Noviembre 24, 2024

“[Un poeta] puede estar a favor de Neruda, en contra de Neruda, pero jamás sin Neruda” Entrevista a Marcelo Velmar

Por Ernesto González Barnert

Es uno de los motorcitos vitales de la poesía chilena actual que circula entre Ñuble y Santiago y viceversa, en la propia capital con sus margenes y periferias de diversa especie o condición, o desde Temuco a Chile y Chile a Temuco… Un generoso impulsor de la práctica literaria, del dialogo lírico, a través de lecturas, eventos… Y también un poeta que sin hacer alarde de sí, configura una poética cercana, coloquial, profunda, cuestionadora del Chile de hoy, como de sus propias andanzas y acechos. Su última obra “Estelado” llenó el Espacio Estravagario, emocionó a los asistentes, me recordó la importancia de los poetas que abren el juego más allá de los que juegan, sin dejarlo de hacer con oficio, artesanía, amabilidad. Un poeta brillante, que nos abraza, con inspiración y sencillez, en tiempos difíciles. Esta conversación la llevamos unas semanas antes del período de aislamiento por la pandemia. Hoy compartimos con ustedes lo que respondió este poeta, trabajador social, Marcelo Velmar (Chillán, 1970) para la nueva revista de cultura de la Fundación Pablo Neruda.

 

¿Cómo ha sido a lo largo del tiempo tu relación con el corpus poético de Pablo Neruda?

Mira, he comprendido a lo largo del tiempo que uno como lector o escritor de poesía, o como un ciudadano desprevenido, puede estar a favor de Neruda, en contra de Neruda, pero jamás sin Neruda. Es un referente universal y contemporáneo, un Chileno del mundo que no puede faltar en ninguna mesa literaria. EL primer libro de poesía que leí completo a los 10 años era de Neruda, era el único libro de poesía que había en mi casa, luego de leerlo muchas veces, dentro del grupo literario de mi escuela básica, logré conseguir otros más… Aluciné desde adolescente con la capacidad escritural del “vate”, que para mi se desdobla generando mil voces en una sola. Desde “Estravagario” que me voló la cabeza en el Liceo de Hombres de Chillán, hasta las Residencias en la Tierra y su Canto General, ya como lector más adulto; jamás dejé de impresionarme y de aprender también, a alejarme de ese fuego consumidor que es el Poeta Neruda. Creo sí, que escribió demasiado, su talento y capacidad creadora le pasaron esa jugada, a mi parecer; hay libros innecesarios para mi gusto, pero que sin duda también son Neruda.

 

¿A propósito del estallido social chileno, cómo lo ves desde tu perspectiva?

Era inevitable una crisis de esta naturaleza, esta desafección de la ciudadanía con sus autoridades venía gestándose hace muchos años, una crónica anunciada para la caída de este actual gobierno sin alma, desalmado. Sin embargo es un proceso que le tocó al gobierno de turno, precisamente porque lograron precipitar y colmar con sus gotas de indolencia todos los vasos vacíos, y medios llenos de la concertación y de una nueva mayoría perdida en su propia miseria política. La historia no es lineal son ciclos, y esta masiva irrupción de la ciudadanía chilena a las calles, es transversal porque la injusticia, la inequidad, la falta de empatía de los poderosos, también es transversal a la sociedad; esto no es por distinción de “clase”, es porque la condición humana tiene su umbral de dolor y como sociedad chilena, lo superamos hace rato, el músculo del “aguante” ciudadano se desgarró, así estamos de heridos. Nos queda estar unidos también trasversalmente como sociedad, buscar todos los medios para relevar lo central; que ha habido muertes, violencia de Estado, lesa humanidad, sin respuestas acertadas de, para las demandas de la calle.

¿Qué significa para ti en lo personal la poesía?

Para mí la poesía es un acto de meditación, el acto de meditación más ecuménico y rebelde que puede experimentar una persona, desde la palabra como acción creadora. Por lo mismo, me ha complicado siempre reconocerme como “poeta”, como un ser alejado de los ritmos del mundo y encerrado en una “esfera” inalcanzable, no me acomoda esa idea; para mí no es ni una disciplina, ni una categoría del conocimiento, ni menos un talento de iluminados, lo siento y lo vivo como una experiencia vital, como una conexión ininteligible entre nuestro espíritu, nuestra capacidad de asombro y la palabra como vehículo, para comunicar la realidad perceptible y sobre todo, la inmanente. Por lo mismo y desde el momento que se decide comunicar a otros, debe asumirse una tremenda responsabilidad, eso implica un gran trabajo, autodisciplina y sobre todo compromiso. Me inclino por y disfruto más, el silencio intencionado de la meditación poética, como experiencia personal, que el ruidillo y la zalagarda por el reconocimiento y el aplauso. Admiro, respeto y siento amor por muchos y muchas poetas de Chile y el mundo y no es contradictorio para mi, esforzarme en que la poesía como obra humana, se extienda, se difunda y se multiplique para todos.   Desde niño soñé con que muchas personas pudieran disfrutar como yo, todo eso que me generaba la lectura de poesía,

¿Cómo dialoga la poesía con tu trabajo cotidiano?

