Vivo en una tierra profanada,
de norte a sur,
consumida y vendida
a bolsillos de sombras
que encadenan
la bondad de los elementos
a infernales saldos bancarios.
Mi tierra,
de desierto a glaciar
usurpada
la amaría para siempre,
en silencio,
contemplando
sus estrellas y dunas
alamedas y nubes celestiales.
Vivo en una tierra condenada
que mucho más temprano que tarde
desde las raíces
será libre.
APRUEBO
VALENTINA STARK