Arica se comprometió con Amanda Montoya, con quien se traslado posteriormente a Iquique y tuvo dos hijos, Ramón Arcay Montoya y Antonieta Arcay Montoya. Don Ramón Arcay Novo, falleció muy joven y sus restos yacen hoy en el Cementerio de La Beneficiencia en la ciudad de Iquique.
Sobre su historia, recogemos el testimonio de su nieta Macarena Arcay Henríquez, hija de Ramón Arcay Montoya, quien vive en Puerto Montt y de Verónica Henríquez Alvarado : “Es un recuerdo que tengo desde muy pequeña, mi padre nos contó la historia de la llegada de mi abuelo en un barco desde España siendo refugiado, nos contó que logró salir del país pero a la vez tuvo que dejar toda su vida atrás y comenzar desde cero en Chile. Mi padre un hombre de esfuerzo nos cuenta siempre que fue una vida muy dura, con mucho sacrificio de por medio, logrando salir adelante en las adversidades de la vida junto con su madre. Lamentablemente mi abuelo murió muy joven, aun así mi padre logró sacar un título universitario y trabajar en lo que más le gusta. Es increíble que de un hombre como mi abuelo que tuvo que dejar todo en su país y llegar a un país sudamericano sin conocer a nadie, logre formar una linda familia de Esfuerzo que hoy en día han logrado miles de sueños. A la vez es un orgullo saber que mi abuelo estuvo dentro de los primeros hombres en bajar del Winnipeg, más aun sabiendo que fue organizado en ese tiempo por Pablo Neruda. Definitivamente forma parte de una historia inigualable y que espero que se mantenga en el recuerdo de muchos Chilenos”.
“Desde pequeña mi padre nos contó la historia de mi abuelo, por lo que siempre me sentí –también-, con sangre española y hasta hoy en día uno de mis objetivos es ir y conocer lo más que pueda el país donde mi abuelo nació. Además ahora al tener contacto con parte de la familia que se encuentra en España, es un lazo muy preciado que como familia hemos intentado fortalecer en nombre de mi abuelo fallecido. Por lo mismo nos mantenemos en contacto constantemente”.
Foto con su esposa de España Ramona Vidal Rodríguez y sus hijas españolas Dolores y Maruja
Celestino Garrido Garrido, su esposa María Álvarez León y su hija Rosa Garrido Álvarez, quién en la actualidad vive en la ciudad de Lima, Perú.
Celestino, llega en el Winnipeg a Arica, a la edad de 35 años, viudo, proveniente del puerto de pescadores de Malpica, España, llegó junto a sus hermanos, Jesús Garrido y Ramón Garrido, también venían en el mismo barco sus primos Miguel Garrido Blanco, Bernardino Garrido Carrillo y Jesús Garrido Carrillo. De los 24 refugiados republicanos españoles que llegan al puerto de Arica, 12 refugiados eran pescadores provenientes de Malpica. Aportarán a la región, pero también a Tarapacá, Ilo y sur del Perú, la técnica de “pesca de altura”, o pesca de alta mar. Hasta los años 40 en todo el litoral del norte de Chile y sur del Perú, solo se realizaba las “pesca de orilla”, el grupo de pescadores de altura de Malpica, introducirá la nueva técnica en toda el área, aportando al desarrollo pesquero. “En la ciudad de Arica, él se dedicaba principalmente a la pesca y la madre de mi suegra (Rosa León Machuca), posteriormente suegra de Celestino les cocinaba el almuerzo, ella vivían en el sector denominado “Miramar” y la tía vivía junto a su mamá en la calle Pedro Montt, fue en ese lugar donde el se “robó” a la tía María y se fueron en un bote navegando hasta el puerto de Ilo, cuando ella tenia recién los 18 años de edad (cabe destacar que el tío le llevaba 23 años de edad adelante) y después llegaron a casarse a la ciudad de Arica. A los dos años de estar viviendo en el puerto de Ilo, aproximadamente el año 1943, ella dio a luz a la tía Rosa Manzanal Garrido, su única hija peruana, dado que el tío solamente dejó a un hijo en España. (Relato aportado por Carlos Olivares, sobrino político de Celestino Garrido).
