Tras obtener el Premio Nobel, la televisión europea de la época, en 1972, realiza este reportaje que hoy compartimos con ustedes. Extraemos algunas de las cosas por escrito que habla Pablo Neruda, donde vemos poemas, el meollo de su pensar poético y de los asuntos de la época, en este video reportaje de corte documental. Sin duda, un documento de primer nivel que rescatamos y ponemos al alcance de todos nuestros lectores en Revista Cultura de la Fundación Pablo Neruda, dando a conocer de primera fuente el sentir y pensar del vate tan querido y admirado en todo el mundo. Uno de los últimos registros del poeta, a un año de su muerte en 1973, mientras era embajador en París. Es además uno de los pocos videos a todo color que se conservan con la imagen de él.
EL PÁJARO YO
(Pablo Insulidae Nigra)
Me llamo pájaro Pablo,
ave de una sola pluma,
volador de sombra clara
y de claridad confusa,
las alas no se me ven,
los oídos me retumban
cuando paso entre los árboles
o debajo de las tumbas
cual un funesto paraguas
o como una espada desnuda,
estirado como un arco
o redondo como una uva,
vuelo y vuelo sin saber,
herido en la noche oscura,
quiénes me van a esperar,
quiénes no quieren mi canto,
quiénes me quieren morir,
quiénes no saben que llego
y no vendran a vencerme,
a sangrarme, a retorcerme
o a besar mi traje roto
por el silbido del viento.
Por eso vuelvo y me voy,
vuelo y no vuelo pero canto:
soy el pájaro furioso
de la tempestad tranquila.
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En mi país se produjo una revolución tranquila. Y estamos cambiando nuestro sistema feudal, estamos luchando contra la dominación extranjera en nuestra vida financiera, económica, rescatando nuestras riquezas naturales, dándole mayor dignidad a la vida del pueblo chileno.
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Yo recorrí todo el país, numerosos votos, hablé en todas partes de llegar a la presidencia de la república de Chile. Es decir, fue una candidatura activa… Las corrientes políticas separadas no tienen ninguna chance. Entonces, mi candidatura, se mantiene si no hay unidad, pero si hay unidad para uno solo ese candidato se respeta. Así que yo renuncié a mi candidatura por la de Salvador Allende.
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Es una gran enseñanza para un poeta, conocer activamente no sólo al hombre sino lo que rodea al hombre, o rodeaba, porque la naturaleza puede desaparecer.
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En mi país Chile somos como los nórdicos del sur. Nosotros llegamos –así como los noruegos y suecos llegan al ártico–, nosotros al círculo antártico…
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Mi vida se deslizo en un clima frío, esta melancolía que da el paisaje frío, lluvioso, nevado, ha estado siempre conmigo.
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Soy un poeta natural, no es con orgullo ni humildad. Los poetas tienen que ver directamente con la tierra.
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Chile es una cinta infinita que está pegada al mar. Todos los chilenos somos marineros, peces, caracoles. Tenemos que convivir con el mar.
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El mar para mí es un elemento como el aire. Me siento mal lejos del mar. Y cada día lo echo de menos.
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Este honor, esta distinción, que se me hizo –El Premio Nobel– tuvo un eco en la consciencia del continente latinoamericano. No por mi persona. Somos países que históricamente luchamos por nuestra formación. Estamos todavía en la estructura. Este reconocimiento –como fue antes para Gabriela Mistral–, nos ayuda a ser nosotros mismos. Esta formación nuestra, ayuda, este reconocimiento a nuestra vida, no digo a mi poesía, fue verdaderamente instantáneo en toda América. Un reguero de pólvora. Miles de telegramas, de todos los partidos del espectro político, las masas obreras, comunidades agrícolas, los delincuentes comunes de la cárcel, algo muy emotivo y doloroso al mismo tiempo.
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LOS HOMBRES DEL NITRATO
Yo estaba en el salitre, con los héroes oscuros,
con el que cava nieve fertilizante y fina
en la corteza dura del planeta,
y estreché con orgullo sus manos de tierra.
Ellos me dijeron: “Mira,
hermano, cómo vivimos,
aquí en «Humberstone», aquí en «Mapocho»,
en «Ricaventura», en «Paloma»,
en «Pan de Azúcar», en «Piojillo»”.
Y me mostraron sus raciones
de miserables alimentos,
su piso de tierra en las casas,
el sol, el polvo, las vinchucas,
y la soledad inmensa.
Yo vi el trabajo de los derripiadores,
que dejan sumida, en el mango
de la madera de la pala,
toda la huella de sus manos.
Yo escuché una voz que venía
desde el fondo estrecho del pique,
como de un útero infernal,
y después asomar arriba
una criatura sin rostro,
una máscara polvorienta
de sudor, de sangre y de polvo.
Y ése me dijo: “Adonde vayas,
habla tú de estos tormentos,
habla tú, hermano, de tu hermano
que vive abajo, en el infierno”.
Mi poesía que tanto se discute en el tema político. Y se discute por estetas y por gente que no conoce la realidad verdadera de estas luchas, no tiene que ver con aprendizaje. Ni nadie me ha mandado ni nadie me ha dado instrucciones. Yo he tenido que vivir la tremenda tragedia de mi pueblo, por eso he escrito poesía política, por eso he escrito poesía cívica, porque uno no tiene más remedio en un país o un continente donde todo está por hacerse que tomar partido por los oprimidos, perseguidos, porque de otra manera un hombre no se siente hombre. Pero un poeta no podría sentirse poeta sino comparte el sentido de esta lucha.
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Yo no soy un embajador ni soy un hombre de mundo. Soy un hombre de pueblo. Que tiene deberes y tengo circunstancias que aceptar como ser humano. Yo vivo en una sociedad en transformación. Una época que tiene la mitad en el puerto del pasado y la otra en el futuro.
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Mi corazón no está en estas procesiones, ceremonias, protocolos. Pero tampoco puedo hacerme la víctima. No posaré aquí de víctima. Yo gozo con todos los espectáculos de la vida. Yo no nací para sufrir. Yo gozo con los seres humanos. No comparto ese sentimiento cristianismo español de que la vida es dolor, sufrimiento.
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Tengo mucho que aprender de todas las clases, de todo el mundo, aún como revolucionario. Tienen mucho que decir, tengo mucho que aprender, de todo el mundo.
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Mi valor está en mi fidelidad a mi país, mis ideas, mi pueblo, combate y lucha. Y eso nadie lo puede ignorar de los que me critican.
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Yo he escrito tantas cosas, contradictorias, que de todas partes se me puede tomar para despedazarme. Soy un ser humano como todos. Y he tenido como tales muchas equivocaciones, muchos errores y amores, muchos dolores. Es parte esto de la vida de un hombre. Y yo no soy sino un hombre.
