Octubre 6, 2024

Metiendo ruido: poesía de Germán Alcalde

Por Tamym

 

Presentamos la poesía de Germán Alcalde de la Rosa (Santiago, 1993) poeta chileno que publicara “Huida”, su primer libro, el año 2017, bajo el cello Cerrojo Ediciones. En esta obra, Germán explora el dolor personal bajo una estética depurada entre ritmo y música, donde la forma clásica del texto le permite desplegar su propio universo irreverente y asombroso: “El silencio se crece en el dolor y rompe las palabras del poema”. Radicado en Nueva York, ha tenido una importante presencia en las movilizaciones de protesta organizadas por el Colectivo 18/10, donde ha aportado con su poesía y motivación. Esta contingencia social y política de Chile ha tenido fuerte impacto en su propia escritura, la cual ha tomado tintes mucho más sociales, con una exploración hacia nuevas formas y ritmos, siempre bajo un agudo oído musical, heredado del hip hop, del cual Germán es también cantante. Acá presentamos parte de esos nuevos poemas, pertenecientes al libro “Ruio”, aún inédito, junto a poemas de su libro “Huida”. Les invitamos a leer y compartir la nueva poesía chilena del escritor Germán Alcalde de la Rosa.

 

*

(De Huida)

 

Algo no calza

 

En un momento efímero surgimos,

del útero hasta el cuerpo progresamos,

del cuerpo hacia el cadáver nos rendimos;

luego en ceniza nos evaporamos.

 

Y el árbol en un desierto se empina,

y la ciudad se forma de la nada,

el uno se hace leña, la otra ruina,

y el tiempo todo a polvo lo degrada.

 

Todo aparece y crece al parecer,

se mueve con palpable perfección

para en pocos segundos, perecer,

 

siguiendo su mortuoria rotación;

pero algo hay que no calza

fugándose de su repetición.

 

*

Y nos dejaste solo con palabras

 

Si escaparon del bosque los espíritus

y las almas negaron su existencia

¿Qué sentido conserva nuestra piel

más allá de ser corteza pudriéndose?

 

Las estrellas y el sol son sólo chispas

crepitando sin vida, las certezas

les rasgaron sus máscaras sagradas

y en los años las dudas se enterraron.

 

¿Existieron los hijos de los cielos?

¿Nuestros padres sintieron los amenes

y los ayes saliendo de la tierra

o son mitos contados a los niños?

 

¿En tus hombros cargaste nuestro peso

y entendiste en tu carne los pecados?

Sólo conoce Dios sus propios ojos

y en silencio nos niega ese consuelo.

 

Entonces, dime tiempo ¿Cómo puedo

encontrar un descanso entre la brisa

si te llevaste todos los sentidos

y nos dejaste solo con palabras?

 

*

La silenciosa muerte

 

La muerte se pasea en el silencio,

se esconde tras los pasos de los hombres

y espera ¿no la sientes en tu espalda

clamando su victoria en cantos mudos?

¿no sientes la amenaza de su sombra?

¿no sientes la llamada de la muerte?

 

En todas partes chilla nuestra muerte,

en cada instante gruñe su silencio,

nos recuerda seremos una sombra,

un nombre abandonado por los hombres,

un preso en el dominio de los mudos

cargando los olvidos en la espalda.

 

Sentimos un temblor en nuestra espalda

bajando cuando vemos a la muerte

tatuada entre la piel de los que mudos

quedaron; consagrados al silencio

eterno, rostros que antes fueron hombres

y ahora solo son restos de sombra.

 

Y creo distinguir entre la sombra

del sueño, los contornos de su espalda

de pálida negrura, no es de hombres

su forma ¡no es humana aquella muerte!

mirando recostada en el silencio

con su sonrisa: altar de dientes mudos.

 

(Quisiera que dejaran de ser mudos

aquellos condenados a la sombra

y me dijeran qué esconde el silencio

—un látigo golpeándome la espalda—,

y me dijeran qué tiene la muerte

guardado en el futuro de los hombres).

 

Me cansa saborear entre los hombres

los agrios y pequeños gritos mudos

esperando y presagiando la muerte;

en el aire, en la mirada, en la sombra,

en la cara, en las manos, en la espalda,

en la boca; en el ruido y el silencio.

 

Guardemos un silencio por los hombres

que de espalda cayeron a los mudos

misterios de la sombra de la muerte.

