JUAN CAMERON
Juan Cameron nació en Valparaíso, en 1947. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Chile y periodista colegiado en Suecia, donde estuvo exiliado tras el golpe de estado de Pinochet. Ha publicado, entre otros, los libros: Las manos enlazadas (1971); Perro de circo (1979); Cámara oscura (1985); Como un ave migratoria en la jaula de Fénix (1992); // í go back/ Si regreso (1993); Visión de los ciclistas y otros textos (1998); Jugar con la palabra (2000); Versos atribuidos al joven Francisco María Arouet y otros textos desclasificados (2000); Canción (2002); El bolero de los ángeles (2006); 50 poemas (2007); Treinta poemas para leer antes del próximo jueves (2007); Obra extranjera, 1989-2005 (2011); Last Night the War Ended (2011); Perro de circo (2011); Invocatios to Pincoya in the Country of Rain (2011); So We lost Paradise / Selected Poems (2013); Ciudadano discontinuado (2013); Bitácora y otras cuestiones (2014); Comme une bicyclette a l’air libre (2014); Fragmentos de un cuaderno con vista al mar (2015); Robert Burns y otros poemas (2015); Algunos poemas (2015); Poemas desde el andén (2016). Ha recibido los premios “Gabriela Mistral”, en 1982; “Revista de Libros”, del diario El Mercurio de Santiago, en 1996; “Consejo Nacional del Libro y la Lectura”, en 1999; Premio Internacional de Poesía Ciudad de Alajuela, en Costa Rica, 2004, y el Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero, del Ecuador, en 2014. Figura en una treintena de antologías de poesía chilena y latinoamericana.
Perro de circo
Ningún perro de circo mueve la cola
si el chambelán ordena despliegue
Los bufones saldrán a la pista
La reina maga volará en el trapecio
como por un castillo de film
sin red protectora para sus prótesis
El charlatán de turno abrirá las compuertas de la risa
cientos de payasos vomitará la calle
a este recipiente sin sangre
a este recipiente de arena
En realidad ya no hay mandrágoras
ni dragones ni unicornios
Ningún perro hará declaraciones a laluna
los perros ya no creen en la luna.
Cachorro
Perdonad el pelaje descastado
este brillo es de tanto restregarme
de la baba la rabia la patada
Perdonad el mordisco por la espalda
es mi ternura agreste solapada
pero ternura al fin (la única mía)
En verdad salí cachorro
en la calle me hice perro.
Fe de ratas
Donde dice amor no debe decir absolutamente nada
basta con las manchas olvidadas por tu lecho
Donde dice libertad léase justicia
léase calor muslo ángel de la guarda
líbrame de las balas locas
Donde dice orden léase hijos de la grandísima
pero léase en la clandestinidad
léase debajo de un crepúsculo
porque el tipógrafo
es un tipo con santos en la Corte.
Poema del extranjero
Jag är en främling i detta land | |
men detta land är ingen främling i mig! | |
Gunnar Ekelöf |
Este país no es mi país
su historia respira en mis batallas
escondido entre el humo y sus cadáveres
Más bien mis amigos suelen morir del corazón
pasar inadvertidos sobre los obituarios
Este país no es mi país
sus mitos no me alcanzan en la pantalla chica
de perfil ante los capataces
Nací años después no soy el responsable
de tal o cual barbarie | de la infame campaña |
ni robé la costumbre en casa del vencido
Mis conquistas son mías | pequeñas invasiones | asuntos sin cuidado |
y pago cuanto puedo pido a crédito
doy fe de mis tarjetas a los acreedores
Este país no es mi país
no me afectan los códigos de la técnica nueva
no entiendo cuanto hablan en los aparcaderos
ni el lenguaje cerril de los supermercados
suelo llorar en los dispensaderos | en los cajeros automáticos |
su dinero me causa una nostalgia parecida al dinero
Este país no es mi país
ni su cruz es mi cruz ni su nervio mi máuser
apenas si contesto cuando alguien me escucha
o promete tenderse
como un cuerpo en la ruta de las cavilaciones.
Este país no es mi país
ni siquiera es la carne debajo del cemento.
- “Yo soy un extranjero en esta tierra / pero esta tierra no es ninguna extraña dentro de mí”
Jureles
Traigo tres jureles para adornar tu mesa
jureles como escamas de amor desperdigado
jureles con sus ojos tan tristes al canasto
con sus ojos de ausente o vendedor de dulces
a diez pesos jureles para adornar tu mesa
Traigo tres jureles para tu cuchillo
para que salga toda tu sonrisa a la cara
& se haga la crema en tus manos de carne
& se prendan las velas & se amen tus piernas
& se quede el aceite muy negro en su guarida
Traigo tres jureles para adornar tu mesa
En tu lengua condúcelos al cielo de los peces.
Casa
Esta ha sido mi casa su memoria
es luz tras los visillos
En el patio transido de rincones
florecen los silencios
Esta es mi biblioteca su elemento
tierra madera mimbre
Nada rima con canto de sirena
todo exilia el invierno
El sol que yo conozco aquí germina
Aquí crecen mis hijos.