No dialogan, es una conversación de sordos. Soy funcionario de un Ministerio hace muchos años y en cada esfera me siento un “sospechoso”, en el plano laboral la poesía o todo acto que trasunte lo establecido es motivo de sospecha, el problema es que cuando deambulo en la esfera del mundo poético también me siento observado desde la ”sospecha”, pero ya aprendí a vivir con ello, sólo trato de ser “un hombre honesto cada día”, al decir del gran Marcial, el poeta romano. Como me decía un gran amigo poeta que no mencionaré, soy el “poeta funcionario”, como muchos…

¿Qué poema, frase o verso llevas como un mantra?

“QUIERO DORMIR EL SUEÑO DE LAS MANZANAS

ALEJARME DEL TUMULTO DE LOS CEMENTERIOS

…QUIERO DORMIR UN RATO, UN MINUTO, UN SIGLO

PERO QUE TODOS SEPAN QUE NO HE MUERTO “

 

verás…la primera poesía completa que leí, fue la de Federico García Lorca, en un tórrido verano chillanejo, me leí toda su poesía…es para mi un poeta entrañable…primer maestro que me marcó a fuego.

 

¿Qué poema tuyo te gustaría leer en una sala de clases?

Solo por experiencia personal, de cómo surgió este poema de mi segundo libro Mortales Razones, leería “Mañana es el fin del mundo”, un poema que me soñé, y que al despertar escribí afiebradamente en la cama, para que no se me olvidara…es Jesús caminando por la plaza de armas de Chillán…Tuve la oportunidad de leerlo en frente de la Catedral Chillaneja en una de las versiones de “Chillán Poesía”, junto a Elicura Chihuailaf y Raúl Zurita, frente a muchos estudiantes de la ciudad; con mucha humildad ha sido una de las experiencias “poeticas” más hermosas que he vivido. A los estudiantes les encantó el poema, se me acercaron muchos a pedírmelo, por eso creo sería el más adecuado.

¿Cuál crees tú es el aporte de la literatura o de la poesía en la educación en estos días?

Primero que todo creo que es una necesidad básica del ser humano, el aporte de la literatura en general, de la lectura de libros en particular es lo que permite desarrollar el pensamiento, ampliar el horizonte del mundo que conocemos; no es solo por el goce estético o diletante que las personas debieran asumir la importancia de la literatura en la vida de cada individuo. El aparato oficial de la educación formal, se ha quedado mucho en la realidad que vivimos como era de la información, pero ese es el punto creo yo, no se trata solo de información a la mano como es el caso de internet y de todas las redes de acceso a información rápida, veloz pero sintética, son píldoras de información al instante que no permiten desarrollar el pensamiento crítico, cosa que sí logra la paciente lectura de un libro, de una novela, de un libro de poesía, que elevan la vibración de nuestra consciencia, de nuestro ser humano. La literatura, la poesía, la lectura de libros “no digitales de preferencia”, son y serán nuestra válvula para oxigenarnos de más humanidad, la era de la información y de la internet aunque sigan dominando la vida de las personas, jamás reemplazarán la imaginación y la capacidad creadora de la mente humana, que seguirá transmitiéndose a través de diversas manifestaciones artísticas, y sin duda la Literatura y la actividad escritural es más que fundamental; sin lenguaje no hay pensamiento, es así de simple.

¿Un libro, álbum de música u obra de teatro o pictórica que te haya marcado este 2019-20?

Aun me tiene sorprendido gratamente el libro de poesía “Historia universal del etcétera” del poeta Peruano Nilton Santiago, su lectura me ha revitalizado, me generó una sensación de energía creadora maravillosa. Agradecí esta lectura porque muestra una capacidad incombustible de generar nuevos mundos poéticos, desde una estética que me conmovió por su capacidad de hacer conversar lo cotidiano con lo sublime y lo docto, un ejercicio difícil pero que en este libro, fluye como pez en el agua. “Capuchita Negra”, de nuestra querida poeta Alejandra del Rio, un libro tremendamente actual, una predicción, un libro visionario respecto de nuestra actual situación país, deben buscarlo leerlo y disfrutarlo, un despliegue de talento creador y conexión con nuestra realidad.

