En silencio, tranquilamente, nos dejo mientras dormía, nuestro querido y admirable amigo.
Pertenece a una de las generaciones más brillantes de nuestra Escuela de Arquitectura ,que ingresan a estudiar a mediados de los años cuarenta.
Seria esta “generación de los sueños”, la responsable de nuestra formación años después, que nos supieron traspasar valores humanistas y arquitectónicos fuertemente comprometidos con el hombre y la naturaleza.
Se nos han ido poco a poco, pero el resplandor de ellos a traspasado el tiempo, por lo que podemos afirmar que los valores éticos y el humanismo son inmortales. Por suerte aun quedan algunos colegas de esa generación activos como grandes “arquitectos obstinados”.
Conocí a “Calico”, primero como profesor de Expresión grafica y Taller arquitectónico, llegue a ser su ayudante, después de titularme fui profesor auxiliar y después titular, esta extraordinaria etapa de nuestra vida fue interrumpida por el golpe de Estado. Trabajamos juntos durante el gobierno de Salvador Allende, en obras emblemáticas como el Parque O” Higgins y en tres proyectos en Isla negra: Parque, Plaza y centro cultural Cantalao, que desarrollábamos codo a codo con Neruda ya enfermo. Obras paralizadas y destruidas por la barbarie en septiembre de 1973.
Para ese entonces, Calico ya era amigo y cercano al Poeta. Realiza el Escritorio de la Chascona en la parte alta del terreno. Remodela la zona comedor de la casa de Isla Negra. Cuando su querida y recordada hermana, la Muralista de las piedras de Chile María Martner, compra junto a su marido el Dr. Velasco los dos primeros pisos de la Sebastiana, y el Poeta y Matilde el tercero, cuarto y quinto piso, diseña la hermosa chimenea de la casa de Neruda. Años después, con la Fundación ya formada, Calico participará activamente en la transformación de esta casa en Casa-Museo.
La obra de Carlos Martner, respetada incluso por otros arquitectos, tiene evidentemente un tono poético-americanista, por lo que podríamos decir que es un Canto General Arquitectónico, razón por lo cual los lazos con el poeta eran fuertes y profundos. Sus obras, muchas y variadas, en Chile y en México, abarcan embalses, viviendas, parques. Todas muestran una gran relación con el lugar y la naturaleza.
De una grafica única apoyado por un lápiz, la acuarela o la tinta china, expreso de manera original todos sus proyectos. Fue y será además un reconocido Acuarelista. Cultivó la Docencia en Chile y en México, fue uno de los formadores de la Escuela de Paisajismo de la Universidad de Chile y fue uno de sus más destacados exponentes.
En los años 1972 y 1973 a solicitud de Neruda fue “tutor” de uno de nuestros más preciados alumnos de arquitectura: Ramiro Insunza Figueroa, para que este desarrollara y construyera la casa del poeta en lo Curro: La Manquel, obra que quedo inconclusa.
Su partida, no cabe duda, es una perdida tremenda para todos, en especial para su familia. Será también entre sus múltiples alumnos de arquitectura y paisajismo, donde su muerte tendrá hondas repercusiones ya que a demás de sus conocimientos y talentos era admirado por su profundidad, sencillez y respeto por cada uno de ellos.
Estoy seguro que Calico estará siempre presente en la Arquitectura, que con profundo respeto por el medio ambiente, y por el hombre desarrollen las generaciones del futuro.
Julio 22, 2020
RAÚL BULNES C.
Presidente Fundación Pablo Neruda