Por Ernesto González Barnert
Hotel Sitges, poemario publicado por Buenos Aires poetry, en octubre del 2018, recoge poco más de una veintena de textos del poeta y crítico Rodrigo Arriagada Zubieta (1982), quien nos lega en este trabajo, a partir de su estancia como estudiante de postgrado en Barcelona, una observancia obsesiva y fascinante de sí mismo y el medio en que se desenvuelve, literaria, existencial, en medio de flashes y penumbras de temple gótico, vistas y recogidas del mar, más allá de la uniformidad turistica del voyeur, en la localidad de Sitges. La obra del viñamarino rápidamente encuentra un correlato mental y espiritual exigente de las materias y sus formas. Aventura como pocos en Chile, con resultados brillantes en el poema de mediana extensión, de corte narrativo, sin perder el tono, irse por las ramas o dejar de volver al meollo de cada asunto que trata y sopesarlo con sagacidad y profundidad. Como decía la irlandesa Edna O´Brien: “Los escritores viven realmente en la mente y en los hoteles del alma.” Arriagada Zubieta, nos abre la puerta del suyo. Y no saldremos indemnes del viaje interior que nos propone por su alfombra roja raída, las cortinas decoloridas por la luz y la sal, el fulgor de la herrumbre del viaje literario que nos embrolla y sacude. Sí, un volumen existencial y lírico, que nos conmueve en sus hallazgos y bellezas reflexivas, en su propuesta personal y ominosa que recoge lo mejor de la tradición, del canon, trenzandolo con la delicadeza y vigor incontrarrestable de su escritura y vivencia. Rodrigo, sabe mantener a salvo del enquilosamiento de los estudios, el pequeño y orgulloso corazón de la poesía. Así, atraviesa a campo traviesa, su infierno personal y literario, estas inmersiones de alto calibre y atiborradas de contrapuntos afectivos tanto de su estadía como extranjería, bajo una observancia personal, espiritual y política decorada por las soledades e infiernos de Sitges, como de la memoria y extrañamiento con lo chileno.
Sin duda, su segundo libro, un diario apasionado y crepuscular, en su dimensión poética, conforma una campaña vigorosa y depurada entre libros chilenos, atento a la belleza, con poemas que quedan en la lengua y nuestra memoria.