Del misterio del mundo al ronco tambor de la historia
En su discurso para agradecer el Premio Nobel en nombre de todos los laureados en 1971, Pablo Neruda dijo:
«Vuelvo a las calles de mi infancia, al invierno del Sur de América, a los jardines de lilas de la Araucanía, a la primera María que tuve en mis brazos, al barro de las calles que no conocían el pavimento, a los indios enlutados que nos dejó la Conquista, a un país, a un continente oscuro que buscaba la luz…»
Estas palabras resumen el contenido del primer volumen de la Poesía completa de Pablo Neruda. Revive aquí el niño poeta vestido de negro, solitario en ese sur del mundo lluvioso y terrible, donde la vida y los libros le “van dejando entrever misterios abrumadores.”
Este primer tomo de Poesía completa contiene escritos como Los cuadernos del poeta adolescente y el Álbum Terusa, en los que encontramos los primeros intentos del poeta por aproximarse a aquellos “misterios abrumadores”: el amor, la potencia germinal del bosque austral, la agitación perpetua del océano que parece marcar el pulso del universo.
Primeros libros
Se reproducen también en este tomo, poemas publicados en diarios y revistas de Temuco, Santiago y Chillán. Luego viene su primer libro, Crepusculario (1923) que fue consagratorio. El crítico Alone profetizó que su autor con el tiempo, llegaría a descollar “entre los mayores no sólo de esta tierra y de esta época”. Alone destacó con especial énfasis, el poema “Mariposa de otoño”.
En 1924 el joven Neruda publica Veinte poemas de amor y una canción desesperada que se convertiría en uno de los poemarios más leídos en todo el mundo. En 1960, cuando se hizo la edición conmemorativa del primer millón de ejemplares, el poeta escribió:
«Por un milagro que no comprendo, este libro atormentado ha mostrado el camino de la felicidad a muchos seres. ¿Qué otro destino espera el poeta para su obra?»
Este libro renovó la poesía amorosa de su época. Hasta entonces, en la poesía romántica no se mencionaban los cuerpos de los amantes. En Veinte poemas de amor… en cambio la amada deja de ser una presencia fantasmal para hacerse plenamente terrenal.
La primera obra maestra
En este tomo de Poesía completa están también aquellos libros en los que el joven Neruda busca su expresión poética, como El hondero entusiasta, escrito “de manera delirante”, en una especie de iluminación o, como el mismo dice, en un estado de “embriaguez de estrellas”. También está Tentativa del hombre infinito, el más vanguardista de los poemarios de Neruda, que conduce a su primera obra maestra Residencia en la tierra 1 y 2, hechas de una poesía oscura, que se hace luminosa al enfrentarse con la oscuridad del mundo material al que se refiere.
Pero a pesar de aquella oscuridad, en las Residencias hay poemas que han llegado a hacerse muy conocidos. Así, por ejemplo, está “El tango del viudo”, en donde el amor aparece como maldición.
El llamado de la historia
Concluye este primer tomo con el poemario Tercera residencia, en el que se incluye el extenso poema “España en el corazón”. En este libro, el poeta busca la luz en la redención del sufrimiento humano. Aludiendo a sus dos primeras Residencias, Neruda declaró ser el poeta “más ensimismado en la contemplación de la tierra” agregando que con su poesía quiso romper “el cerco de misterio que rodea al cristal, la madera y a la piedra.” Enseguida proclamaba que, sin embargo, no podía dejar de oír el llamado del ronco tambor de la historia y el “latido de los dolores humanos”. El poema que mejor marca esta transición en la obra de Neruda, es “Explico algunas cosas”, escrito bajo la impresión de los bombardeos sobre Madrid, que él mismo presenció.
En el momento del ascenso mundial del fascismo, Neruda proclamaba:
«no puedo conservar mi cátedra de silencioso examen de la vida y el mundo, tengo que salir a gritar por los caminos…»
Y su grito abrió la nueva etapa de su poesía que, luego de Tercera residencia, se prolonga en obras maestras como Canto general, con el que se abre el segundo tomo de esta colección.
Darío Oses
Poesía y prosa poética
Mis primeros libros, de Confieso que he vivido. Memorias de Pablo Neruda.
Mi primer libro! Yo siempre he sostenido que la tarea del escritor no es misteriosa ni trágica, sino que por lo menos la del poeta, es una tarea personal, de beneficio público. Lo más parecido a la poesía es un pan o un plato de cerámica, o una madera tiernamente labrada (…) Sin embargo, creo que ningún artesano puede tener, como el poeta la tiene, por una sola vez durante su vida, esta embriagadora sensación del primer objeto creado con sus manos (…) Es un momento que ya nunca volverá. Vendrán muchas ediciones más cuidadas y bellas (…) Pero ese minuto en que sale fresco de tinta y tierno papel el primer libro, ese minuto arrobador y embriagador, con sonido de alas que revolotean y de primera flor que se abre en la altura conquistada, ese minuto está presente una sola vez en la vida del poeta.
Mariposa de otoño, de Crepusculario
La mariposa volotea
y arde – con el sol – a veces -.
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.
Me decían: – No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.
Hoy una hora de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.
Me decían: – No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.
Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.
Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea.
También me dice: – Te parece.
La mariposa volotea, revoletea, y desaparece.
Poema I (fragmentos) Veinte poemas de amor y una canción desesperada
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo labriego salvaje te socava
y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.
(…)
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!
El tango del viudo (fragmento) Residencia en la tierra I
Oh Maligna, ya habrás hallado la carta, ya habrás
llorado de furia,
y habrás insultado el recuerdo de mi madre
llamándola perra podrida y madre de perros,
ya habrás bebido sola, solitaria, el té del atardecer
mirando mis viejos zapatos vacíos para siempre,
y ya no podrás recordar mis enfermedades, mis sueños
nocturnos, mis comidas
sin maldecirme en voz alta como si estuviera allí aún,
quejándome del trópico, de los “coolies coringhis”,
de las venenosas fiebres que me hicieron tanto daño
y de los espantosos ingleses que odio todavía.
Maligna, la verdad, qué noche tan grande, qué tierra
tan sola!
He llegado otra vez a los dormitorios solitarios,
a almorzar en los restaurantes comida fría, y otra vez
tiro al suelo los pantalones y las camisas,
no hay perchas en mi habitación, ni retratos de nadie en
las paredes.
Cuánta sombra de la que hay en mi alma daría por
recobrarte,
y qué amenazadores me parecen los nombres de los
meses,
y la palabra invierno qué sonido de tambor lúgubre tiene.
Enterrado junto al cocotero hallarás más tarde
el cuchillo que escondí allí por temor de que me mataras,
y ahora repentinamente quisiera oler su acero de cocina
acostumbrado al peso de tu mano y al brillo de tu pie:
bajo la humedad de la tierra, entre las sordas raíces,
de los lenguajes humanos el pobre solo sabría tu nombre,
y la espesa tierra no comprende tu nombre
hecho de impenetrables substancias divinas.
(…)
Explico algunas cosas (fragmento) de España en el corazón, Tercera Residencia.
(…)
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.
Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?
Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver las sangre
por las calles!