por Nicolás López-Pérez*
Praga, 9 de julio de 1834. Nace a Jan Nepomuk Neruda. Es registrado en los libros al efecto del Imperio Austriaco. Estudió filosofía y derecho. Hizo una carrera en el diario nacional de Praga que se publicó entre 1861 y 1941. Murió el 22 de agosto de 1891. Publicó doce libros. Seis de poesía y seis de cuentos. También escribió comedias que se representaron en su época. De su producción literaria se destacan los libros de poesía Cantos cósmicos (Písně kosmické, 1878) y Motivos sencillos (Prosté motivy, 1883) y la prosa Cuentos de la Malá Strana (Povídky malostranské, 1878). Este último trabajo es el más conocido y cuenta con traducciones a más de quince idiomas.
Jan Neruda llega al mundo hispanoparlante en 1922 con la primera traducción de Cuentos de la Malá Strana, con buena probabilidad su único trabajo íntegramente en castellano a la fecha. Directamente del checo, la versión de W. F. Reisner se publicó por editorial Calpe en la ciudad de Madrid. Y llega en circunstancias que Pablo Neruda ya firmaba como tal desde octubre de 1920, como ha pesquisado Hernán Loyola.
Se ha descartado que exista una relación de causa-efecto entre el nombre de nuestro poeta. No obstante, de la sincronicidad del sustantivo propio Neruda. Este patronímico checo encuentra otro lugar en la literatura en Estudio en Escarlata (1887) de Arthur Conan Doyle, con la violinista Norman-Neruda.
Dentro de la sincronicidad entre Jan y Pablo se puede hablar de poesía. En efecto, de su producción poética se destaca el canto y la oda. La obra de Jan Neruda encuentra en los Cantos cósmicos, a la poesía como una cosa humana y a la extensión del intelecto del poeta que va pensando a la naturaleza y no en la naturaleza en el papel sobre el tratamiento de las cosas en el lenguaje. La obra de Neruda se ubica en el realismo y evidencia una ruptura con el romanticismo, cuyo interlocutor local más destacado estuvo en Karel Hynek Mácha con su poema épico Mayo (1836). Al otro lado, la mayoría de los textos contenidos en la Tercera residencia (1947) y el deslumbrante Canto general (1950) y, con un afán de poema absoluto, las publicaciones que Pablo Neruda hizo hasta 1961.
La escritura de Jan Neruda intenta despegar la comprensión estética de las cosas como una relación del alma con el mundo. En Motivos sencillos, que aumenta el universo de Cantos cósmicos, y Cuentos de la Malá Strana se observa la entrada a la fascinación con el mundo, como un cuerpo va abriéndose camino en la percepción de las cosas del universo. La poesía de Jan Neruda baja un cambio en la nebulosa de la literatura checa ya caracterizada por otros escritores de su época como Vítězslav Hálek, Adolf Heyduk, Josef Václav Sládek, la extraordinaria Božena Němcová y el ya mencionado Mácha y, además, crea a un sujeto poético espacial con rasgos de lo lárico.
La obra de Jan Neruda es parte de lo que podría llamarse la identidad checa. Mucha de la literatura escrita en ese idioma constituye un ejercicio de memoria y fijación de los modos de ser de un pueblo que ha visto menguado su florecimiento a la luz de las intervenciones alemana y rusa que a la fecha de 1989 disminuyeron para ir casi en retirada. La escritura es una cajita donde interactúan la emoción y el pensamiento de ser o dejar de ser algo.
A continuación, desde la lengua de Jan a la de Pablo, dos versiones inéditas de Cantos cósmicos.
XXI
(Y el hombre habla:)
Como leones golpeamos los barrotes
Como leones enjaulados
estamos amarrados a la Tierra
y nos gustaría llegar a los cielos.
Parece que de las estrellas se oye una voz
“Vamos señores, acérquense más
un poco más cerca, ¡orgullosos
cuyos pies de tierra han visto!”
¡Vamos a ir! Perdóname, madrecita.
Ya eres pequeña como nosotros, Tierra.
Atemos nuestros pensamientos a un rayo
y nuestros pies galoparán con vapor.
¡Vamos a ir! Nuestro espíritu crece
y las venas se nos agitan de deseo,
de deseo ferviente por el mundo
¡casi rompiéndose el corazón!
Nos acercamos, nos acercamos
habitamos todo el mundo
golpeamos los barrotes con fuerza de león
¡y vamos a romper la jaula!
XXI
(A mluví člověk:)
Jak lvové bijem o mříže,
jak lvové v kleci jatí,
my bychom vzhůru k nebesům,
a jsme zde Zemí spjatí.
