Noviembre 7, 2024

Poesía completa de Pablo Neruda. Primer tomo

Del misterio del  mundo al ronco tambor de la historia

En su discurso para agradecer el Premio Nobel  en nombre de todos los laureados en 1971, Pablo Neruda dijo:

«Vuelvo a las calles de mi infancia, al invierno del Sur de América, a los jardines de lilas de la Araucanía, a la primera María que tuve en mis brazos, al barro de las calles que no conocían el pavimento, a los indios enlutados que nos dejó la Conquista, a un país, a un continente oscuro que buscaba la luz…»

Estas palabras resumen el contenido del primer volumen de la Poesía completa de Pablo Neruda. Revive aquí el niño poeta vestido de negro, solitario en ese sur del mundo lluvioso y terrible, donde la vida y los libros le “van dejando entrever misterios abrumadores.”

Este primer tomo de Poesía completa contiene escritos como Los cuadernos del poeta adolescente y el Álbum Terusa, en los que encontramos los primeros intentos del poeta por aproximarse a aquellos “misterios abrumadores”: el amor, la potencia germinal del bosque austral, la agitación perpetua del océano que parece marcar el pulso del universo.

 

Primeros libros

Se reproducen  también en este tomo, poemas publicados en diarios y revistas de Temuco, Santiago y Chillán. Luego viene su primer libro, Crepusculario (1923) que fue consagratorio. El crítico Alone profetizó que su autor con el tiempo, llegaría a descollar “entre los mayores no sólo de esta tierra y de esta época”. Alone destacó con especial énfasis, el poema “Mariposa de otoño”.

En 1924 el joven Neruda publica Veinte poemas de amor y una canción desesperada que se convertiría en uno de los poemarios más leídos en todo el mundo. En 1960, cuando se  hizo la edición conmemorativa del primer millón de ejemplares, el poeta escribió:

«Por un milagro que no comprendo, este libro atormentado ha mostrado el camino de la felicidad a muchos seres. ¿Qué otro destino espera el poeta para su obra?»

Este libro renovó  la poesía amorosa de su época. Hasta entonces, en la poesía romántica no se mencionaban los cuerpos de los amantes. En Veinte poemas de amor… en cambio la amada deja de ser una presencia fantasmal para hacerse plenamente terrenal.

 

La primera obra maestra

En este tomo de Poesía completa están también aquellos libros en los que el joven Neruda busca su expresión poética, como El hondero entusiasta, escrito “de manera delirante”, en una especie de iluminación o, como el mismo dice, en un estado de “embriaguez de estrellas”. También está Tentativa del hombre infinito, el más vanguardista de los poemarios de Neruda, que conduce a su primera obra maestra Residencia en la tierra 1 y 2, hechas de una poesía oscura, que se hace luminosa al enfrentarse con la oscuridad del mundo material al que se refiere.

Pero a pesar de aquella oscuridad, en las Residencias hay poemas que han llegado a hacerse muy conocidos. Así, por ejemplo, está “El tango del viudo”,  en donde el amor aparece como maldición.

 

El llamado de la historia

Concluye este primer tomo con el poemario Tercera residencia, en el que se incluye el extenso poema “España en el corazón”. En este libro, el poeta busca la luz en la redención  del sufrimiento humano. Aludiendo a sus dos primeras Residencias, Neruda declaró ser el poeta “más ensimismado en la contemplación de la tierra”  agregando que con su poesía quiso romper “el cerco de misterio que rodea al cristal, la madera y a la piedra.” Enseguida proclamaba que, sin embargo,  no podía dejar de oír el llamado del ronco tambor de la historia y el “latido de los dolores humanos”. El poema que mejor marca esta transición en la obra de Neruda, es “Explico algunas cosas”, escrito bajo la impresión de los bombardeos sobre Madrid, que él mismo presenció.

En el momento del ascenso mundial del fascismo, Neruda proclamaba:

«no puedo conservar mi cátedra de silencioso examen de la vida y el mundo, tengo que salir a gritar por los caminos…»

Y su grito abrió la nueva etapa de su poesía que, luego de Tercera residencia, se prolonga en obras maestras como Canto general, con el que se abre el segundo tomo de esta colección.

Darío Oses

 

Poesía y prosa poética

Mis primeros libros, de Confieso que he vivido. Memorias de Pablo Neruda.