¿Cuáles son tus diez libros favoritos?

Esta pregunta es muy cruel y compleja, jajaja…resumir lecturas de la vida a casi medio siglo de existencia en este plano, es más que difícil, pero allá vamos…

De los libros de iniciación de Herman Hesse que todos conocen, aún me ronda Narciso y Goldmundo

La Biblia. Fui seminarista porque quise ser cura y me la leí casi entera, solo me faltan un par de libros del antiguo testamento, este libro de libros para mi, que ya no me declaro Cristiano, es un milagro en si mismo.

El Extranjero, de Albert Camus,

Hermanos Kamarasov de Dostoievsky

Dhamapada, mi libro de cabecera

Altazor, de Huidobro

Diván del Tamarit, de Federico García Lorca

Desolación, de la Mistral

Muertes y Maravillas, de Teillier

Estravagario, de Neruda.

¿Cuál es el peor error que puede cometer un poeta?

Creer que la poesía se vende con poeta y todo… a cualquier mercado y a cualquier precio.

¿Qué medida concreta -políticamente hablando- crees ayudaría mucho a destrabar la crisis que vive el país, ayudaría realmente a la gente?

Primero que todo, y haciéndose cargo de la única única única única “conquista” de los ciudadanos en la calle, en las marchas, perdiendo ojos, vidas, respetos civiles y soportando violencia de estado, es ir el 26 de abril a votar APRUEBO, por una nueva Constitución, ese creo será un acto político de la mayor relevancia para la historia de nuestro país.   Yo estudié en algún momento Historia Constitucional de Chile, y por eso asumo y tengo la convicción, de que esta conquista ciudadana, podrá aportar a cambiar el orden de cosas en política pública, y en el estado de relación entre la sociedad civil, el estado y el mercado en Chile.

¿Cómo es tu experiencia de la movida cultural de Chillán o de Temuco o incluso Santiago donde te desenvuelves, tanto como poeta como gestor cultural?

Chillán es mi ciudad natal, tengo muy buenos amigos poetas allá, tuve la fortuna de ser alumno del gran poeta Sergio Hernández, un tremendo ser humano, que jamás quiso abandonar Chillán, influyó grandemente en mi vida como amante de las letras y de la poesía. Con Los poetas Elgar Utreras, Hugo Quintana, Jorge Rozas, trajimos a Santiago la voz de Don Ramón Riquelme, otro gran poeta del lar, que merece ser relevado y conocido, con ellos siempre en contacto aportando a las iniciativas que surgen en Chillán, siempre muy activo.

Temuco fue una escuela de formación creativa, en el escenario poético como alumno de la UFRO, conocí al poeta Jaime Huenún, con quien junto a otros “flipados” de la época generábamos algo o mucho de movimiento en la universidad y en la ciudad, de ahí notables poetas también influyeron grandemente en mi trabajo poético, en mi deleite por los silencios, mucha conversación con Elvira Hernández, Elicura Chihuailaf, con Hugo Alister, con Juan Pablo Ampuero, el generoso Guido Eytel (quien presentó mi primer libro de poesía “Pena de Alumbramiento” en Temuco).

Luego de eso, mi parada en Santiago, donde permanecí alejado por años de años del mundo de “los poetas y de la poesía como acto más público”, fue un auto ostracismo casi, me sentía más cómo alejado del “mundanal ruido”, sin dejar de escribir y leer. Hasta que conocí a mi amiga Margarita Bustos, poeta y gestora cultura, a quien conocí precisamente en una versión de Chillán Poesía, desde ahí hemos estado vinculados en la amistad literaria y personal, tratando de generar espacios para la difusión y el encuentro en la palabra.

¿Qué preparas literariamente para este 2020 como poeta?

Este año publicaré un libro de poesía que he venido escribiendo hace un buen tiempo, desmarcándome un poco de los libros anteriores, con una línea algo más metafísica, lo que ha resultado bastante natural, debido a mi amor por la filosofía y las grandes tradiciones religiosas del mundo (tema que me apasiona), que nos dan algo de luces para comprender qué carajo hacemos por acá.

Espero continuar con los ciclos de poesía que hemos desarrollado en Santiago hace algún tiempo, proporcionando estos espacios necesarios de encuentro, de difusión, de diálogo entre poetas y amantes de la poesía. Bueno y además, muy silenciosamente, realizo siempre talleres de escritura creativa, de manera absolutamente voluntaria, por el entusiasmo de que muchas personas puedan experimentar la creación a partir de la palabra escrita. Este año procuro que sea en algunos barrios de la urbe, en eso andamos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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