Nám zdá se, z hvězd že vane hlas:
“Nuž pojďte, páni, blíže,
jen trochu blíže, hrdobci,
jimž hrouda nohy víže!”
My přijdem! Odpusť, matičko,
již jsi nám, Země, malá,
my blesk k myšlénkám spřaháme
a noha parou cválá.
My přijdem! Duch náš roste v výš
a tepny touhou bijí,
zimniční touhou po světech
div srdce nerozbijí!
My přijdem blíž, my přijdem blíž,
my světů dožijeme,
my bijem o mříž, ducha lvi,
a my ji rozbijeme!
XXII
Los sapos se sentaron en un charco
levantaron la vista hacia el cielo
un sapo anciano les enseñó
un cráneo duro.
Les enseñó el cielo
les representó los crujidos de la luz
habló de los observadores de estrellas
así como de los “lunares del mundo”.
Dijo que su exploración estelar
fue extrañamente guiada
por veinte millones de millas
esto es, solo el codo de uno.
Bien, digamos por ejemplo
— si creemos en los lunares—
Neptuno está a treinta codos
y Venus a tres cuartos.
Entonces se refirió al Sol
— las ranas estaban maravilladas—
el sol, según Strouhal, está
a trescientas mil millas de la Tierra.
El sol que nos sirve
gira a nuestro alrededor
corta la eternidad en un año
y en una jornada de trabajo.
Es difícil decir qué son los cometas
no lo que deciden ser
con todo, no es razón
para juzgarlos tan fácilmente.
No son tal vez un todo feliz
No son tal vez un todo maligno
pero se habla de uno en particular.
Se habla del caballero Lubieniecki:
en cuanto sus rayos
llegaron desde algún lugar
los zapateros en una cantina
empezaron una pelea vergonzosa.
Entonces él dijo las estrellas
de todo el cielo
son soles de varios colores
verdes, azules, rojos.
Si usamos el espectroscopio
su luz dirá que en las estrellas
también encontraremos metales
de los que la Tierra se compone.
El sapo viejo se detuvo. Sorpresa
entre los sapos que susurraban.
Un sapo pregunta qué más
se tiene que saber del mundo.
“Nos gustaría saber una cosa más”
levanta la cabeza con la mirada, y acota
Si hay criaturas como nosotros allí
¡los sapos también están allá!
XXII
Seděly žáby v kaluži,
hleděly vzhůru k nebi,
starý jim žabák učený
odvíral tvrdé lebi.
Vysvětloval jim oblohu,
líčil ty světlé drtky,
mluvil o pánech hvězdářích
zove je “Světa krtky”.
Pravil, že jejich hvězdný zkum
zvláštní je mírou veden,
dvacet že milionů mil
teprv jim loket jeden.
Tedy že, řekněm pro příklad
– věříme-li v ty krtky -,
k Neptunu třicet loket je,
k Venuši jen tři čtvrtky.
Rozmluvil se pak o Slunci
– žáby jsou divem němy -,
ze Slunce že by nastrouhal
na tři sta tisíc Zemí.
Slunce že velmi slouží nám,
paprskovými klíny
štípajíc věčnost na rok a
směnkové na termíny.
O kometách že těžká řeč,
rozhodnout že to nechce,
míní však, že by nemělo
soudit se příliš lehce.
Nejsou snad všecky nešťastny,
nejsou snad zhoubny všecky,
o jedné ale vypráví
sám rytíř Luběněcki:
sotva se její paprsky
odněkud k nám sem vdraly,
vskutku se v glinské hospodě
hanebně ševci sprali.
O hvězdách potom podotknul,
po nebi co jich všude,
skoro že samá slunce jsou,
zelené, modré, rudé.
Vezmem-li pak pod spektroskop
paprslek jejich světla,
že v něm naleznem kovy tyž,
z nichž se i Země spletla.
Umlknul. Kolem horlivě
šuškají posluchači.
Žabák se ptá, zdaž o světech
ještě cos zvědít ráči.
“Jen bychom rády věděly,”
vrch hlavy poulí zraky,
“jsou-li tam tvoři jako my,
jsou-li tam žáby taky!”
* (Rancagua, 1990) es poeta y abogado de la Universidad de Chile. Ha publicado Geografía de las geografías (2018), La violencia creadora, Coca-Cola Blues y Escombrario (2019). Codirige la revista y microeditorial Litost. Administra la mediateca de poesía “La comparecencia infinita”. Reside en la ciudad de Santiago.