El primer niño que se inscribió como ciudadano chileno
Hace una semana relatamos a ustedes el acontecimiento que el día 26 de agosto y mientras el Winnipeg se encontraba a la altura del Ecuador, había nacido en medio del Océano el niño Andrés Marti Castell Torelló, hijo de Isabel Torelló Ribas y de Eugenio Castell Belles. Andrés y Agnes América Winnipeg Alonso Baolada, hija de Piedad Bollada y Eloy Alonso, fueron los únicos niños que nacieron en el Winnipeg y conservaron sus vidas. https://cultura.fundacionneruda.org/…/hoy-nacio-un…/
De la travesía de Eugenio Castell e Isabel Torelló antes de embarcarse en el Winnipeg, nos relata su nieta Andrea Castell Muñoz, hija de Andrés Marti Torelló: “Lo que sí sé es que ellos estando ya casados, a mi abuelo lo enrolaron a combatir por el Ejército Republicano, contra el Ejército franquista que se había sublevado. Después de la guerra, mi abuelo y abuela emigraron por las montañas de los Pirineos y llegaron a Francia. Ahí estuvieron en campos de concentración los dos. Mi abuela contaba que estaban encerrados con alambradas de púas, eran como jaulas y les tiraban ollas con porotos llenos de gorgojos, que no se sabía si eran más gorgojos que porotos y masas de pan como tortillas, que eran duros como piedras. Y ellos agarraban de un trozo y comenzaban como a lijar el pan duro y sacaban las miguitas y eso se comían, me acuerdo que contaba mis abuelos, y ella se encontraba embarazada igual, con más de ocho meses de embarazo. Estuvieron no mucho tiempo en esos campos de concentración, pues ahí vino la propuesta del Winnipeg que abría una puerta de Esperanza”. Me relata Andrea Castell Muñoz, nieta de Andrés Martí Castell Torelló.
Isabell Torelló, en el Winnipeg, junto a su hijo Andrés Marti Torello
Los padres de Andrés Marti Castell Torreló, llegaron el 3 de septiembre al puerto de Valparaíso, donde desembarcaron. Posteriormente junto a unos 1.200 refugiados españoles, tomaron el tren hacia Santiago y de ahí partieron a San Fernando, donde comenzarían a reconstruir sus vidas. Tuvieron otros dos hijos, Eugenia que falleció hace unos tres años y Jorge, que actualmente vive en Francia.
Entretanto Andrés Marti se educaba en el Colegio Marista. Ahí conoció a María Teresa Muñoz, con quien contrajo matrimonio el 4 de diciembre de 1964.
Andrés Martí y María Teresa vivieron 56 años juntos
Andrés Marti y María Teresa, tuvieron solo una hija, Andrea Castell Muñoz, que actualmente vive con su pareja en Rancagua. Tiene una hija, Camila Isidora Hasember Castell, de 20 años y es estudiante de la carrera de Psicología en la Universidad Santo Tomás.
Andrés Marti Castell Torreló, falleció recientemente, a la edad de 81 años, el 11 de abril de 2021, en la ciudad de San Fernando.
Foto de Andrés Marti, tomada en el mes de febrero de 2020
Una historia sorprendente, nos relató Andrea Castell, su hija: “Mi abuelo era muy reservado y se emocionaba mucho, pero de tanta emoción hablaban en su lengua materno, el catalán y nosotros por respeto no les interrumpíamos, pero yo no le entendía mucho. A mi abuela le pasaba lo mismo cuando preguntábamos sobre esos tiempos en España, ella se emocionaba muchísimo y comenzaba a relatar sus recuerdos en catalán. Pero una cosa que recuerdo y que para mis abuelos tendrá mucha importancia, es que mi padre relataba que su padre, cuando el Winnipeg llegó a la bahía de Arica, pidió permiso al capitán del Barco y partió al Registro Civil de Arica, a inscribir a mi papá. Lo que finalmente después de esfuerzo, finalmente logró, por esa razón él siempre nos decía que era ariqueño.”
Cédula de Identidad de Andrés Martí Castell Toralló
Así entonces, el único niño varón que nació a bordo del Winnipeg, se convertiría en el primera persona inscrita en el registro civil de Chile, inscrito en la ciudad de Arica.
Con la brisa suave y al vaivén de las olas, se va reconstruyendo esta hermosa historia de la Odisea del Winnipeg, el Barco de la Esperanza, con la suave voz testimonial de los descendientes de los refugiados republicanos españoles que llegaron a Chile, en busca de Libertad y Esperanza y que desde distintos oficios y profesiones, aportaron de manera sustantiva, en la Artesanía, en las Artes, en la Literatura, en la Historia, y en las grandes obras de ingeniería portuaria de Chile, realizando un aporte al desarrollo nacional invaluable.
Nuestra intención es que la brisa de la travesía del Winnipeg, levante en nuestra sociedad, los valores de la Libertad, de la Solidaridad, de la Esperanza, la Tolerancia y los Derechos Humanos. Para que así, la Memoria derrote al Olvido.