 

*

Cuadro o espejo

 

Las memorias se nutren del cuerpo

y lo gastan, raspando tu piel

y tus ojos, llorando tú mismo

no distingues si el niño en la foto

eres tú y tu rostro cansado

lo deforma, o quizás ese niño

es un muerto recuerdo y ahora

sólo existes tú solo. Tal vez

ni es un cuadro tu tosco reflejo,

ni es espejo la imagen guardada,

sino ambos lo son abrazados

en un tiempo que tú no recuerdas

y un espacio que siempre es presente.

 

*

De Ruio (inéditos)

 

Que o la tumba serás de los libres

o el asilo contra la opresión

Himno nacional de Chile

 

¿Quién puede culpar a la rabia

del cráneo en el piso esparcido?

La sangre relincha en las calles

y el golpe en la carne responde

¡No digan que son sólo ideas!

 

Los cuerpos ausentes aún sufren,

aún gritan en su purgatorio

de blancas montañas, de campos

de espinas bordadas, de mares

que bañan de negro la tierra.

 

Y en ciclos regresa el ardor

del mismo cadáver sangrante

que sigue muriendo y muriendo

¿Existe futuro o pasado

o siempre la piedra es la misma?

 

Lo siento, pero la esperanza

marchó: sólo queda la sangre

vertida en las calles ¿Acaso

la tumba será quien nos libre

del asilo de su opresión?

 

*

Es un rey,

pero el diablo también lo es

y se visten las mismas prendas

amparados en su decencia.

Tata Barahona

 

O te mueres o trabajas no me importa

Tú decides       yo solo te impongo el peso

De mi cuerpo sobre el tuyo

No te queda

Más opción que obedecer a mis colmillos

Que aguantarte mis delitos caprichosos

Pa doblar este sistema que yo mismo

Inventé

En mis manos terciopelo esta el destino

De la patria mi derecho por herencia

Según la constitución

Mira el porte de mi nombre joyería

La pureza de mi frente

Lo imposible de mis medios de contagio

Lo perfecto del sistema

Para que me sirvas siempre de plebeyo

Roto e mierda

Que si el hambre no funciona

Tengo perros militares

y fortunas en los bancos extranjeros

 

*

Estamos en guerra

Sebastián Piñera

De tanque la armada         de paloh la paz

De verde se viste el sicario

De balah los ojos         de yagas la cara

De arcadas y lágrimas humo

De lumas el orden y patria     de sangre

Tu manos       de agua estancada tu voz

De negro la ropa             de negro

Políticah de violación

De vida gritamo           de muerte nos callas

De nada te sirve         demanda

Del pueblo es el fin de tu guerra         de nuevo

Saldremos de ser necesario

 

*

el paradigma del progreso es un enigma

y Dios es un reloj que nos estresa haciendo tic-tac

Nach

 

Sigue tus pasos digo y repito sigue pa’elante no te parí

Qué importa el sueño? qué importa el hambre? qué importa el cielo? tengo traajo

Pesan los hombro pesa la carne pesa la mente peso yo mismo

Cállate metro conchetumadre! cállate falta cállate voh

No alcanza el tiempo ni pa un cigarro ni pa limpiarse la costra seca

Voy atrasao por la remierda el pecho aprieta es el smog

Es el vacío de la existencia o e que la cuentah llegan mañana?

El reloj pálio se me retuerce lloro deseoh empaquetaos

Siento mi cuerpo más apretao sudo cadena desde que azota

De madrugada el despertador hasta que el techo mira mi insomnio

Dame un calmante que falta mucho para que caiga y tengo que hacer

El ritmo grita con doble tempo entre mi lengua se enrea el aire

Estoy cansao hasta la sangre la calle gira de forma estática

Toa memoria se desvanece en un presente que se me escapa

Mierda! no entiendo qué chucha pasa? No te preocupes es complicao

deja de darle más y má vueltas pierdes el tiempo con tu delirioh

Sigue tus pasos tay ocupao anda más rápido no te parí

 

* * *

Germán Alcalde De la Rosa (Santiago, 1993)

Estudió Letras en la PUC para luego hacer M.A. en la University of Colorado, Boulder. Su primer libro, Huida, fue publicado el año 2017 por Cerrojo Ediciones. Actualmente, está cursando el M.F.A. en escritura creativa en la New York University.

 

Fotografía: Jorge Torres Martínez

 

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