Por Ernesto González Barnert
Entrevisté a Ignacio Herrera, joven poeta nacido en Curicó, en 1986. Un poeta que viene trabajando duro, con publicaciones, premios a su obra. Y que escribe con métrica generando un contrapunto natural con la mayoría de las voces post 86. Un poeta de raigambre clásica, consciente de su tradición, pero atento al estrangulis de la modernidad y la búsqueda interior de su ser en el lenguaje más formal a manera de juego y sutileza.
–¿Qué significa para ti escribir poesía?
Durante mi vida la poesía me ha servido tanto de refugio como de arma de defensa, el sentimiento poético venía desde antes de la escritura, cuando chico solía inventar canciones para tratar de mostrar mis sentimientos, el escribir poesía hoy es en mí la búsqueda de una raíz, también un trabajo de lecturas y escrituras que me permiten convivir con la vida.
–¿Cómo es tu relación con la obra nerudiana?
Buena, cada vez que estoy medio cerrado de mente entró en los poemas de Residencia en la tierra y las mejores partes del Canto general, me producen la aparición de imágenes poéticas de alto vuelo.
–¿Un poema o verso que te acompañe como mantra en estos días aciagos?
Estoy muy pegado en la letra de Jokerman de Bob Dylan :
Quitándote otra capa de piel
siempre un paso adelante
del perseguidor interior.
–¿Qué poema tuyo leerías hoy a propósito del difícil momento que atravesamos como país?
Seguramente Rendición del libro Nahuilte.
–¿Cómo la has llevado en estos días aciagos de pandemia y estallido en Curico?
Medio mal, de todas maneras estuve menos mal con la cuarentena de lo que pensaba que iba a estar , igual extrañé mucho a la gente en su diario vivir y las actividades deportivas, cuanto al estallido me tomó con rabia y después pause mi sentir rencoroso, hoy estoy esperanzado en un nuevo Chile.
–¿Qué significa para ti escribir con atención a la métrica, qué opinas del verso libre?
Me encanta la poesía en métrica y el verso libre, pero digamos la verdad en verso libre nadie escribe, todo es medido, las palabras tienen sus pesos ,hay rimas internas que riman con otras al final, el verso libre no existe dentro de la poesía, existe la poesía en métrica y rimada y la poesía métrica sin rima, me encantan las dos.
–¿Cómo ves el panorama poético desde la provincia? ¿Qué voces nos recomiendas leer?
Siempre la provincia está llena de voces y gente que escribe muy bien , pero no me gusta el panfleto del poeta de provincia buenito que idealiza a personas llenas de trancas. Recomiendo leer a Américo Reyes, Egor Mardones, Rodrigo Palominos, Yeny Díaz Wenten .
–¿Qué le dirías a un poeta o escritor que recién comienza?
Que se atreva y piense bien en este camino, que no se desesperé en publicar, que no se crea especial por escribir poesía, que opte por callar y sepa bien cuando hay que arriesgar todo, que la pase bien, ser poeta no es ser un viejo culiado con boina y aburrido en una esquina todo meado. Un poeta cada día debe ser más joven.
–¿Cuál es tu opinión de los talleres literarios como instancia formativa?
Sirven mucho, bueno a mí me sirvió mucho, los recomiendo para intercambiar lecturas y bajar el ego del escritor que piensa que todo su material es bueno, un buen tallerista enseña a borrar, entre más duro sea el taller mejor.
–¿Si nos pudieras decir algunos de esos libros te marcaron, te hicieron el escritor que eres?
Réquiem de Humberto Díaz Casanueva, Tala y desolación de Gabriela Mistral , Poemas humano de César Vallejo, La tierra baldia y los cuartetos de Elliot, El Rayo que no cesa de Miguel Hernández, Amapola y memoria de Paul Celan.
