Reseña realizada Por Benoit Santini, académico francés,
especialista en poesía chilena
Desde su poemario Labia larvaria, publicado en 2009, Jorge Cid (1986), poeta y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, hace de la marginalidad un motivo temático clave de su producción lírica. Si en este primer libro de Jorge Cid la marginalidad transparenta a través de una lengua bastarda, llena de arcaísmos y de giros coloquiales, así como de entes poéticos marginales o de espacios marcados por la exclusión, en su segundo libro, Bebé sirena (2011) es el título mismo el que hace hincapié en este aspecto al presentarle al lector un ser híbrido y deforme.
En Éxodos (2018), tercer libro de Jorge Cid, son los migrantes africanos, medioorientales y surasiáticos los que encarnan esta marginalidad: sacudidos por los mares y alejados de su tierra de origen, maltratados por las autoridades de los países europeos a donde llegan tras una travesía épica, vienen marcados por el sufrimiento, la dislocación y la fractura, a la par que se les describe como seres dignos y valientes. Las voces líricas que se entrecruzan en el libro –creando una enunciación polifónica–, en un canto dolido y empático («Compadezco a esas mujeres y a esos niños / muertos por las olas en las costas de Lampedusa, / a esos jóvenes de ferviente esperanza montando la balsa») que refleja el sueño de un mundo más solidario y justo, evocan a los «trashumantes» o «migrantes», invitando al lector a acercarse a estos desheredados que tuvieron que dejar sus tierras para enfrentarse al peligro de los mares y a la violencia del rechazo.
Éxodos, publicado en una linda edición de 54 páginas por la excelente editorial Cástor y Pólux, mediante su estructura tripartita cuidada, que se emparenta con una crónica poética, construye su discurso lírico partiendo de extractos de artículos publicados en diarios o revistas españoles y franceses como Le Monde, Le Figaro, El País o Paris Match, de citas de poemas de autores franceses, italianos o chilenos así como de fragmentos de la Biblia. Si en el discurso poético-tríptico de Éxodos abundan las evocaciones tormentosas y brutales, como la de los niños que «vivieron la hambruna» en su país de origen o de los migrantes que «caen en la víspera de su asilo», también se descubre el canto de amor de un autor que, a través de una de sus múltiples voces líricas, y deseoso de darles la palabra a los acallados, exclama: «¡Seles palabra a esos besos que espuman, dales voz / a esas lenguas que flotan!». A veces se produce un entrecruzamiento entre el caso de los detenidos desaparecidos de la dictadura de Pinochet y el de los migrantes salidos para Europa en un canto transfronterizo que va adquiriendo una dimensión atemporal e universal. La lectura de Éxodos resulta entonces necesaria en una época de individualismo y desconfianza, y nos lleva a reflexionar sobre la búsqueda de una vía más solidaria y fraterna capaz de aliviar las heridas que nos inflige el mundo de hoy.
Jorge Cid, Éxodos, editorial Cástor y Pólux, 2018.