“Lo que digo me sale del corazón y lo diré con una lengua derecha, porque el Gran Espíritu me mira y me oye. Estos gringos no dicen la verdad. Nos quitan el oro o se lo llevan en el juego. Los podemos echar y lo haremos con piedras, con arcos, con flechas. Dicen buenas palabras, pero éstas no sirven. Con palabras no se pagan los insultos ni los muertos. No sacan a mi padre de su tumba. Las palabras no pagan nuestra tierra, no pagan los caballos ni el ganado que nos quitan. Las buenas palabras no me devolverán mis hijos ni darán buena salud a mi gente. Todos los hombres fueron hechos por el mismo Gran Espíritu, y si los gringos blancos quieren vivir en paz con los indios, pueden vivir en paz. Todos los hombres son hermanos y la tierra es la madre de todos. Pero la condición de mi gente me rompe el corazón y tenemos que pelear para protegernos”.