Noviembre 7, 2024

Sección tres párrafos. Libro 11. Cuaderno de Deportes

 

De la colección de libros de la Biblioteca de Poesía Chilena Pablo Neruda de La Sebastiana, destacamos el libro Cuaderno de deportes (2010) de Elvira Hernández.

 

Por Andrés Urzúa de la Sotta

 

Escrito entre 2004 y 2010, Cuaderno de deportes es parte de la escasa tradición de la poesía chilena que utiliza el imaginario deportivo para interrogar al presente. Cargados de una fuerte ironía y de una lúcida crítica social, sus poemas son como flechas o disparos al corazón del olimpismo. En ellos desfilan, a la manera de las delegaciones de los países en la ceremonia inaugural de los JJ.OO., diversos personajes, conceptos y valores helénicos y deportivos. Y no lo hacen para indicar su presencia, sino su rotunda ausencia en un presente gobernado por la beligerancia y la derrota moral.

En este sentido, el libro da cuenta de un presente donde los valores clásicos y olímpicos están completamente ausentes. Donde esa tregua sagrada que implicaba la realización de las Olimpiadas en la antigua Grecia es, en la realidad inmediata, imposible. Donde el planeta lleva siglos siendo gobernado por ideales opuestos a los del olimpismo, que en su “Carta Olímpica” promueve «una forma de vida basada en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto a los principios éticos fundamentales universales (…) con el objetivo de poner el deporte al servicio del desarrollo armónico de la humanidad, con miras a promover una sociedad pacífica que se ocupe de la preservación de la dignidad humana».

Creo que Cuaderno de deportes es una alegoría de la derrota moral de la humanidad. Al igual que gran parte de la escasa tradición poética chilena deportiva, el deporte aparece en él como un símbolo que permite desplegar una profunda crítica social, centrada en el individualismo, en la codicia, en la banalidad, en la manipulación mediática de la realidad, en la perversión de la clase política y en la extensión de la violencia y del ímpetu bélico e imperialista. La presencia de los elementos griegos, mitológicos y olímpicos funciona a la manera de un contrapunto, en el sentido de que sugiere la proliferación, en el presente, de una filosofía de vida diametralmente opuesta a lo que dichos elementos simbolizan. Pero a la vez, pese a la debacle moral que se esfuerza por ilustrar el libro, los poemas no pontifican. Sus versos no son altisonantes ni sentenciosos. No buscan dar cátedra moral ni establecer códigos de conducta. Solo disponen una versión de la realidad, abundante y compleja en términos semióticos y antropológicos, ante los ojos del lector. Y lo hacen con gracia, con conciencia de la propia escritura y sobre todo sentido del humor. E incluso se permiten recomendarnos, siempre con el regate que proyecta la ironía, que entremos a la coreografía del presente con gran alegría mundana.

 

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En los siguientes enlaces puedes acceder a una entrevista de Elvira Hernández donde se refiere a este libro y también al sitio de Elvira Hernández en Memoria Chilena, donde hay diversos documentos, textos e imágenes relacionadas con su trabajo literario:

http://letras.mysite.com

http://www.memoriachilena.gob.cl

 

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