Mi primer libro! Yo siempre he sostenido que la tarea del escritor no es misteriosa ni trágica, sino que por lo menos la del poeta, es una tarea personal, de beneficio público. Lo más parecido a la poesía es un pan o un plato de cerámica, o una madera tiernamente labrada (…) Sin embargo, creo que ningún artesano puede tener, como el poeta la tiene, por una sola vez durante su vida, esta embriagadora sensación del primer objeto creado con sus manos (…) Es un momento que ya nunca volverá. Vendrán muchas ediciones más cuidadas y bellas (…) Pero ese minuto en que sale fresco de tinta y tierno papel el primer libro, ese minuto arrobador y embriagador, con sonido de alas que revolotean y de primera flor que se abre en la altura conquistada, ese minuto está presente una sola vez en la vida del poeta.

 

Mariposa de otoño, de Crepusculario

 

La mariposa volotea

y arde – con el sol – a veces -.

 

Mancha volante y llamarada,

ahora se queda parada

sobre una hoja que la mece.

 

Me decían: – No tienes nada.

No estás enfermo. Te parece.

 

Yo tampoco decía nada.

Y pasó el tiempo de las mieses.

 

Hoy una hora de congoja

llena de otoño el horizonte.

Y  hasta de mi alma caen hojas.

 

Me decían: – No tienes nada.

No estás enfermo. Te parece.

 

Era la hora de las espigas.

El sol, ahora,

convalece.

 

Todo se va en la vida, amigos.

Se va o perece.

 

Se va la mano que te induce.

Se va o perece.

 

Se va la rosa que desates.

También la boca que te bese.

 

El agua, la sombra y el vaso.

Se va o perece.

 

Pasó la hora de las espigas.

El sol, ahora, convalece.

 

Su lengua tibia me rodea.

También me dice: – Te parece.

 

La mariposa volotea, revoletea, y desaparece.

 

 

Poema I  (fragmentos)  Veinte poemas de amor y una canción desesperada

 

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,

te pareces al mundo en tu actitud de entrega.

Mi cuerpo labriego salvaje te socava

y hace saltar al hijo del fondo de  la tierra.

(…)

Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.

Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!

Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!

 

 

El tango del viudo (fragmento) Residencia en la tierra I

 

Oh Maligna, ya habrás hallado la carta, ya habrás

llorado de furia,

y habrás insultado el recuerdo de mi madre

llamándola perra podrida y madre de perros,

ya habrás bebido sola, solitaria, el té del atardecer

mirando mis viejos zapatos vacíos para siempre,

y ya no podrás recordar mis enfermedades, mis sueños

nocturnos, mis comidas

sin maldecirme en voz alta como si estuviera allí aún,

quejándome del trópico, de los “coolies coringhis”,

de las venenosas fiebres que me hicieron tanto daño

y de los espantosos ingleses que odio todavía.

 

Maligna, la verdad, qué noche tan grande, qué tierra

tan sola!

He llegado otra vez a los dormitorios solitarios,

a almorzar en los restaurantes comida fría, y otra vez

tiro al suelo los pantalones y las camisas,

no hay perchas en mi habitación, ni retratos de nadie en

las paredes.

Cuánta sombra de la que hay en mi alma daría por

recobrarte,

y qué amenazadores me parecen los nombres de los

meses,

y la palabra invierno qué sonido de tambor lúgubre tiene.

Enterrado junto al cocotero hallarás más tarde

el cuchillo que escondí allí por temor de que me mataras,

y ahora repentinamente quisiera oler su acero de cocina

acostumbrado al peso de tu mano y al brillo de tu pie:

bajo la humedad de la tierra, entre las sordas raíces,

de los lenguajes humanos el pobre solo sabría tu nombre,

y la espesa tierra no comprende tu nombre

hecho de impenetrables substancias divinas.

(…)

 

Explico algunas cosas (fragmento) de España en el corazón, Tercera Residencia.

 

(…)

Generales

traidores:

mirad mi casa muerta,

mirad España rota:

pero de cada casa muerta sale metal ardiendo

en vez de flores,

pero de cada hueco de España

sale España,

pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,

pero de cada crimen nacen balas

que os hallarán un día el sitio

del corazón.

 

Preguntaréis por qué su poesía

no nos habla del sueño, de las hojas,

de los grandes volcanes de su país natal?

 

Venid a ver la sangre por las calles,

venid a ver

la sangre por las calles,

venid a ver las sangre

por las calles!

 

 

 

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