Por Carolina Rivas
Irene Vallejo, Ensayo, Ediciones Siruela
Esta obra (Premio Nacional de Ensayo 2020, España) es un viaje por la antigüedad y como el libro, desde sus concepciones más elementales (barro, tablillas, piedras y luego sobre soportes animales y vegetales) estuvo presente en la vida cotidiana de las personas. No solo como documentos históricos guardados celosamente en bibliotecas como la de Alejandría, también trámites del día a día, ventas y compras de propiedades, textos literarios y hasta recetas de cocina podían consultar los ciudadanos libremente, porque las bibliotecas estaban abiertas al público y eran un servicio para la comunidad.
La voz de la autora, a pesar de su enorme erudición sobre el tema, no es pedante. Al contrario, pareciera que su fascinación es tan grande que necesita compartirla con el lector y por eso recorre la historia con agilidad, toca anécdotas muy atractivas y salta de un tema a otro sin perder el hilo ni aburrir, porque este ensayo lo menos que podría ser es tedioso. Tras su lectura, podemos sentir que aprendimos mucho sobre los libros, sobre los protagonistas de su evolución como industria y factor económico de los pueblos. Todo un acierto.