Por Carolina Rivas
Difícilmente podremos encontrar una historia que describa mejor la pesadilla de ser mujer, vieja y pobre en nuestro país. Sara (Kindberg, 2019) primera novela de Maivo Suárez, nos presenta un personaje que bien puede ser una persona miserable –como algunos de sus actos lo son- como también la resultante perfecta del futuro pavoroso del sistema de previsión social que nos rige.
Sara, 63 años, ahora con el resto de su vida por delante, cree que al fin podrá vivir su futuro sin tener que velar por su única hija (que decide abandonar el departamento), cerrar el ciclo laboral luego de 40 años de servicio sin pausa ni descanso y pensar en todas las posibilidades que se abren a esta nueva situación.
Lo que en un principio se ve cómo una visión optimista a todo lo bueno por venir –tiene planes, ambiciones y proyectos- se irá desmoronando rápidamente hasta llevarla a enfrentar cara a cara la pobreza del día a día, como también la indiferencia de su nueva vecina a la que quiere impresionar, en lo que fracasa rotundamente.
Maivo Suárez tiene buena mano, es inteligente y maneja una ironía a prueba de balas. Construye el mundo de Sara sin piedad y la revela como es en realidad: alguien capaz de lanzarse al abismo, porque ya nada importa nada.
